Después de los revocatorios: Unidad y Poder Popular

La experiencia de los revocatorios para alcaldes en distintas comunidades del país ha sido una práctica enriquecedora para la democracia venezolana, es la primera vez en la historia republicana que ello ocurre y de allí que los pueblos ahora pueden reivindicar su derecho a promover o destituir a los administradores públicos que cumplen o no cumplen con sus deberes de acuerdo a los principios de la Constitución de 1999.

De esta manera se echa por tierra toda esa patraña mediática de que en Venezuela no hay democracia, esgrimida desde los ojos obtusos de las cúpulas oposicionistas, pero como quiera que no se trata de teorizar voy a referirme a la experiencia concreta del Municipio San José de Guaribe en el estado Guárico.

Efectivamente se hizo el procedimiento que establece la ley y los resultados son incuestionables, fue revocado el alcalde de manera democrática. Lo que significó una oportunidad para constituir un municipio de carácter bolivariano según lo que establece la Constitución, lastimosamente fue devorado por las corruptelas de contratistas y funcionarios irresponsables que no tenían una clara definición política-ideológica para operar un municipio bolivariano como lo puede ser San José de Guaribe en Guárico, vista sus luchas históricas y la condición de sus pobladores.

Del análisis de esta situación nos quedan dos saldos. Uno negativo, el de las mafias que controlan los procedimientos administrativos, hacen los proyectos, tramitan los recursos ante los organismos nacionales y se convierten en “imprescindibles servidores” para la gestión del alcalde, sin pensar en otro objetivo que el de obtener comisiones y contratos jugosos en detrimento de los intereses de las comunidades.

El saldo positivo es la identificación de los factores que resultan tácticos y estratégicamente negativos para la proyección de un municipio bolivariano y que con seguridad están pensando en renovar esfuerzos para establecer sus controles con las nuevas autoridades. Son profesionales de la “gestión de negocios sucios” para obtener cuantiosas sumas de dinero sin importarle los destinos y responsabilidades sociales de los mandatarios, herencia de los métodos de la Cuarta República

Así vemos que estos municipios y sus autoridades necesitan una reordenación de sus recursos humanos pero sobre todo tener muy claro los principios políticos e ideológicos que establece la Constitución sobre el Municipio Bolivariano, observando experiencias fecundas como la del Municipio Bolivariano Torres en Carora estado Lara.

Constituir un municipio bolivariano significa darle poder a las comunidades y permitirles obtener los conocimientos técnico-políticos necesarios para la planificación participativa, que las comunidades que son quienes mejor conocen sus necesidades, realicen diagnósticos con apoyo de profesionales para la proyección y realización de las obras sociales con su misma gente.

En lo inmediato es neutralizar la acción de los contratistas especuladores con la determinante voluntad política de las autoridades para constituir asambleas de ciudadanos, cabildos abiertos fuera de los cenáculos de las instituciones para construir un mínimo diagnóstico social y tener los instrumentos para el diseño de las políticas municipales expresadas en ordenanzas justas y oportunas, apegadas a los principios de las leyes que insta a la constituyente bolivariana.

Para ello la nueva autoridad debe llamar a la unidad de todos los ciudadanos, incluso aquellos que fueron secuestrados por las ideas del desconsuelo propugnadas por la oposición y que resultan potenciales apoyos para la constitución unitaria del pueblo.

Recordemos que no estamos tratando con cúpulas corruptas, son también gente del pueblo, con sus ideas y creencias distintas, pero que comparten la necesidad colectiva de reivindicar los derechos sociales de la comunidad para bienestar de todos.

Ciertamente la tarea inmediata es formar a los dirigentes de los consejos comunales, darles herramientas apropiadas para que apliquen metodologías sencillas y apropiadas para la realización y administración de los proyectos comunitarios y que la misma comunidad establezca mecanismos de control y seguimiento.

Los alcaldes son especiales blancos de los contratistas especuladores que constantemente tratar de “enamorarlos” con falsas trampas y comisiones que a la larga resultan cuchillo para la garganta de los mandatarios y de los pueblos, por ello la advertencia a tiempo de identificar estos actores y actrices de la corrupción., cuyo objetivo no es otro que el lucro especulativo mercantil, para usufructuar los recursos públicos.

La prioridad inmediata es un mínimo plan de acción y operación en consecuencia con las leyes y los planes regionales y nacionales del gobierno revolucionario que restituya la confianza de la comunidad en la gestión del gobierno local y rectifique la torcida línea administrativa anterior, diseñe, planifique, ordene y controle la administración local que debe estar en manos responsables y serias, supeditadas a la voluntad popular expresadas en la elección que hiciera el pueblo de sus mandatarios y ahora en las asambleas populares y consejos comunales

Rectificar es de humanos, pueden producirse retrasos, pero las líneas centrales están dadas en las leyes y en la constituyente que son las asambleas populares, más hoy cuando estamos a punto de aprobar mejores mecanismos de participación popular con la Reforma Constitucional propuesta por el Presidente Chávez.



aldemarobar@yahoo.es


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Aldemaro Barrios Romero


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