¿Es mucho pedirle a los chavistas que no muestren al mundo que viven como nosotros?

Monólogo de un oligarca expresando por qué no soporta a los chavistas

Son muchas las razones históricas que sostienen las ideas que a continuación voy a expresar y que explican el porqué, después de 20 años del llamado “chavismo”, todavía no aceptemos a sus representantes ni queramos que gobiernen más a este país.

Primero: Tomando en serio las leyes de la evolución darwiniana de las especies, los actuales gobernantes chavistas: No nacieron para gobernar, sino para ser gobernados. Nosotros estamos mejor dotados por la naturaleza y por la providencia divina para ejercer la dirección de esta nación y llevar a sus habitantes a disfrutar de la “mayor suma de felicidad posible”, mandato de nuestro Libertador.

Segundo: Según las leyes del Materialismo Histórico de Engels y Marx, para que se produzca un cambio en la relaciones sociales, debe haber habido una profunda transformacion en las fuerzas productivas, que hayan generado el surgimiento de una nueva clase social sustitutiva de la que ejerce el poder y eso no ha sucedido en Venezuela. La historia reconoce que la última revolución exitosa que ha vivido la humanidad fue la “Revolución Francesa”, producto de la Revolución Industrial, la cual rompió con el andamiaje de la Economía Feudal que hasta eso momento dominaba al mundo.

Tercero: Nuestros padres creadores del Liberalismo fueron previsivos al demostrar que el poder no se podía seguir adquiriendo por mandato divino, dando al traste con las monarquías a las cuales hubo que quitarles sus testas coronadas, mediante la guillotina en lo que se llamó el régimen de terror. Desde ese momento la nueva clase social llamada “burguesía”, determinó que quienes debían gobernar eran los que poseyéramos los medios de producción: Tierras, fábricas, bancos y tecnologías.

Cuarto: En 1.998 nos encontrábamos en nuestra mejor posición, cuando de una forma imprevista surge un individuo llamado Hugo Chávez, del estrato social más bajo del país y cuyo linaje no lo hacía apto para gobernar. Tratamos por todos los medios de evitar su llegada al poder, pero el sistema politico que habíamos creado le permitió llegar a la presidencia de la República. Ese fenómeno lo habíamos sufrido con el General José Antonio Páez, al cual domesticamos y pusimos a nuestro servicio. Intentamos lo mismo con Chávez, pero éste resultó un hueso duro de roer y tuvimos que liquidarlo, pero ya el mal estaba hecho y hasta nos dejó hijos y seguidores que son capaces de dar la vida por él y sus ideas.

Quinto: Con Chávez todo el andamiaje socio cultural, jurídico, económico y politico que habíamos construido durante 200 años de dominación se comenzó a tambalear haciéndonos ir contra nuestra propia institucionalidad. Muchos de nuestros mejores hombres tuvieron que morder el polvo de la derrota y están “exilados” en Miami y otros andan, por fin, disfrutando el producto de sus bienes en propiedades que lograron adquirir en muchos países. El mundo se nos puso chiquito cuando fracasamos en dos intentonas de golpe de Estado, perdimos el control de PDVSA y tuvimos que montar guarimbas armadas en casi todo el país. Probamos contratando sicarios colombianos y convertimos a Venezuela en el mayor sitio de paso de la droga que va a USA, con el fin de lograr el apoyo de la mayor potencia que gobierna al planeta y declararan al país ingobernable y lo intervinieran con sus marines. También en eso fracasamos

Sexto: Los efectos de la llamada “revolución del siglo XXI”, liderizada por Chávez fue devastadora. Comenzó con nuestras tierras, expropiando a nuestros históricos terratenientes que habían obtenido esos bienes gracias a extender las cercas cada vez más lejos de la casa principal donde íbamos una vez al mes a comer carne en vara y degustar buenos vinos. Todo eso lo acabó el mulato Chaves, que no respetó nuestra jerarquía y superioridad racial exigiéndonos que presentáramos papeles de propiedad. La GN que históricamente estuvo a nuestro servicio para protegernos la puso en contra nuestra y tuvimos que contratar sicarios para liquidar a esos que se querían quedar con nuestros bien habidos bienes. Hicimos morder el polvo a más de 300 líderes campesinos.

Séptimo: Chávez penetró en nuestros hogares destruyendo la base social que habíamos tejido con tanto esmero desde la colonia. Nuestros sirvientes dejaron de servirnos y se pusieron a estudiar en las llamadas misiones educativas y nuestras esposas se quedaron sin cachifas, nuestros hijos adolescentes sin con quien iniciarse en la sexualidad y nosotros sin choferes, jardineros y cocineras. Hoy casi toda esa gente que nos servía, ya no está a nuestro servicio, se las llevó el gobierno y nosotros quedamos huérfanos de poder al no tener a quien mandar.

Octavo: Lo más grave de todo es que Chávez con su igualitarismo no respetó nuestros íconos de clase social dominante, sino que puso a nuestra antigua servidumbre al mismo nivel permitiéndoles usar los teatros, lugares de turismo y sitios donde solamente nosotros podíamos llegar. Ir al Teresa Carreño para disfrutar de una obra de opera como las que nos dejó Verdi y tener que compartirla con el hijo de la sirvienta que nos había limpiado el rabo cuando niño, no nos producía ningún placer.

Novena: Ver ahora que los más destacados líderes del chavismo pueden tener los mismos privilegios que siempre disfrutamos y que fue herencia de nuestros padres y abuelos y además tratarnos de “tu”, sin el debido respeto, nos enerva y no estamos dispuesto a soportarlo. De allí nuestra arrechera contra Diosdado Cabello y ahora contra Cilia Flores, la mal llamada “Primera Combatiente”, haciendo quedar mal a todas las “Primeras Damas” que les aportamos al mundo politico. No aceptaremos ser suplantados en los privilegios que siempre hemos gozado y no permitiremos que surja otra clase social sin haberse producido los cambios históricos que las leyes de la dialéctica determinan.

Decima: Sepan los tierruos del mal llamado chavismo, que si ustedes no nos declararon la “guerra a muerte”, nosotros si se las declaramos a ustedes. Si pierden el poco poder que aún les queda, les exterminaremos. No quedará piedra sobre piedra del edificio ideológico construido por Chávez. Su recuerdo será una pesadilla y las nuevas generaciones lo estudiaran como nosotros hoy estudiamos a Hitler. Haremos que su imagen sea tan negativa, que la utilizaremos para crear terror en los niños para hacer que nos obedezcan. Así que no bajen la guardia y busquen las alpargatas, que lo que viene es joropo, aburguesado, pero joropo al fin.

Nota: Sin algún chavista me quiere mentar la madre, lo autorizo. Y si algún escuálido le provoca aplaudirme, también se lo permito.


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Juan Veroes


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