Las zonas urbanas de todo el mundo están experimentando una transformación sin precedentes. No solo los procesos demográficos y económicos, sino también el cambio climático y otras alteraciones ambientales están generando presión para la acción. Las ciudades se enfrentan a un proceso de modernización que aborda no solo cuestiones ecológicas, económicas, espaciales y tecnológicas, sino también los desafíos sociales de las sociedades urbanas. El objetivo es reducir las divisiones sociales, estabilizar las estructuras socioeconómicas y urbanas, y, simultáneamente, establecer nuevos sistemas técnicos ambientalmente racionales y resilientes en la infraestructura urbana, las empresas y los hogares.
En todo eso hay mucha sostenibilidad: la densidad y la mezcla de usos reducen el consumo de espacio, al igual que conservar los edificios existentes y adaptarlos continuamente a las necesidades actuales o no dejar vacantes los terrenos en ubicaciones integradas. También es urbano y sostenible organizar procesos de creación de valor en el barrio, local y regionalmente. El manejo del espacio público es otro campo importante de acción para fomentar formas de vida sostenibles; por ejemplo, hacer el tráfico compatible con la ciudad y así crear espacios públicos de calidad con participación de la población.
La transformación sostenible de los espacios urbanos también busca mejorar la calidad de vida en la ciudad mediante la reducción del consumo de recursos, la mejora de la calidad del aire y la disminución de la contaminación acústica. Esto se logra mediante un uso más eficiente del suelo y las infraestructuras, la creación de una distribución más justa y de oportunidades de participación, la integración de diversas culturas y grupos sociales, y la experimentación de nuevas formas de comunicación y cooperación entre municipios y empresas. Por último, pero no menos importante, la población debería participar más activamente en los procesos y decisiones de desarrollo urbano. Idealmente, la sostenibilidad se convertirá en una preocupación para toda la comunidad urbana, expresada en una amplia gama de actividades individuales y colectivas, desde la participación cívica hasta la jardinería urbana.
Además, una ciudad urbana se caracteriza por rasgos espaciales, políticos y económicos específicos: la densidad y la mezcla de usos garantizan distancias cortas, la diversidad étnica y la inmigración permiten el encuentro con lo desconocido y dan lugar a innovaciones sociales. Una oferta de viviendas variada y barrios con usos mixtos fomentan la mezcla social, la proximidad espacial entre el lugar de residencia y el de trabajo, así como el desarrollo creativo.
Bajo estas premisas, existen diversos ámbitos que requieren un manejo más eficiente y austero de los recursos, lo que evidencia la gran necesidad de actuar. En este contexto, varios países han puesto en marcha programas como "Ciudad del futuro", que apoyan la transformación sostenible de los espacios urbanos. Estas iniciativas buscan desarrollar estrategias integradoras que vinculen los requerimientos ecológicos y sociales, orientándose hacia ciudades resilientes con alto potencial para recuperar la urbanidad perdida debido a la motorización social.
Por consiguiente, esta línea programática aborda los siguientes temas:
A. Gestión de la transformación, gobernanza y participación: Impulsando el cambio junto con la ciudadanía y la sociedad civil.
B. Transformación de las estructuras económicas urbanas: Opciones y potencialidades para el desarrollo sostenible.
C. Transformación socioecológica de las infraestructuras urbanas y la resiliencia: Potenciales y riesgos de los sistemas integrados de suministro.
D. Vida urbana y urbanidad: Impulsando el cambio demográfico, aprovechando las oportunidades sociales, ecológicas y culturales en barrios y distritos, y desarrollando conceptos de uso alternativos.
Vale la pena destacar que este enfoque se orienta al desarrollo de proyectos dirigidos a la implementación de la sostenibilidad y la transferencia del conocimiento. Con ello se prevé intensificar el trabajo en la planificación y gestión social, incorporando nuevos municipios socios al consorcio, principalmente para facilitar la transferencia de los resultados previamente alcanzados. Asimismo, se fortalece la colaboración con socios locales, es decir, con aquellas instituciones encargadas de garantizar la sostenibilidad de los resultados una vez concluido el período de apoyo. Además de consolidar los éxitos prácticos alineados con los objetivos planteados, se espera que las actividades de investigación ejecución, llevadas a cabo por municipios, el mundo académico, la industria, la sociedad civil y actores políticos, se conecten de manera más estrecha, con el propósito de desarrollar soluciones cada vez más accesibles y aplicables en el futuro.
La visión central es establecer una ciudad neutra en emisiones de CO2, que reduzca el consumo de recursos, mejore la calidad del aire y disminuya la contaminación acústica. Para ello, se busca un diseño urbano optimizado, un uso más eficiente del suelo y las infraestructuras, y la integración de una producción compatible con el entorno urbano. Además, se propone reducir las brechas sociales y fomentar una participación justa y equitativa en la toma de decisiones, explorando nuevas formas de cooperación y comunicación entre la economía y la administración local contextualizada espacialmente.
Hablando en términos prácticos, un paso necesario para alcanzar estos objetivos consiste en desarrollar nuevas estructuras colaborativas que impulsen el uso masivo de energía solar y otras fuentes alternativas y benignas, apoyadas mediante subvenciones estatales que se compensarían con el cobro de impuestos elevados sobre insumos de materias primas y productos contaminantes. Idealmente, la sostenibilidad debe convertirse en un compromiso colectivo de la sociedad urbana, manifestado en actividades tanto individuales como colectivas, desde el compromiso ciudadano hasta la jardinería urbana. Finalmente, esta medida busca generar propuestas para procesos de transformación urbana basadas en investigaciones interdisciplinarias que se articulen con la práctica, comprometidas con el desarrollo sostenible y el análisis de las interacciones entre sociedad, economía y medio ambiente.
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