Independencia y Fe

Un aniversario más del derrocamiento al fascismo latente en nuestro país, hace 10 años fuimos violentamente despertados de nuestro letargo político, se nos arrebata en nuestras propias narices un proceso revolucionario que para el momento tenía color rosa o como ingenuamente se nos decía “La Revolución Bonita” como quitándole fuerza a un proceso que hasta la fecha ha cegado la vida de cientos de personas en una confrontación de clases muy silenciosa, sino veamos las estadísticas de tantos asesinatos no solo ese 11 de abril del 2002 en el Puente Llaguno los cientos de campesinos asesinados y las cientos de vidas en manos del hampa común y político porque estamos totalmente convencidos del móvil paramilitar en los sectores populares y urbanizaciones.

Ya con 13 años de un proceso revolucionario es muy difícil que a uno lo engañen, cada vez más uno va dándose cuenta de la manera en que la oligarquía criolla y los poderes foráneos, en especial los poderosos hampones de los Estados Unidos, buscan formas de exterminar la revolución en Venezuela. Nos enfrentamos ante el fracaso de una Iglesia Católica que optó estar del lado de los que poseen poder económico y político, por el otro lado la ingenuidad política y pasividad social del liderazgo evangélico como de otras corrientes religiosas que solo ven en las masas mercancía religiosa.

Nos enfrentamos a intereses ocultos por arrebatar una vez más las riquezas de nuestra nación llámese divisas y recursos minerales como del Petróleo. Uno se sorprende en ver como Venezuela y su política interna impulsada por el Comandante Chávez es cuestionada y atacada a diario con falsedad, con mentiras y costos de vidas. Hemos soportado de todo en estos trece años porque somos nosotros, los que no ostentamos poder económico que tiene que soportar la inseguridad, el desabastecimiento programado, la presión política y mucho más.

Pero tanta adversidad nos ha hecho crecer, nos impulso a tomar en serio un proceso de cambios, a ir identificando al enemigo, a poner todo lo que está a nuestro alcance para preservar lo logrado y alcanzado en materia social, económica y política. Mucho del liderazgo opositor al Estado y al Gobierno tienden a subestimarnos, aunque se les hace muy difícil porque en cada proceso electoral allí demostramos en quién creemos y qué buscamos.

Podrán decir y hacer en contra del pueblo pero en cada proceso electoral salimos a respaldar con nuestro voto y decisión profundamente democrático a quién queremos en el poder y en la administración pública, aún más y es lo característico en las próximas elecciones qué sistema político social y económico queremos que sin duda alguna la mayoría de los electores decidirán por el Sistema Socialista. Es la manera más poderosa en que en paz y en democracia derrotamos a todos los grupos políticos, económicos, mediáticos y religiosos que se oponen a los cambios.

Hemos optado por el socialismo que construimos a diario a pesar de las fallas del mismo y los errores de muchos como de sus traiciones, estamos claros hacia dónde vamos, fundamentados en los ideales de Simón Bolívar y en lo de la Fe Cristiana primitiva, no en ese cristianismo mercantilista y apolítico que hace que sus seguidores sean pasivamente de un sistema de Derecha que permite la explotación de un Pueblo, y que alguien me diga lo contrario, porque por un lado el liderazgo Católico, con sus excepciones, son de mentalidad derechistas y muchos fascistas y el liderazgo evangélico como de otros credos están igualmente imbuidos por la cultura derechista que con su matiz apolítico adormecen a una gran parte del pueblo que les cuesta discernir su realidad social y política.

Son muchos los frentes a conquistar pero el paso del tiempo nos irá dando la razón. No soy los que apartan a Dios de los hechos sociales y políticos de una nación, y como soy de criterios serios, profundamente comprometidos sigo creyendo que Dios puso a Chávez en el poder porque la única manera de garantizar igualdad y prosperidad en la nación como una independencia permanente y liberadora es a través de un Estado fuerte, sano y profundamente social que ponga los intereses de la mayoría por encima de elites egoístas y macabras que bajo pactos satánicos y extraños se hacen con el poder de las naciones, sino veamos la realidad en los países árabes de la masacre a Pueblos enteros bajo la excusa religiosa.

Tenemos manifestaciones del sistema anticristo ante nuestros ojos y no nos damos cuenta, y para vergüenza de los llamados hijos de Dios los que están sufriendo persecución religiosa en el mundo no son los cristianos sino los Musulmanes e islámicos, que todos los días violan a sus mujeres, matan a los hijos y ancianos, destruyen sus casas, bombardean sus barrios y pueblos, les arrebatan sus tierras. Lo que más me sorprende es el silencio de las Iglesias; no sé si en el día de mañana esas elites militaristas y económicas se les volteen a ellos, los cristianos, y paguen por su indiferencia al enemigo que tienen resguardan en casa.

Hace años me separé de la institucionalidad religiosa y decidí abrazar al Cristo Dios hecho hombre que impulsó lo social y la igualdad entre todos los seres humanos. El día que vea a Iglesias Católicas y Protestantes ser uno con el pueblo todo, ese día me llamaré un Cristiano completo, mientras tanto no, porque el cristianismo que he visto los últimos trece años están emborrachados por el poder económico que los separa de las necesidades de todo un pueblo que espera en ellos una voz auténtica de liberación no solo para ganarse el cielo sino para liberar al Pueblo de las cadenas que los ha oprimido por milenios.

Es a lo que Jesucristo dijo que la sal cuando ya no sala es desechada y es lo que veo en esta nación, un enorme salero que cada día concentra sal pero por su inactividad, pasividad social y política el pueblo no ve como una opción liberadora.



Juliocesar1221@gmail.com


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Julio César Colmenares G.

Comunicador alternativo.

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