Yo: Liliana Hernández, juro y perjuro, que tengo dos manos

¡Qué si fui adeca?, claro que fui adeca, pero de eso hace, uf, un
coñazo de años, cuando todavía Juan Bimba andaba con su bollo de pan
bajo el brazo y, la rabia se cogía a la vuelta de la esquina después,
de dame lo mío. ¿Acaso no ven como quedó el compañero Ramos Allup?
Que, para mí, más que lástima da tristeza verlo solo y desamparado,
esperando que nosotros desde PJ, le tiremos algo, para morir callado
como el cadáver insepulto (frase burlesca de nuestro padre Rómulo) que
es y, que jugó con el poder a más no poder cuando éramos casi que los
amos del valle y, Liliana en recordación a su maravilloso pasado: se
tiró su cantico del himno adeco, para enfatizar su tiempo de moza:
Adelante ¡a luchar milicianos!, que todavía le paran los pelos de
punta al más pintado de los adecos, que como yo los hubo Vladimir
Villegas y, tú que vienes de un salto de talanquera de izquierda a
derecha por allí cerca debiste pasar que, mal no te fue después que
tiraste los dados de la comodidad y perdiste a Rosa Linda.

Estamos a la calladita y en la bajadita: esperando que el TSJ se
equivoque en tomar la decisión y diga es así, y nosotros diremos
inmediatamente en la oposición que no es así que así no fue, para
nosotros soltar de una vez como un vale juego en el truco, las pruebas
que tenemos que son como de aquí a Japón que acabará por completo con
el régimen de quijada de burro como le decimos nosotros en jerga amiga
y, sobre todo en la MUD, al presidente Maduro y, van a ver de qué
color se expande el arcoíris cuando se tiña de amarillo pollito, tal
es el poder de nosotros, que dejó de ser extemporáneo, para hacerse
una realidad que camina sola, llevado de la mano de venga para acá que
todavía hay tiempo de coger el autobús del progreso y, es que ese
14-A, salieron todos los muertos a votar, cosa nunca atrás vista en el
país y ninguno vestido de blanco ni de amarillo ni de verde, sino de
rojo-rojito.

Y, lo que más nos duele y nos pesa y nos da punzadas electoreras con
dolores de cabeza que no hay analgésico que nos las calme es que
sabíamos Vladimir que, el CNE no estaba a favor nuestro como antes
cuando sí éramos adecos y, teníamos a Morales Bello cuidando lo
nuestro como él sólo sabía hacerlo y, por eso es que vamos a seguir
desenmascarando en los sucesivos procesos todas esas cosas anormales
que no nos dejan correr las bases del pluralismo democrático de llegar
al poder que se nos ha vuelto esotérico y, eso, repito no puede ser y
en ese jueguito tienen 14 años y, piensan seguir coleándose como los
bribones que son –ah Vladimir.

Te puedo asegurar Vladimir con toda la responsabilidad que recorre mi
hermoso cuerpo hasta metérseme en alma de mi liderazgo con motivos por
demás de nuestra parte y con la lógica adeca-copeyana y ahora primero
justiciana que los votos que saco Henrique el 14-A, los sacó Henrique,
uno a uno, pero del otro lado quien me justifica a mí que son de
Maduro cuando allí están los votos chavistas y, eso no puede ser,
(¿puedo echar un carajo Vladimir? –sí, ¡carajo!) ya que eso es lo que
podemos decir en argot popular que, fue una cayapa sin nombre, bueno
sí, un fraude bien fraudulento que nos tiene peleando y esperando que
se dé el último campanazo de la contienda que nos ponga a ganar
después que el 14-A falló la institucionalidad y, además ese “voto
inducido y obligado” nos mató. ¿Tú sabes Vladimir qué es el “voto
inducido y obligado! que inventaron y nos impusieron los chavistas?
Yo, no. Y tú Liliana, tampoco.

En Venezuela Vladimir que para mí sigue siendo ella y no otra, el
parlamento que tenemos no sirve como antes, empezando por los
diputados nuestros que lo que van es a chatear y a tuitear y la
corrupción les pasa por las narices a no ser que también perdieron el
olfato, ya que allí no se controla nada ni se legisla como antes
cuando fue congreso y, de los presupuestos qué no decir, ahora son
paralelos, inclinados, tangenciales, derivativos por la cantidad de
ellos que hay.

Bueno Vladimir, lo que si te puedo enfatizar sin que se me enfríe el
guarapo de mi desdicha política y aspirando por supuesto aspiro a
serle útil a mi país como siempre le he sido y, es que Henrique
Capriles es un ángel, no tiene nada de demonio, quizás debería decirte
que es un fenómeno nada visto por años en esta telúrica idiosincrasia
nuestra que él tiene más de mesías que de líder político.


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Esteban Rojas


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