El fascismo está ligado con la oposición en Venezuela

El fascismo en Venezuela está ligado con la oposición, adopta formas diferentes según el momento electoral, conspiraciones y según las condiciones económicas, el fascismo busca reorganizar el mercado interior no solo concentrándolo hacia arriba sino buscando redefinir los patrones del consumo popular.

Las practicas acaparadoras, especulativas y el contrabando en las fronteras aceleran la recomposición de la burguesía; al barrer o corromper la seguridad del Estado impone límites al pueblo para el predominio de la fracción burguesa y sus aliados en el exterior, es la mejor política para la prosperidad dicen… sosteniendo sus monopolios abastecen la sociedad e inciden en las decisiones que el pueblo toma con su dinero en el libre mercado que amarra el privilegio privado productor-comerciante al consumidor.

Toda la práctica fascista de la que hace gala la oposición buscando el poder no solo es por un simple cambio de gobierno, sino, por la dominación de todos los poderes por parte de la minoría burguesa encadenada con las trasnacionales y organismos crediticios en el extranjero.

Desde las décadas de los 50-60-70 el ascenso del fascismo militar al poder significo la consolidación del capitalismo, después, los gobiernos socialcristianos tomaron la batuta para maquillar las pecas del neoliberalismo con el que se abrió toda la llave para el saqueo de los recursos naturales mejorando la tecnología.

El fascismo venezolano desde Pérez Jiménez no es más que un efecto generalizado en la oligarquía y en la ex aristocracia militar sostenida no solo por las contradicciones del capitalismo sino por la desigual repartición del poder y bienes materiales en la burguesía, incluso, el fascismo llevo a una especie de desdoblamiento regional de los componentes básicos de la formulación, coerción y hegemonía de la política económica del fascismo que deriva de su contenido de clase en la forma que ejerce, aun hoy, su dominación.

La intervención contra Mario Silva, es una más de las que se vienen como parte de la guerra sucia que busca desestabilizar el gobierno de Maduro pensando que con ello se terminaría la revolución, solo los fascistas menosprecian a ese 50% de población revolucionaria; el montaje contra la Hojilla y todo lo que representa el programa para el pueblo chavista ya está consumado, recorre el mundo como lo harán otras conspiraciones contra la revolución en Venezuela, porque Washington y la oposición no van a desperdiciar esa fuerza conseguida el 14 de abril.



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Raúl Crespo


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