Edmundo Urrutia González vuela alto sin alas

Después de ser candidato a la presidencia de la República Bolivariana de Venezuela como el desconocido que ha dejado de ser que, con realengos sueños burocráticos y actas de ensoñación quiso acariciar con violentos prejuicios ser presidente ipso facto sin resaca de ninguna clase de ese país y, sin siquiera oír la voz del CNE, guiándose solamente por los particulares gustos y placeres políticos y trifulca de María Corina Machado que, como su tutora y mentora de poderosa in abstracto: lo aupó con toda su arrogancia de fascista incólume a no dar su brazo a torcer ni que dejara de pensar y gritar a los cuatro vientos que -él y solo él- era el presidente y comandante en jefe de la Nación.

Y él -Edmundo Urrutia González- desde ese día pasado del mes de julio de 2024, no ha dejado de decirle al mundo a pie, en carro, en avión, en tren, en metro, a caballo, esté donde esté y frente a quién sea que, es y será el presidente de Venezuela y eso será sabe dios hasta cuándo que lo más seguro morirá siendo presidente y que, dios lo perdone sino lo es y, cierto parece que mientras estuvo en Madrid y paseaba por sus alrededores sin que nadie le preguntará, el se presentaba preguntando amablemente, ¿sabes tú quién soy yo, vale? Y él mismo, se respondía, soy Edmundo, el presidente de Venezuela que el 10 de enero del año que viene, asumiré ese cargo y, seré el presidente de Venezuela, yo y solo yo, presidente.

En lo adelante con un zafarrancho de torpezas que, supone un después del 28 de enero de 2024 con lágrimas en sus ojos y dos tragos de güisqüi 12 años, ni cubano ni venezolano, sin tapas de consuelo: aceptó desde la embajada de España en Chacao con su orgullo de tristeza por los suelos reconocer que era él y no el presidente que decía ser y que quería ser que lo aclamarían, pensando que España como la madre patria que es lo acogería en su seno no como él sino como presidente, y así fue que hasta un premio le dio el parlamento de la UE como el mejor presidente de todos los tiempos habidos y vaya usted a saber porqué más o, por gestos de prudencia no inaudita.

Y ahora bien, la pregunta de las un mil y una locha es, ¿sigue siendo Edmundo Urrutia González un asilado político de España? Porque ya se sabe que presidente de Venezuela no es, porque allá cantó otro gallo que no es del PCV que hace años que dejó de cantar, ahora ladran o lloran, y él, se la pasa viajando por América en su gira de esporádicas promesas, pero qué promete, qué asegura, o qué busca en su visita a Argentina, Uruguay, Estados Unidos, Panamá, República Dominicana y ahora Guatemala y después lo más posible vaya, a Guatepeor, porqué a Cuba ni de vainas, y a Venezuela pospuso su viaje al tener en mente cosas mejores de vaya usted a saber.

Creemos y posible es que, le haya prometido al presidente de Panamá que no se preocupe que el canal seguirá siendo de Panamá, pero administrado por ellos no es probable y él como presidente luchará para que Panamá no se vare por Trump y que se alcen como él lo hace por ser lo que otros no quieren y, les recordó además a los panameños que, el tiburón nunca duerme y que si se duerme se lo lleva la corriente y que los cantos de sirena no son del Norte.

Mientras en Venezuela Maduro manda y MCM grita y pasea por sus calles en moto, esperando por Edmundo, y, seguirá volando y como el comandante en jefe de las fuerzas armadas que es a ellos se dirigió y no le pararon bolas, pero eso no es mal de morir firme como él lo está y volando.

Esteban Rojas



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Esteban Rojas


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