La enseñanza de la historia y la geografía ha evolucionado significativamente a lo largo del tiempo, buscando enfoques que permitan a los estudiantes e investigadores comunitarios, comprender de manera más profunda y significativa la relación entre el espacio y el tiempo. El enfoque geohistórico, que integra la geografía y la historia como disciplinas interrelacionadas, ofrece una perspectiva enriquecedora para el estudio del territorio y su evolución, ya que en este contexto, las cartografías comunales emergen como herramientas pedagógicas poderosas, capaces de involucrar a los estudiantes, en la construcción de conocimiento a partir de sus propias experiencias y contextos locales. A continuación, exploraremos algunos detalles de este enfoque y su aplicación en el aula.
El enfoque geohistórico surge como propuesta de un grupo de estudiosos de las Ciencias Sociales, quienes adoptan una perspectiva de investigación y análisis en el estudio de las ciencias geográficas, bajo una perspectiva interdisciplinaria, que combina la teoría geográfica y el análisis histórico, para el estudio del espacio, que implica en el carácter social desde la dimensión tiempo espacial, que incide en el desarrollo de la capacidad de pensar espacial y temporalmente, es decir, comprender cómo los eventos históricos se relacionan con el espacio geográfico, y cómo el espacio geográfico ha sido transformado en el tiempo, de manera integral, mediante fundamentos teóricos que se interrelacionan entre la Geografía y la Historia, basando el enfoque geohistórico en la premisa de que la geografía y la historia, son disciplinas complementarias, que convergen mutuamente; la geografía proporciona el contexto espacial, en el que se desarrollan los eventos históricos, mientras que la historia explica cómo el espacio ha sido transformado por las acciones humanas a lo largo del tiempo.
Con el enfoque geohistórico, se hace necesaria la aplicación de la escala local, que consiste en aplicar el nivel de análisis o representación geográfica, que se orienta en un área comunitaria pequeña y específica, como una ciudad, un barrio, una colectividad local, o cualquier otro espacio comunitario, permitiendo un estudio detallado de sus características y fenómenos únicos, siendo de utilidad para la observación, que debe manifestarse en un lugar concreto, promoviendo el estudio de la historia y la geografía, desde lo local, regional, nacional, hasta lo global, pero con un énfasis particular, en la escala local, lo que permite que los estudiantes y demás participantes en la investigación comunitaria, comprendan cómo los procesos globales se manifiestan, y se experimentan, en sus propios contextos específicos, promoviendo la conciencia ciudadana, alentando a los estudiantes e investigadores, a reflexionar sobre su papel como agentes de cambio en su entorno comunitario y en el mundo; haciendo necesario el fomento colectivo de la investigación y el análisis, a través de la exploración de fuentes primarias y secundarias, analizando datos y formulando sus propias conclusiones.
Utilizar las cartografías comunales, como herramientas para la construcción del conocimiento histórico y geográfico, que son los mapas y representaciones del territorio, elaborados desde la perspectiva colectiva, con la participación de los habitantes de una comunidad o consejo comunal, para identificar necesidades, potencialidades y soluciones; sus historias y sus experiencias, promoviendo así la participación ciudadana en la gestión y desarrollo de su entorno y, fortaleciendo el poder popular y la organización comunitaria, con un sentido de transformación social del entorno social, tanto en lo cultural, en lo político y económico.
Importante es entender que para el estudio e investigación de las historias locales, se requiere la implementación de la visión crítica, para impulsar la configuración objetiva, de la historia y la geografía, invitando a los estudiantes y demás sujetos de investigación y aprendizaje, a cuestionar las narrativas dominantes carentes de veracidad histórica, y considerar las múltiples perspectivas y experiencias que han moldeado el territorio, tomando en cuenta los objetivos pedagógicos, que permitan desarrollar el pensamiento espacial y temporal, que es el reflejo directo de la capacidad de entender y relacionar la información, en un marco referencial de espacio y tiempo, ubicando fechas, eventos, objetos, conceptos y personajes, en un contexto geográfico y cronológico determinado, para comprenderlos y actuar histórica y geográficamente sobre ellos.
Las cartografías comunales deben caracterizarse por ser de construcción participativa, inclusivas y flexibles y deben tener como finalidad involucrar a todos los miembros de la comunidad, independientemente de su edad, género o nivel educativo, afinidad política o religiosa, para que se adapten a las necesidades reales y los intereses de la comunidad, pudiendo ser utilizadas para diversos fines, como la planificación territorial, la gestión de recursos, la promoción del turismo comunitario, la convivencia comunal, la salud, el recate y protección del ambiente y la educación, y otros fines que generen proyectos comunitarios específicos, que vallan por el mejoramiento de la calidad de vida de las familias que integran las comunidades en estudio.
Sobre la aplicación de la metodología de las cartografías comunales, en el aula, los estudiantes pueden utilizarla como punto de partida, para investigar el territorio, identificando lugares de interés histórico, geográfico o cultural, y análisis de las versiones extraídas de la memoria histórica, a través las entrevistas a miembros de la comunidad, recopilando la información veraz, y de esa manera analizar problemas y desafíos, que enfrenta la comunidad, como la contaminación, la deforestación, la pobreza o la desigualdad social, y demás problemas sociales, presentes en la comunidad y, para proponer soluciones, diseñando proyectos comunitarios, que busquen mejorar la calidad de vida de la comunidad, como la creación de espacios verdes, la recuperación de tradiciones culturales o la promoción de la educación ambiental y otros que beneficien a los habitantes de la comunidad.
Vistos todos estos elementos que he considerado fundamentales en la aplicación del enfoque geohistórico, y asumiendo la utilización de cartografías comunales para un mejor desarrollo en la construcción de las historias locales, se entiende que dicho enfoque, permite a los estudiantes y demás sujetos, investigadores comunitarios, conectar el aprendizaje, con su propia realidad, haciendo que el conocimiento sea más significativo y relevante, promoviendo el desarrollo de habilidades importantes, para la investigación, el análisis, la comunicación, la colaboración y la resolución de problemas, fomentando el involucramiento de los estudiantes con su comunidad, fortaleciendo el sentido de pertenencia y el compromiso cívico, lo cual nos induce a desarrollar el aprendizaje colaborativo, que permite a los participantes, aprender unos de otros y a construir conocimiento bajo principios colectivos.
El enfoque geohistórico con la aplicación del estudio investigativo, en base a las cartografías comunales invita a debatir y cuestionar las narrativas dominantes y a considerar las múltiples perspectivas y experiencias, que han moldeado el territorio, que a la vez procede a la activación de la conciencia social, alentando a los participantes a reflexionar sobre las desigualdades y las injusticias que existen en su comunidad y que son relativos a los sucesos del contexto mundial.
En síntesis, la enseñanza de la historia y la geografía bajo el enfoque geohistórico, utilizando las cartografías comunales, ofrece una perspectiva enriquecedora y transformadora, para el estudio del territorio y su evolución, tanto espacial como geográfico, permite a los estudiantes e investigadores comunitarios, y demás actores populares, (líderes y lideresas, que habitan la comunidad) conectar el aprendizaje con su propia realidad, desarrollando habilidades importantes, involucrándose con la realidad comunal y construir desde lo micro, una visión crítica del mundo, que les permita integrar la geografía, la historia y la participación comunitaria, en un proceso que contribuya a formar ciudadanos informados, comprometidos, críticos, autocríticos y capaces de transformar su entorno comunitario, que al final tenga como resultado la producción de una historia, construida bajo los principios colectivos de los propios habitantes, como sujetos protagónicos, participativos y pensantes, capaces de transformar su hábitat comunitaria de manera integral, entendiendo que la historia la hacen día a día, quienes habitan la comunidad, y que la historia implica la relación de vida, en el desenvolvimiento social, cultural, político y económico de la organización comunitaria.