¿Es Guaidó el nuevo santo patrono de la CEV?

En este mundo por demás viciado de pecadores, preciso es tener un santo a mano, para no molestar a Dios de tanta pedidera de salvación con ruegos cargados de mucha astucia que, no desencante a los involucrados como a los invocados que son los llamados en esta vida terrenal a solucionar los grandes males que azotan a tanta gente y, Venezuela no es la excepción con locos por demás sueltos, que hasta una comisión "in loco" de la CIDH vendrá al país en febrero a examinarnos: a ver si somos dignos de llegar al cielo o nos quedaremos en el camino como odiosos actuantes de purgar nuestras miserias humanas del pasado, que tienen a la OEA en vigilancia permanente por la "dictadura" de Venezuela.

Y en esta Venezuela de confrontaciones con dos presidentes, uno elegido y el otro autoproclamado, donde la oposición goza del derecho por descubrir porque tener dos AN, ambas en desacato y una de ellas, tiene como presidente, al afortunado Guaidó, que goza de vida política próspera extraterritorial, bien definida con una entrada en dólares más de los que le entran a Pdvsa que, a decir, de Rafael Ramírez, está quebrada y en la carraplana que el petróleo lo están sacando con inyectadoras, empresa que jamás se podrá recuperar, a no ser que, Chávez vuelva a nacer y lo ponga a él a valer como presidente y ministro, que también tiene su santo en alguna parte, pero él no lo es por cobarde, aunque trata de hacer milagros de mentiras.

Pero, nada de eso es importante, ni llama la atención del mundo y del pueblo de Venezuela en particular, sino lo armonioso-pacificador que es Guaidó, que tan sólo por tratar de brincar la cerca del parlamento para sobrevivir y, pobre de él retratado al fin como un sujeto cualquiera de pueblo, fue maltratado, que afrenta, por esos odiosos que dicen ser las fuerzas del orden público, y que, fueron a defenderlo, para verlo sufrir, pero ese sufrimiento del presidente Guaidó fue visto y aborrecido por los miembros de la CEV que, con lágrimas sueltas de rabia de dogmatismo, salieron enseguida a la palestra pública a darle ánimo con una fuerza moral rompe malos sentimientos a su presidente Guaidó, quien agradecido fue a llevarles su consideración de amantes de los pobres ricos que, como ellos sufren de unas ansias de poder que no los deja obtener la sumisión de servirle más a los poderosos que, a los pobres, que pobres de ellos no pueden entrar al reino de los cielos descalzos de poder y sin garantía de grandeza como ellos.

¡Oh Dios! ¿Porqué tanto sufrimiento? Dejad que los pobres vengan a mí, le dijo, Guaidó con una sonrisa en sus ojos, llenos como estaban de satisfacción al ser recibido por esos santos que militan en la CEV y, en una unión que quedará para la Historia, Guaidó y la CEV, se han unido en una sola voluntad, que no es la Popular, de descalificar el gobierno de Maduro, la "dictadura" de Maduro, la indecencia de no respetar al posible elegido por Dios, para que nos encamine dentro del reino de la iglesia que, seguro, lo más seguro, aspiran a tener más dólares de los tantos que administra Guaidó que, ellos de ahora en adelante lo verán como su santo patrón, el patrón de sus sueños y de sus esperanzas salvadoras de tanto pobre pendejo que todavía cree en ellos y los mantiene con la propina de sus limosna.

Quien vea la foto que atrapa a Guaidó entre los miembros de la CEV, se dará cuenta que tanta felicidad junta no cabe en otros corazones y, ellos, en un reciclaje de exigencias se ven en el mismo espejo de sus maldades, porque tan malvado y corrupto es Guaidó como alabado por la cúpula que representa a la iglesia católica en el país. Y salve Dios al pueblo, de no caer en las garras de quienes se dicen ser los salvadores de la integridad moral y espiritual de los venezolanos, y que Dios nos vea con ojos de piedad, si es que no nos ve con los mismos ojos con que ellos nos ven.

Lo más seguro como posible, es que, en cualquier momento salga cualquier miembro de la CEV a decirnos que por diálogo con su Dios, han recibido la expresa orden de que, Guaidó debe ser el presidente de Venezuela y que le deben dejar actuar con sus dos AN, para que con sus caprichos oligárquicos al lado de la CEV, le den el Pan Nuestro de cada día a los pobres, pero a los pobres de su integridad.

Guaidó y la CEV, uno para todos y, todos para uno, ¿y el pueblo? El pueblo que se vaya a llorar al Valle de su sufrimientos.



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Esteban Rojas


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