La aguja en el ojo del alacrán

Un análisis pragmático sobre el resultado de las elecciones para alcaldes y gobernadores a nivel nacional del 23/11/08, indican, sin lugar a dudas, que las fuerzas revolucionarias en este país alcanzaron una abrumadora mayoría que le permitirá al Gobierno Nacional emprender transformaciones de verdadera trascendencia para el desarrollo integral y la construcción del socialismo. Ahora bien, no hay que dormirse en los laureles, hay que entender que la oposición se posicionó del control político de algunos estados, en general minoría, que son verdaderamente emblemáticos por su ubicación y por su carácter fundamentalmente estratégico para la seguridad del país. Ellos son. Zulia, Táchira, Carabobo, Miranda y la alcaldía metropolitana de Caracas.

Ya empezamos a ver lo que esto significa, apenas a una semana de terminado el proceso electoral, nos enteramos que el Alcalde Mayor de Caracas, Antonio Ledesma, promueve y está “presuntamente” involucrado en realizar conversaciones con el círculo paramilitar y del narco-tráfico de la ciudad de Cúcuta y del Norte de Santander en Colombia. El gobernador de Miranda pretende buscar, si no es que ya la tiene, asesoría en materia de seguridad en el estado de Israel, cuna del aparato de inteligencia del Mosad, del que ya todo el mundo tiene referencias sobre su comportamiento democrático. No se puede olvidar nunca lo que pasa en Palestina e Irak, ni tampoco se puede olvidar su descarada intromisión conjunta con la CIA en la República de Colombia

Nos enteramos también de la “buena” disposición democrática del gobernador del Táchira para facilitar estas reuniones con el clan paramilitar de Colombia. Claro está, que el estado más peligroso y sumiso a los intereses transnacionales, es el estado Zulia. La tragedia del Zulia está signada por su alcalde elegido por el pueblo, Manuel Rosales la cual se fortalece por la elección popular de su carnal Pablo Pérez como gobernador del estado.

Según noticias emitidas en diferentes medios, el ciudadano Rosales parece estar “presuntamente” comprometido en diversas actuaciones criminales. Actuaciones que no sólo atentan contra la integridad del Presidente Chávez sino que también atentan en contra de la soberanía Nacional, es decir, en contra de la vida de todos nosotros.


Lo del cónsul de Colombia en Maracaibo Carlos Galvis Fajardo en su alocución con el asesor del “HERMANO del alma” Álvarito Uribe, José Obdulio Gaviria, es algo para reflexionar seriamente acerca del hermano que tenemos en Bogota. ¡¡Que desgracia!!


Es evidente que se presenta una situación delicada que tiene que ser manejada con mucho aplomo, pero también con mano fuerte y justiciera. No se puede dejar caer el proceso por no asumir verdaderas posiciones de defensa y dignidad del proceso revolucionario. En el caso de Rosales, no nos podemos lavar las manos y voltear la cabeza, cuando hay una situación de amenaza. Cualquier ciudadano con conocimiento de pruebas en su contra tendría que acudir a la Fiscalía General de la República para enterar a ese organismo sobre el comportamiento delictivo de Rosales. Incluso el Presidente de la República tiene esa obligación moral y ética ante el pueblo de Venezuela si realmente tiene pruebas suficientes que permitan su enjuiciamiento. Si no tiene pruebas suficientes, mejor es callar. Se le hace un gran daño al pueblo cuando se le crean falsas expectativas.

Particularmente tengo dudas sobre la posible actuación de la fiscal General Luisa Ortega Díaz, me adhiero al derecho que tengo de la duda.

Sólo se que si actúan fuerzas decentes dentro de la AN o el mismo Presidente de la República en caso de ser procedente, entonces, estas fuerzas de esperanzas de hacer justicia se incrementarán considerablemente.

Ya veremos que es lo que pasa y que posiciones se asumen.


Todos nos hemos enterado de las actuaciones del fascismo en contra de la cultura, lo cual es habitual en todas partes del mundo, en contra de los módulos de atención médica de Barrio Adentro y en contra de las misiones. Entiendo que el pueblo salga a defender sus logros, pero no se puede actuar cobardemente sin darle ayuda suficiente a través de GN, las policías nacionales o estadales, las cuales normalmente deben ser parte del proceso revolucionario.

Decir al pueblo que salga a defender sus conquistas y esconder la cabeza como el avestruz cuando hay que enfrentarse a fuerzas fascistas belicosas, es algo deplorable.

Para terminar, me voy a referir a la inquietud de la mayoría de los venezolanos y sobre todo los que no vivimos en Caracas, cuando queremos responder a la pregunta: ¿Por qué se perdió la Alcaldía Mayor de Caracas, y las cinco (5) gobernaciones en esos estados estratégicos?

Será que hubo una mala gestión y la corrupción (que tumba gobiernos) impidieron el triunfo de los candidatos del Psuv. Piénsenlo bien señores, no es para chuparse el dedo como idiotas y buscar justificaciones irracionales. ¿Qué será de la vida del Alcalde Metropolitano Mr. Barreto?

Sépase bien que el pueblo conoce de estas y otras cosas más. Cuando estas son de cierta envergadura y afectan a la Nación, tienen que ser conocidas por todos porque las posibles soluciones son parte de la propia vida del pueblo. Esconderlas es un grave error. ¿Creen ustedes que la oposición no las conoce?. Vamos, dejemos de ser ingenuos.

Por supuesto, que hay cosas muy específicas de un partido que se discuten sólo en el seno de su organización. Así se preserva su integridad y composición, pero...hay que evitar, por encima de todo, que no aparezcan trazos de Stalinismo o del nefasto culto a la personalidad. Factores que derrumbaron al socialismo real.

Tener conocimiento de estas cosas, en los actuales momentos, es mucho más importante que seguir especulando reiteradamente sobre el resultado de las benditas elecciones.


alexriver870@hotmail.com


Esta nota ha sido leída aproximadamente 2435 veces.



Alex Rivero


Visite el perfil de Alex Rivero para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter



Alex Rivero

Alex Rivero

Más artículos de este autor


Notas relacionadas