Semillas de paz

“Somos semillas de paz”, escribieron los estudiantes de Misión Sucre del PFG de comunicación Social- Aldea Bolivariana Mérida de Ciudad Bolívar- cuando se les propuso construir un texto corto relativo al tema que más significado y valor tiene para los venezolanos en momentos donde grupos facinerosos han desatado una ola de violencia en las calles de algunas ciudades del país.

En sólo trece palabras los futuros comunicadores recogieron la esencia de lo que necesitamos plantar en cada uno de nosotros para cosechar la tan anhelada paz. La paz hay que sembrarla. No en balde dice el refrán: “siembra vientos y recogerás tempestades” lo que se traduce en este caso en siembra odios y estarás recogiendo violencia. De allí que estos “hijitos de papi” partidarios de la derecha fascista se comporten de forma terrorífica y cruel, segando vidas y destruyendo todo a su paso. En las escuelas, universidades, en los medios masivos, donde domina la derecha se ha esparcido la semilla del mal dando como resultado un ser siniestro al que nuestro presidente ha denominado “Chuki”. Cuan diferente nuestros muchachos formados en valores socialistas de solidaridad, amor, respeto a la vida, la diversidad, al ambiente, a la Constitución y a los derechos ciudadanos. Mientras los chukis talan y queman árboles, trancan vías, queman basura, lanzan aceite y jabón a las calles provocando accidentes viales, tensan guayas sobre las autopistas y avenidas para que los motorizados se decapiten, los estudiantes patriotas y venezolanos de convicción enarbolan la banderas dela paz y siembran la cimiente de la convivencia en paz y libertad en los surcos fecundos del legado del comandante Chávez.

A estas semillas de paz queremos dedicarles estas reflexiones del sacerdote claretiano Teófilo Cabestrero:

“Y llegará la paz. Estallará la paz. Será como un día de sol con barrilete. Será como un mar inmenso que el viento arrulla. Nacerá en las caras de los hombres. Tendrá el gusto de los abrazos largos, el color de los prados verdes y será como una primavera. …Todo esto no se hará sin esperanza. Sin un pueblo como este capaz de perdonarlo todo. De superar con amor el inútil horror de la violencia. Y será ¡seguro que será! Porque más firme que el odio es el amor y más fuerte que la bala es la palabra.”

*Periodista, asesora de Misión Sucre


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María Angélica González


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