Separatisto Montiel perdió el rumbo

De espalda al Lago de Maracaibo, pero con la mirada con rumbo propio y fijo hacia el Norte, Separatisto Montiel se queda lelo observando los fuertes marullos que bañan los palafitos de Santa Rosa de Agua, barriada ubicada en la zona noreste de la capital zuliana.

Bajo la condición de no apartar ni una milésima de segundo sus ojos del Norte, Separatisto Montiel aceptó hablar rumbosamente con el cronista. El entrevistado respondió todas las interrogantes, mientras desayunaba con bollitos pelones y queso palmita.

De entrada, Separatisto afirma jochao:

—En la última ocasión que visitó a Maracaibo, el embajador del Norte recalcó que, como yo carezco de rumbo propio, no debía perder el derrotero que me había fijado. Desde entonces, mi único rumbo propio es clavar mis vistazos hacia ese punto cardinal. Pero ya no aguanto esta jaiba. ¡Qué molleja, primo!, de tanto mirar para ese lado, no soporto el dolor que me acalambra el cogote.

—En ese caso, ¿por qué no deja de otear el Norte?

—¿Estáis loco, Erpidio? No te fijáis que el Norte es una quimera. ¡Qué atrocidad! Si aparto la vista, quién me va a pagar los centenares de vallas que tengo instaladas en diferentes calles de Maracaibo.

—¿Su nombre es Separatisto o Separatista?

—Yo soy Separatisto, la separatista es mi mujer. Debido a su mal carácter, he tenido que separarme de ella como una docena de veces. Sin embargo, he regresado a casa porque Hemenegilda prepara unas lisas rellenas en hojas de bijao, que son más deliciosas que pasar el Puente sobre el Lago a las cuatro de la madrugada.

—¿Por qué declaró que es un hombre de derecha? —Como vos sabéis, yo nací en la calle Derecha. A pesar de mi edad, todavía llevo aquí, en mi mente, las imágenes frescas de aquellos carnavales repletos de color, y veo las carrozas por la calle Derecha desfilando pomposas frente a San Juan de Dios.

—En el caso negado de que el Zulia se separe de Venezuela, ¿cómo se llamaría la moneda de la nueva república que usted está proponiendo?

—Según la idea que he venido empollando desde hace muchos años, nuestra moneda oficial se llamará El huevo chimbo. También acuñaremos una pieza del tamaño de un fuerte que será denominada La Mandoca, a la que le haremos un hueco en el medio para ahorrar cobres. Tanto los billetes como las monedas, llevarán grabada la figura de María La Bollera.

—¿Imprimirán billetes con el valor equivalente a quinientos huevos chimbos?

—No me lo váis a creer, pero eso también lo tenemos debidamente calculado. A ese billete lo vamos a llamar Guineo 500, y va a ser así de mollejúo.

—¿Qué hará con las riquezas petroleras y carboníferas que posee el Zulia?

—Como en cuanto al manejo de nuestros patrimonios mineros carecemos de rumbo propio, haremos lo que decidan en el Norte. O sea, que todo eso va a ser para ellos.

—¿Cuál es su opinión con relación a la propiedad privada?

—Para que no digáis que soy un liberal derechista y farfullo, esa pregunta te la voy a responder con una canción de Lila Morillo que dice así: “Para que sepan todos / a quién tú perteneces, / con sangre de mis venas / te marcaré en la frente, / para que te respeten / aún con la mirada / y sepan que tú eres / mi propiedad privada”.

—¿Es cierto que le cambió el nombre a su organización Rumbo Propio?

—Debido a que el fiscal general de la República ordenó abrirme una investigación por traición a la Patria, ahora mi ONG se denomina Ruproca (Rumbo Propio a la Cárcel). Desde entonces, por haber perdido el rumbo, cuando empiezo a pasar el Puente siento un nudo en la garganta y el corazón se me salta, y sin darme cuenta siento que, sin querer, estoy llorando.

Periodista
vchavezlopez@hotmail.com


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Vidal Chávez López


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