Pildoritas 62 (año X)

De la pluma de mi maestro

No podía, como en alguna otra oportunidad, dejar de compartir con mis lectores de ya casi 10 años, por esta página, un escrito de uno de mis maestros en la Universidad de los Andes, que admiro y no olvido, porque sus enseñanzas relativas a mi formación académica acompañadas con su ejemplo revolucionario han formado en mi vida, basamentos sólidos que me permiten, hoy en día, sumar mi voluntad y mis esfuerzos por la causa de los más pobres, lo cual solo se puede lograr militando de la manera más activa posible, en la causa que se inspira en los principios Bolivarianos, reforzados en millones de hijos de esta Patria por el inolvidable Comandante eterno Hugo Rafael Chávez Frías.

Por ello con la venia de mi maestro el Dr. Temistocles Salazar transcribo su magnífico artículo de opinión publicado en un diario regional, en la esperanza de que el mismo refuerce en mis lectores su afán por no permanecer indiferentes ante la arremetida criminal y terrorista de la derecha endógena y exógena y resista como bien lo afirma el maestro, lo estamos haciendo, los gochos, tanto que ya somos considerados héroes de una paciencia, que más temprano que tarde puede llegar al límite, y emular a Rondón, aquel héroe de nuestra independencia, que no había peleado pero que cuando lo hizo, fue para triunfar y derrotar de manera contundente a los enemigos de la Patria.

A continuación el artículo en cuestión;

"Arrechos y sitiados

Además de arrechos, sitiados. Arrechos porque resistimos una violencia que no respeta edades, ahora sitiados, acorralados, presos, en nuestros propios barrios y casas por una guarimba basurera. Hay que ver cómo los gochos resistimos alimañas, nos hemos convertido en héroes nacionales de la paciencia y del aguante. Ahora estamos sitiados por la mediática borracha y los gatillos alegres, sitiados por la candela y la ponzoña del odio. Las alcantarillas no dan abasto ni los desperdicios, tampoco dan abasto, los malagradecidos que reciben una dádiva o un mendrugo siquiera de la revolución, en la mañana y por la tarde se meten a carceleros de quienes le dan la mano para secarse el llanto, se da la referida fábula contada por Bolívar sobre "la serpiente y el hombre", "que al primer calor que sienten, emplean su saña contra sus benefactores". Hoy somos arrechos y sitiados pero en el fondo de nuestros corazones guardamos una gota de piedad y de alegría. El valor del gocho es incomparable, soportando locos y locas enfurecidas por la pluma, la boca, el Twitter y las manos, que han convertido a Maduro en un loquero de todas las edades: desde viejos como Ramos, hasta mamateteros como Vergara. Gochos sitiados por la guarimba desalmada que pide libertad para sus presos pero nos mete presos, sitiados, a miles de gochos, y eso afirma más nuestra voluntad de no apagar nuestra llama democrática y revolucionaria, la única llama que perdona Dios. Gochos sitiados pero resistiendo (Job es nuestro guía) porque, como dijo Camilo José Cela, premio Nobel de Literatura, "el que resiste vence". Gochos sitiados pero firmes ante el odio. (Temístocles Salazar)"



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Saúl Molina


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