Es el cartero, por favor

La dominación de cara al futuro (IV)

Todos los alimentos tienen sustitutos, menos el agua

Continuando con las grandes áreas estratégicas para ejercer dominación a través de la dependencia: agricultura, energía y salud, además la militar y de la tecnología que transversaliza las anteriores, en esta cuarta entrega me referiré al agua, como componente fundamental e insustituible para la vida.

AGUA (H2O): el vital líquido más importante para la vida en el planeta. Sin agua no hay vida. Todos los alimentos tienen sustitutos, menos el agua. El elemento más importante en la ecuación para el diseño de una Política Preventiva Integral en materia de Salud, pasa por la garantía de agua potable permanente a través del chorro que nos llega a cada una de la casa de los venezolanos. De allí parte la construcción de la salud de un pueblo.

En promedio, los venezolanos bebemos alrededor de un litro y medio de agua por día. Sabemos que el gobierno del Comandante Chávez logró llevarle agua potable, a través de las tuberías, a más del 95% de los venezolanos.  Sin embargo, ¿por qué “el agua de chorro” que nos envían las hidrológicas, no es confiable?  Eso es lo que se ha posicionado como matriz. En algunas regiones, el problema no es la falta de agua potable sino, más bien, la mala gestión y distribución de los recursos hídricos y sus métodos. Y esto depende, por un lado, de la actitud, del compromiso, del profesionalismo y del sentido de responsabilidad de los servidores públicos que están al frente de las instituciones y, por otro lado, del seguimiento, supervisión y control de los organismos competentes. De tal manera que quien no cumpla, sea evaluado por los tribunales de justicia. Pero además, es importante diseñar políticas informativas en torno a la calidad del agua potable que nos llega a la casa. Lamentablemente aun no es así y, como resultado tenemos lo que tenemos.  

Por eso es que un universo importantísimo de nuestro pueblo recurre cada día más, a la ¿potable? botellita de agua de 330 gramos que tiene un precio entre  6 y 8 Bolívares, es decir, más de un dólar.  Aun cuando hay una buena parte del pueblo que bebe agua de chorro, otros la hierven primero. Por otro lado, vemos en que en todas las empresas públicas y privadas de nuestro país, se  invierten cantidades importantes del presupuesto en los archiconocidos “botellones”. Todos vemos por la televisión, y ya hasta nos parece “normal”, la presencia de las “botellitas de agua comercial”, en todas las reuniones de Presidentes, en la OEA, en la ONU, en todo el mundo. También las he visto en las reuniones de ministros en Miraflores. Salvo en el consejo de ministros del 20 de octubre de 2012, con el Comandante Chávez, donde se le ve con un vaso de agua. Parece que el Comandante Chávez no usaba la botellita comercial-basura, bebía agua potable en vaso. Sería bueno averiguar cuál era su opinión sobre estas botellitas-basura.

Si el agua del chorro es potable y segura, entonces ¿Por qué la creciente venta de la botellita-basura, no sólo en nuestro país, sino en todo el planeta? Veamos algo: A partir de la segunda mitad del siglo XX, grandes corporaciones trasnacionales han pasado a controlar el agua en gran parte del planeta y se especula que en los próximos años, un pequeño y selecto grupo de corporaciones francesas, inglesas, alemanas y estadounidenses, todas privadas, poseerán el control monopólico de más del 70% de este recurso vital para la vida en el planeta. Y todo esto con la mirada complaciente y apoyo económico del Banco Mundial. Lo que está en la mira de estas corporaciones es que el agua deje de ser un bien fundamental de la humanidad por estar directamente relacionado con el derecho a la vida, para transformarlo en un bien comerciable o mercancía (como lo es hoy día el trigo o el maíz). De ahí la mala imagen que se le hace al “agua de chorro” y la buena imagen que se le hace a la privatizada “botellita-basura” en todo el mundo.  

Muchos los futurólogos coinciden en que las próximas guerras serán por agua. Que ya comienza a escasear, en muchas partes del planeta. Por eso veo con preocupación la discreta pero creciente presencia de estas botellitas-plásticas-basura, en cuanta reunión de trabajo se realiza. Antes, en las reuniones, a cualquier nivel, se servía agua en jarras y se tomaba en vaso, sin generar basura. Hoy “se sirve” en botellitas comerciales generándose basura plástica no-degradable. Por eso es que el negocio de la comercialización de las botellitas de agua, hoy día, está rumbo a transformarse en el más rentable del planeta. Sin necesidad de instalar grandes y complejos procesos de extracción, refinación y transporte, esa “botellita comercial” es más cara que la gasolina, aquí y en otras partes del mundo.

Esta “botellita comercial” genera más ganancia que las colas negras y que la industria de los fármacos. Parte del hecho de que la materia prima (H2O) es gratuita. Además, genera basura plástica no-degradable en grandes cantidades. Cito por ejemplo: los estadounidenses consumen cinco mil millones de “botellitas comerciales” de agua por semana. Haciendo una fila con esas “botellitas comerciales” acostadas sobre el eje ecuatorial, le darían 2,6 vueltas al planeta Tierra por día, 18,7 vueltas por semana, casi mil vueltas por año. Verdaderas montañas de basura no degradable. Seguramente que al cabo de unos cuantos años, sólo USA habrá forrado la Tierra con estas botellitas–basura. 

Nosotros no podemos hacerle el juego a estas políticas del neoliberalismo imperial depredador. Sería bueno que nuestro Presidente Maduro le metiera el ojo, no sólo a esta industria de las “botellitas comerciales” y profundizara sobre los intríngulis a nivel internacional, sino además, a lo que no estamos haciendo bien en esta materia, en nuestro país. Recientemente hemos visto la inauguración de una planta para la comercialización de agua, a través de la televisora del Estado venezolano, Canal 8. El viceministro de Servicios para la Defensa explicó durante un recorrido por la estructura, que la planta envasadora de agua potable dispone de máquinas con tecnología de punta para todo el proceso. Expresó: “Tenemos una capacidad instalada para producir 3 mil botellas por hora de 330 mililitros, lo cual nos dará 24 mil botellas en una jornada de 8 horas para así tener unas mil cajas diarias que saldrán a satisfacer la sed del pueblo venezolano”. Lo que no explicó el viceministro es ¿qué vamos a hacer con la basura-plástica producida? Es decir: 24 mil botellitas de basura plástica por jornada de 8 horas equivalentes a 70 millones de botellitas-basura el primer año, y 2.593 millones de botellitas-basura para el año 2050, que acostadas, una a continuación de otra, le darían 9,71 vueltas a la Tierra en su plano ecuatorial.  Será que algunos, a espaldas del Presidente Maduro, quieren competir con los gringos en producción de basura plástica o les están haciendo el juego a los gringos. Sería mejor, desde mi humilde opinión,  invertir ese dinero en tecnología para tener agua potable directamente del chorro, sin basura-plástica. Lamentable que, por ingenuidad ¿? Le estemos haciendo el juego al capitalismo internacional. El agua no es mercancía. El agua es un derecho de todos los pueblos de la humanidad. Meta la lupa Presidente Maduro.

Un pequeño anécdota personal que suena pertinente: En 1980, estaba terminando un posgrado en Física Cristalina en Marsella Francia, cuando nace mi hija. Le pregunto al médico que nos atendió: ¿qué  tipo de agua le puedo dar? Me respondió, de la manera más natural: “del chorro”. ¿Cuál sería la respuesta a la misma pregunta, aquí en nuestro país?

Dicen algunos futurólogos que las próximas guerras serán por el agua. Fue más por agua que por petróleo, la invasión a Libia. Un solo dato: Libia tiene petróleo sólo para los próximos 60 años. Pero tiene acuíferos con agua pura, encapsulada, para su pueblo, para los próximos  dieciséis mil 859 años (16.859 años). Tiene una reserva de 10 billones de metros cúbicos de agua encapsulada, pura.  Europa ya tiene grandes y graves problemas de escasez de agua potable, la nieve de los Alpes se está derritiendo, la parte baja de sus más importantes ríos están contaminados y el mar Mediterráneo se saliniza cada día más. Trípoli, la capital de Libia está a sólo 1.000 kilómetros de Roma. ¿Se nota la conexión?

No permitamos que en nuestro país se “filtren”  acciones encaminadas a la transformación del agua, derecho fundamental para la vida, en una mercancía, a través  de la “ingenua”  botellita-basura-no-degradable.

Si nuestra agua de chorro es potable y segura para el consumo, creo pertinente hacer una campaña, por parte del gobierno del Presidente Maduro, para posicionar nuestra agua de chorro y así contrarrestar el crecimiento de la botellita-basura-no-degradable. Las generaciones futuras nos lo agradecerán.   

 

Jorgetejera2010@gmail.com



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Jorge Tejera

Trabaja en ALCALDÍA GIRARDOT-ARAGUA Estudió en UNIVERSIDAD DE AIX-MARSEILLE-III, FRANCIA Vive en Maracay, estado Aragua

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