¿Cómo leer el saqueo en Ciudad Bolívar?

Las causas de los lamentables sucesos de pillaje, saqueo, destrucción y robo a comercios y viviendas en Ciudad Bolívar los días 16, 17 y 18 de diciembre devienen de una práctica cotidiana arbitraria que tiene su base en la insensibilidad, la pérdida de los valores esenciales para la convivencia, el bandidaje descontrolado, las mafias, el pranato, la delincuencia organizada, la complicidad y la intolerancia. Ciudad Bolívar es una ciudad perdida. Muy sucia y fea, a más insegura y peligrosa. Los 365 días del año ocurren violaciones de niñas, adolescentes y adultas desde las escuelas de educación básica y los liceos hasta las universidades. La UDO, por ejemplo, es blanco perenne del malandraje. La Facultad de Medicina y Cursos Básicos son espacios proveedores de celulares, laptops y dinero en efectivo de los delincuentes, quienes obedecenn a las bandas organizadas que los controlan para que ejecuten criminalmente su extracción y maldad contra los futuros médicos e ingenieros de Guayana y del oriente venezolano.

Los taxistas dejaron de convertirse en servidores de la sociedad para significar potenciales victimarios de atracos y violaciones, pues hasta éstos trabajan para el hampa, para los pranes. El tráfico y posesión de armas en esa ciudad y en todo el estado Bolívar asombra. La impunidad de los delitos y la impasible y cómplice actuación de los cuerpos de seguridad (en teoría dirigidos y coordinados el general gobernador de la entidad), enturbia aún más las aguas del vivir esa pesadilla social y geográfica diaria. De hecho, es muy mala idea invertir en Ciudad Bolívar tanto en le sector inmobiliario como en el comercial, hotelero, turístico, etc. De menudo, andan pandillas echando tiros locos por las calles, cáigale a quien le caiga. Ni los evangélicos cristalizan un poco de sosiego en este infierno urbano.

La pobreza, la escases, la falta de dinero en efectivo, el alto costo de la vida y el resto de las calamidades que nos azotan pueden parecer las razones primarias de ese bochornoso desastre navideño ocurrido en Ciudad Bolívar, pero hay que ser muy ingenuos para creerlo así. Los pranes mineros, los bachaqueros industrializados (que operan como industriales del comercio de alimentos y víveres a gran escala, no al menudeo), los corruptos de gobierno y la oposición, los cuerpos de seguridad desacreditados y todo el resto del pillaje metió sus manos en ese saqueo generalizado. Una consecuencia directa, inmediata y triste: el hambre masiva por falta de insumos. ¿Cambiará el pueblo? No lo creo. ¿Empeorará ese infierno? Sin dudas. Se abrió una veta y funcionó. El futuro es muy claro: La delincuencia demostró que es quien gobierna, quien destruye y quien hace lo que le viene en gana. Su control es absoluto. El pueblo muere prácticamente cuando muere el sol. No hay vida nocturna ni tranquilidad durante la noche, y cada día se despierta nuestra gente a vivir una vez ese calvario. Ya basta, carajo. Quien que no aguante eso, váyase de Ciudad Bolívar antes de que sea demasiado tarde. No se quede ahí para morir. No es justo.

 

 



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José Pérez

Profesor Universitario. Investigador, poeta y narrador. Licenciado en Letras. Doctor en Filología Hispánica. Columnista de opinión y articulista de prensa desde 1983. Autor de los libros Cosmovisión del somari, Pájaro de mar por tiera, Como ojo de pez, En canto de Guanipa, Páginas de abordo, Fombona rugido de tigre, entre otros. Galardonado en 14 certámenes literarios.

 elpoetajotape@gmail.com

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