Matemáticas de la hallaca

Cada quien, excluidas las de su mamá, ajusta las hallacas a su capricho. Hay los que piensan que no hay razón para celebrar nada en esta navidad. Otros van mucho más allá y les irrita que Manuel Rosales esté gozoso con su derrota electoral. En cambio los chavistas, quienes ya vieron perturbadas sus navidades de 2001 y 2002, en éstas de 2006, declaran por la calle del medio: “Somos mayoría, somos alegría”.

Ellos lo dicen pero desde la acera de enfrente no les creen. Existen unas matemáticas de la hallaca que se pueden cuadrar a capricho. De acuerdo con las mismas, el 37% que sacó Manuel Rosales en las elecciones, sería superior al 63% obtenido por Hugo Chávez. Unos politólogos del candidato derrotado van a la televisión, lanzan esta especie y se van de lo más tranquilos. Aquellos que les creen, esperan así la navidad y el año nuevo con una sonrisa de felicidad digna de envidia.

Otros se inventan la teoría de los tres toletes de la hallaca. La misma se basa en que el país está dividido en tres grandes sectores: los chavistas, los opositores y los abstencionistas, es decir, en tres minorías, una de la cuales gobierna de vainita porque sacó de chiripa más de siete millones 200 mil votos, como quien dice, una burusita. Es la teoría del consuelo mínimo.

Algunos matemáticos de la Academia Atrévete estiran mucho más la anterior teoría y discurren que, si se suma la minoría oposicionista con la abstencionista, pasarían a conformar la mayoría frente al chavismo. Esto significa que el llamado oficialismo salió derrotado el 3 de diciembre, pero que, siendo minoría, por alguna vaina rara ganó la Presidencia de la República. Así se va sancochando mejor la hallaca.

En la oposición, COPEI esgrime la teoría de la línea 22, conforme a la cual Primero Justicia, con financiamiento de la derecha bancaria, habría enviado más de cinco millones de mensajes de textos advirtiendo que en esa línea del tarjetón, la 22, estaba el fraude oficialista. Justamente en la fila donde fueron ubicados COPEI y Un Nuevo Tiempo. Por temor al “fraude”, el elector oposicionista decidió votar por Primero Justicia y así este partido se metió más un millón de votos por el buche, a costa de sus aliados. Ellos, como las hojas de la hallaca, son verdes y se entiendan. O deberían.

Si siguiéramos estas matemáticas navideñas, habríamos de concluir que el 3 de diciembre el señor Manuel Rosales fue revocado como gobernador del Zulia. Recuérdese que la oposición es experta en eso de convertir referendos consultivos en revocatorios. Al perder las elecciones en su propio estado, Rosales quedó prácticamente revocado. Pero no es cierto. No se pueden extrapolar los números de una elección presidencial a un revocatorio o a unos comicios para gobernador. De estas proyecciones mecánicas gusta la oposición y, por eso mismo, vive de derrota en derrota.

Para envolver las hallacas no es lo mismo el papel de aluminio que las hojas de plátano. Precisamente la desbordante alegría que muchos opositores le reprochan a Rosales, radica en que, a pesar de perder en su estado, sigue siendo el gobernador. Es suficiente motivo como para sentirse de lo más feliz.

Con o sin caprichosas hallacas, feliz navidad y venturoso 2007.


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Earle Herrera

Profesor de Comunicación Social en la UCV y diputado a la Asamblea Nacional por el PSUV. Destacado como cuentista y poeta. Galardonado en cuatro ocasiones con el Premio Nacional de Periodismo, así como el Premio Municipal de Literatura del Distrito Federal (mención Poesía) y el Premio Conac de Narrativa. Conductor del programa de TV "El Kisoco Veráz".

 earlejh@hotmail.com

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