El diputado Torrealba y su "advertencia" sobre materia salarial por el primero de mayo

El "joven" diputado Francisco Torrealba que, si bien es verdad, ya no es tan joven, pues se asomó a la vejez, en el gobierno, Pues en él cual está casi desde comienzos del siglo, ha dado unas declaraciones, donde tímidamente, habla de un posible aumento salarial que anunciaría el presidente Maduro el próximo 1° de mayo.

Torrealba, no sé si por el cargo que ahora ocupa o mejor dicho la labor que desempeña en la AN, de la que, como ya dije es miembro o por haber sido, en sus inicios, cuando era un muchacho, dirigente sindical, tanto que llegó a competir con el hoy presidente de la República, por el liderazgo del sindicato de los trabajadores del Metro de Caracas, pese poco habla o "saca pecho", quizás la causa de su poco avance, suele ocuparse de hacer, de vez en cuando, comentarios de ese tipo, de materia salarial. Y hasta es bueno recordarlo, dado que es una referencia sustantiva y hasta surgente, en aquella oportunidad, derrotó a su oponente. Pero dentro de las filas del chavismo, como decimos los cumaneses, ¡vaya usted a saber!, su entonces contrincante, "le sacó una morena". Es oportuno, para entender el porqué de esto, recordar además que, antes, fue también Ministro del Trabajo.

Entonces, el haber sido dirigente sindical, exitoso en aquel tiempo, tanto como para derrotar a alguien muy cercano al presidente Chávez, Ministro del trabajo y estando ahora en la AN es "presidente de la Comisión de Desarrollo Social Integral de la Asamblea Nacional". La palabra "integral, asociada al "desarrollo Social", me da la idea que, su actual responsabilidad, tiene que ver con los trabajadores y sus derechos.

Es decir, Torrealba pareciera seguir en lo mismo, en lo referente al trabajo, salarios y trabajadores, sólo que como cuando asumió el rol de ministro, ya no está, administrativa o burocráticamente hablando, en el mismo lado o rol de antes. No es empresario, pero tampoco trabajador, como lo fue en el Metro, ahora forma parte de la estructura del Estado. Cualquiera, hablando imprudentemente o con equilibrio, depende de quien se trate, pudiera pensar y decir que es un árbitro. Y a los árbitros se les asume como imparciales.

Pero en la conflictividad de clases, en la lucha por el salario, los beneficios y la política, es difícil, pese a la gente sea de la mejor buena fe, se puede ser imparcial; aunque abundan muchos "inocentes", como el Quijote que usó una bacinilla como casco. Siempre habrá una ventolera que, a más de uno, pese su fortaleza moral, le inclina hacia a un lado, como suele suceder cuando aquella arremete contra robustos árboles. Y créanme mi gesto de sinceridad cuando digo que, en ello, puede prevalecer la buena fe y hasta una acertada percepción en un momento, instante preciso.

Según el texto relativo a sus declaraciones, las cuales leí en dos versiones, pero por demás coincidentes, dijo que el presidente Maduro, el primero de mayo, "hablaría del tema salarial". Pero también sugirió que habría aumentos.

Por supuesto, tal noticia es alentadora; aunque pongo énfasis que él no es sino portavoz, de alguien por el rol que desempeña se enteró. No habla como el sindicalista que fue, algo quedado en el pasado, ¡y hoy supe ver cuánto cambia la gente cuando pasa de un rol a otro!. Como el de parte interesado, de un factor al de otro; más si uno bien sabe, por simples razonamientos filosóficos, lo que, como dije es simple, pese lo de filosófico pudiera "encaratarlo", el Estado no es un árbitro y, como tal, imparcial; para entender lo dicho basta saber que, es patrón, sin necesidad de engarabatar el asunto, hablando del peso de la clase dominante sobre él. Lo que es tan cierto que, el gobierno, en lo que no le falta razón, explica sus políticas, sobre todo la salarial, en base a las fuertes y hasta criminales sanciones de Estados Unidos.

Lo que no es alentador, es lo poco que Francisco Torrealba, ahora hablando en función del rol que desempeña y no lo que fue – por algo Chávez solía insistir que quienes gobiernan o tiene poder no deberían estar en los cuadros de mando del partido y este estaba obligado a hacer auditoría- dice sobre "lo exitoso" de las política de indexación. Según él, quien se cuidó de hablar de bonos, según las dos versiones de la noticia a la cual tuve acceso, sino a la indexación del ingreso del trabajador al dólar, todo ha resultado como antes dije que él dijo, exitoso.

Dejó claro que, el anuncio del primero de mayo de parte del presidente, será sobre el aumento de los bonos, particularmente el llamado "Bono de Guerra Económica".

En medio de esto, recordé que, pocos días atrás, el presidente de Fedecámaras, propuso un aumento del salario mínimo hasta 200 dólares, pero sujeto a una petición que no especificó y no especifican, pero que uno bien sabe se trata de reformar la LOT, particularmente en lo relacionado al pago de las prestaciones sociales. Una conquista fundamental para quienes están activos.

La persistencia en la bonificación no ha resultado, lamentablemente, tan exitosa como Torrealba dice, quizás porque no está en medio de la hoguera. Es como decir que a la oposición le ha beneficiado la abstención, por lo que en ella persevera. Si bien es cierto que el valor del bono sube, en la misma medida que el dólar sube o le suben, disminuye el salario. Y por la tendencia del asunto monetario, en breve tiempo, los trabajadores venezolanos, activos y jubilados, no tendrán salarios sino bonos. Y esto significa, perder no sólo el salario, sino vacaciones y aguinaldos. A los activos habría que agregarles la supresión de sus prestaciones sociales.

Es decir, ese éxito con los bonos del cual habló Torrealba, es una ficción. Uno podría decir que, a los trabajadores, lo que le dan, por un lado, en bono, se lo quitan en salarios y los otros beneficios. Es más bien como un reciclaje o cambalache que lleva a una cuneta o peor a un barranco.

Visto el asunto de esta manera, los trabajadores no tienen nada que defender en materia de prestaciones sociales si continúa la bonificación. Con esta, Fedecámaras, pudiera ser no afectada; pues si tiene que liquidar ahora a un trabajador, lo hace por el último salario, que no es el bono; de modo que pagaría una bagatela, tanto que al liquidado no le alcanzaría ni para pagarse las cervezas para celebrar la jubilación o la liquidación de prestaciones.

Lo que a Fedecámaras preocupa y en eso tiene mucho de razón, es que los bajos salarios que ellos pagan para cuidarse de las prestaciones y la estrechez del mercado, por causa de los primeros, son motivo principal de la diáspora, de la pérdida de mano de obra calificada. En el Estado, el asunto debería despertar esa preocupación en mayor medida, por lo que al ente empresarial preocupa y la pérdida de trabajadores, en cantidad y calidad en el sector público; particularmente en áreas como educación y salud.

En mi soledad, suelo preguntarme con angustia por diversos motivos, por mis afinidades y el haber sido docente, ¿que nos ofrece el futuro si a quienes estudian y se preparan para el ejercicio de una profesión u oficio, les esperan unos salarios, supuestos "beneficios" de distinta índole y prestaciones en la vejez, al final del ejercicio que no alcanzaría ni para cubrir los costos de los alimentos de un mes.

Los mitos no suelen aludir a la verdad; los bellos deseos "no preñan". Los trabajadores venezolanos, de hecho, de verdad-verdad, no tienen prestaciones sociales y como ya dije, en la medida que sube el dólar, pese suba el bono, pierden el salario y los demás beneficios.

Bajo el gobierno de Caldera, siendo Teodoro Petkof, figura importante del gobierno, Fedecámaras, como decíamos los muchachos de entonces, "le jugó gallo guindao" al gobierno, los sindicatos y particularmente a los trabajadores. Pues a cambio de modificar la Ley, lo que se tradujo en la crucifixión de Petkoff, quien sirvió como mediador y garantía, no cumplió con sus ofertas de los aumentos de salarios ofrecidos. Pero el gobierno y Petkof mismo, no cuidaron que, en la ley, quedase estampado algo relacionado con eso, más si, en aquellos tiempos, se hablaba de una fórmula, llamada "escala móvil salarial", que consistía en aumentos periódicos, sin esperar el vencimiento de los contratos.

La bonificación pudo haber sido útil en un momento, sobre todo cuando el asunto cambiario estuvo estabilizado, pero en una etapa nada incierta, pues es evidente que, la pérdida de valor de nuestra moneda es alarmante y cuando el salario, la referencia para el pago de los beneficios adicionales, que no es el bono, se pulveriza, la bonificación es un proceder contrario a los trabajadores y la economía toda. Hasta el sector empresarial, por las razones dadas arriba, resulta afectado. Por eso, hasta Fedecámaras propone un aumento del salario mínimo bajo determinadas condiciones.

Pero hago un aparte muy especial para decir que la vida no es inmodificable, lo que se guarda, se puede volver a sacar del archivo y, como dije en artículo anterior, nunca como ahora, había visto con mayor vigencia, aquello de Lenin, como un lugar común, en veces insustancial, que es valedero "dar un paso atrás para dar dos adelante".



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Eligio Damas

Militante de la izquierda de toda la vida. Nunca ha sido candidato a nada y menos ser llevado a tribunal alguno. Libre para opinar, sin tapaojos ni ataduras. Maestro de escuela de los de abajo.

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