Siempre me he negado a calificar de "bruto" al gobernador de Miranda, señorito Henrique Capriles. Ningún tipo por brutalidad nos va a roncar en la puerta de la cueva, desde el punto de vista electoral; ni es capaz de ocupar las posiciones que ha logrado este caballerito. El otro lado del asunto es su formación cultural, la diversidad de sus conocimientos y su opción por la frivolidad de las telenovelas por encima de cualquier acercamiento a los libros. No me imagino a Capriles leyendo a Eduardo Galeano, García Márquez, ni siquiera a Vargas Llosa; él se ha confesado un apasionado por los teleculebrones. Ser inculto es una cosa, bruto es otra.
Así que despacharlo con el calificativo de "bruto" ante sus declaraciones respecto a la inaceptable actuación de varios gobiernos europeos con el Presidente Evo Morales, me parece una ligereza. Si bien sobre el inconsciente de un burguesito crecido lejos del mundanal ruido de las calles, ajeno a las luchas sociales, tiene mucho peso el desprecio por nuestros pueblos originarios; el juego electoral lo ha llevado hasta a abrazar indígenas, y retratarse con ellos. Así que si bien debe sentirse incómodo ante la realidad de un presidente indígena en un país cercano geográfica e históricamente, como eterno aspirante presidencial no puede darse el lujo de permitir que esa incomodidad aflore en público. Su desprecio por Evo Morales debe guardarlo bien adentro.
¿Cómo es que, entonces, califica de reunión de un club der amigos, la convocatoria de los países que conforman la Unasur ante la afrenta sufrida por el Presidente boliviano? En esta instancia hubo una expresión de solidaridad con Evo Morales. En algunos mandatarios la solidaridad fue más radical, en otros ciertamente moderada, pero ningún Jefe Estado, léase bien, ningún Jefe de Estado trato el grave asunto de "problemita", ni nadie expresó lo contrario a la solidaridad.
Todas y todos en este país sabemos que el señorito Capriles ha dicho que a él lo trampearon en las elecciones presidenciales, por lo tanto él se considera Presidente, y si pretende que le tomen en serio sus reclamos debe actuar como Presidente, aunque sea para complacer a sus seguidores.
Así que el señorito electo como gobernador de Mirando y derrotado dos veces en sus aspiraciones presidenciales, jefe de campaña de la MUD en las próximas elecciones organizadas por un CNE que él no reconoce como autoridad electoral, nos anuncia que en su condición de Presidente de Venezuela él no formará parte de Unasur, porque esa guarandinga es un Club de Amigos, tampoco se haría solidario con Evo Morales, a lo mejor porque en su imaginario no cabe la idea de que un indígena pueda encaramarse en un avión, ni le pasaría por la cabeza perder un segundo de su tiempo presidencial en un "problemita".
Como el niño de papi y mami no es bruto, como sabe moverse en el campo electoral, como ha entendido que el pitiyankismo abierto no da muchos votos en este país, nos lleva a suponer que Capriles no está muy interesado en guardar las apariencias, pues está empezando a ver que otros aspiran a coronarse con los votos del antichavismo.