En la recta final, liquidados AD y COPEI

Comenzamos a transitar los últimos 30 días de campaña electoral. Y con estos últimos días también comienzan a salir a flote sucesos, escenas extrañas, producto del odio desmedido de la oposición venezolana. No será extraño nada, y los medios trataran de magnificar cualquier suceso por pequeño que este sea.

Resulta sumamente curioso el hecho de que sigan los factores adversos a la revolución acompañando al peor candidato que haya tenido en la historia política democrática. Lo que quisieron vender como un producto nuevo, terminó convirtiéndose en el principal representante y a su vez liquidador de la vieja clase política del país. Representa a los adecos y copeyanos, pero los acabó  a su vez, exterminio político que le conviene para capitalizar todos los factores contrarrevolucionarios.

Capriles acabó  con la vieja estructura política, terminó negociando con sus secretarios generales y por eso en el tarjetón electoral no aparecerán ni AD ni COPEI, por primera vez en más de 50 años. No aparecerán las tarjetas de los partidos políticos que hasta hace un pasado reciente se alternaban su estancia en el poder. Se vanagloriaban de ser los conquistadores y representantes de los sueños e ilusiones del venezolano, que mientras ellos se hacían cada vez más ricos, el pueblo las grandes mayorías se hacían más pobres. Resulta interesante preguntarnos ¿a qué precio negocio Ramos Allup el llamado partido del pueblo? Por eso la militancia adeca no tiene tarjeta donde votar este 7 de Octubre, y los copeyanos tampoco. Una masa electoral que merecía respeto, por mantenerse firmes a los principios betancuristas y calderistas, no podrán ejercer su derecho al voto en los tarjetones donde aprendieron a votar, tarjetas que defendieron y apoyaron; todo gracias a que sus secretarios generales decidieron liquidar a cambio de unas maletas con dinero. Se vendieron al peor postor, entregaron la estructura y la organización, en la más descarada burla para con sus militantes. Allí la mejor muestra de que las cúpulas políticas siempre hicieron lo que quisieron sin importar lo que el pueblo pensara.

Atrás quedo el legado de los hombres y mujeres que lucharon por lo que consideraron era su legado. Atrás quedó Gallegos y Prieto Figueroa, atrás quedó  Caldera, Lorenzo e Hilarión. Ya es pasado político la historia de lucha de muchos que hasta finales del siglo pasado eran los protagonistas políticos del país. Y a raíz de esta decisión tomada por los secretarios generales actuales de ambas toldas, desaparecen del escenario político y ponen fin a unas páginas llenas de dolor, muerte, desapariciones, represión y paquetazos económicos neoliberales.

Desde el más allá  sus padres y fundadores deben estar bien decepcionados de los actuales conductores de sus partidos. Capriles, hijo de ese pasado, miembro de ese pasado, candidato de ese pasado acabó con ese pasado, por eso acabo consigo mismo.

chaseb01@hotmail.com



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Jesús Adolfo Zambrano Urbina


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