En honor a Willian Lara

Yo vine a ver por primera ves a Willian Lara en recorrido que hizo Chávez por los Valles del Tuy durante la campaña electoral de 1998. Posteriormente lo vi cuando fue candidato a gobernador por el Edo. Miranda. Confieso que en aquellos tiempos dudaba de su cualidad revolucionaria y de su lealtad al proceso. Nunca me pareció ver en el a un lider y mucho menos un estadista.  El mismo y el tiempo me fueron haciendo ver lo  equivocado que estaba. Si, me equivoque de plano, y Willian me enseño que no se puede juzgar a las personas por lo que dice, si no por lo que hace. Me enseñó que la patria no se construye apareciendo a cada rato en los medios de comunicación. Que la revolución no la hacen los cigarrones que hacen mucha bulla, si no las hormiguitas que trabajan poco a poco y en comunidad para llevar una  vida mejor. Asi era el Willian al que aprendi a conocer y a respetar: Trabajador como una abeja. Honesto como un recien nacido. Leal como Sucre y revolucionario como Fidel. No fue hombre de pantalla ni de prensa ya que siempre estaba donde el se sentía mejor: trabajando con el pueblo que lo eligió por todos esos pueblos de su Guárico querido. Casi nunca se encontraba en la sede de la gobernación, ya que andaba buscando tierras mal habidas por latifundistas tramposos para que los campesinos las pusieran a producir. Inspeccionando las carreteras que los hampones de la cuarta república y Manuit dejaron totalmente en mal estado.

Estas eran unas de sus más grandes preocupaciones y su más álgida aspiración: arreglarla todas y hacer la autopista que Chávez le dijo que hiciera. Willian Lara fué un hombre bondadoso y honesto como Ghandi. Jamás cejó en su empeño de ayudar a los ofendidos y humillados, a los que nada tienen, a los odiados y explotados por la burguesía parasitaria: los pobres. En una ocasíon le escuche decir: como lo dijo Dostoyesky en su novela; Crimen y Castigo, lo siguiente: al pobre hay que ayudarlos porque en la pobreza ellos aun conservan la verguenza. Pero que en la miseria esta la pierden, y el no quería ver a su pueblo arrodillado y sin verguenza. Fue en esa oportunidad que me di cuenta lo gran equivocado que estaba yo por el mal concepto que tenía de el, como lo dije al principio. Por eso para mi Willian  fue mas educador que periodista. El nos daba todo los días clases de amor por la patria, y por su pueblo. Nos enseñaba que había que vivir y morir como Bolívar para tener la gloria de sentirse útil. Y así fue Willian, viviste como pregonaste, por eso serás siempre fuente de ejemplo para los que te acompañaron en la construcción del socialismo que tanto sentiste. El río Uverito, te quiso tragar, pero no pudo. Tu cuerpo salió a flote para que todos nosotros tuviéramos la oportunidad de acompañarte hasta tu ultima morada cantando esa hermosa canción que nos tejó Alí Primera; Camarada, la que cantó uno de sus hijos en la AN para decirte un hasta hasta la victoria siempre. ¡Triunfaremos Wllian!   

aponwuao@hotmail.com




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Nelson Jesus Lanz


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