El Tigre, CAP, Ramos Allup y Pedro Navaja

¿Los líderes de la oposición han asimilado y comprendido lo que sucedió en Venezuela en las tres últimas décadas del siglo XX? ¿Han entendido lo que ha sucedido en casi doce años del siglo XXI?

La compresión de todo esto debe ser esencial para su sobrevivencia, porque entender todos estos acontecimientos, es como realizar adecuadamente un proceso de adaptación y si este proceso no opera en los términos que la dinámica política impone, la posibilidad de colocarse a nivel de las exigencias del ambiente son poco probables y la naturaleza tiene la capacidad de aplicar sus leyes. Viene luego el trabajo creador y paciente de los arqueológogos/antropólogos que no permiten registrar y resguardar evidencias de estos seres.

Para la oposición esta comprensión no implica un esfuerzo por cambiar su perfil, simplemente le facilita manejar más políticamente la habilidad que siempre han sabido manejar muy bien. No pueden tratar de engañar los venezolanos con el discurso politiquero de las tres últimas décadas del siglo XX. Su discurso debe seguir siendo engañoso e inconsistente, pero enmarcado en la dinámica actual para que suene más creíble y lógico. Debe venir en una envoltura nueva.

A pesar de todo lo que ha pasado y de la tremenda herencia de excluidos que nos dejó la IV República, el discurso aparentemente incluyente de los opositores, continúa siendo excluyente. Este domingo, Eduardo Fernández nos dio a conocer un mensaje en el cual se omite información que está disponible en páginas Web de organizaciones internacionales y esa omisión no solo es voluntaria, sino que además tiene el germen de la exclusión. Decir que el país está hoy peor que en las tres últimas décadas del siglo XX y suponer que tenemos los mismos o mayores niveles de pobreza, no es omitir el dato o la realidad, es mantener el discurso de ayer y es excluir. Desde el punto de vista económico, el país cierta y lamentablemente no es otro. Es un país donde los capitalistas y el capitalismo están en mejores condiciones que en la décadas de los ochenta y noventas del siglo XX[i], pero no es el país de pobre dejado por AD y COPEI. Los pobres se volvieron ahora sujetos y este cambio es de alta significación, aunque todavía vivamos en una Venezuela que se chupa la renta petrolera.

No es el país de pobre dejado por los gobiernos de AD y por los gobiernos de COEPI donde Eduardo Fernández tuvo una destacada participación por ser una de sus figuras principales. Si hubiesen comprendido todo esto, los discursos fueran maquillados de una mejor manera para que su cambio (que no es cambio, es regresarnos) luzca mejor brillo.

No es únicamente la falta de consistencia y coherencia en su mensaje. Además de estas ausencias, los mensajes y particularmente en este de Eduardo Fernández, se percibe una especie de analfabetismo en el manejo de una elemental lógica, que lo hace lucir más mentirosos y en peores condiciones a las que tenían antes de 1998. La publicidad en donde el “estadista” Eduardo Fernández se les muestra a sus posibles seguidores para las elecciones de febrero de 2012, es un tratado de nada, que nos habla no de una evolución como político para enmendar sus acciones y omisiones cuando fue gobierno y pudo hacer lo que ahora vuelve a prometernos, sino de una involución. El encabezado de esa publicidad que es una evidencia de un deterioro y desorden intelectual, se muestra en esta frase:

“Esta discusión entre el pasado y el presente no está haciendo perder el futuro”

¿Qué les está prometiendo Eduardo Fernández a los opositores que pueden seguirlo? Nada, absolutamente nada. Porque el futuro es una dimensión del tiempo y sin una discusión o consideración del pasado y del presente; el futuro no es tiempo. A parte de esta inconsistencia; el mensaje de Eduardo es el mismo que pudo haber ofrecido en una campaña como líder de COPEI o candidato de ese partido.

Algo parecido hemos podido observar con la traída a Venezuela de los restos de Carlos Andrés Pérez. En la caída o muerte política de Carlos Andrés Pérez las fuerzas distintas a la derecha no aportaron nada de nada. Su ciada en desgracias vino más bien desde la fila de su partido y de figuras destacadas de ese mundo de la derecha. Los adecos pretendieron salvar su barco tirando a CAP en alta mar y en las mismas condiciones en la que sus policías tiraron el cuerpo de Alberto Llovera. Si revisamos las informaciones fundamentales de esa caída, es fácil determinar que para AD Carlos Andrés era un estorbo para su posible recuperación y sobrevivencia. Entendieron que debían contribuir diligentemente con otras gestiones para darle la estocada y sacarlo de circulación. CAP era un estorbo para AD y tenían que sacudírselo y así lo hicieron.

Este miércoles con la llegada de los restos de CAP, el verbo de Ramos Allup no escatimó esfuerzo para dejar ver su miseria. Oírlo o leer parte de su declaración, es tener de cerca una apología de la mierda. Es increíble su capacidad de involución y su terquedad para no disimular lo que tienen por alma. Se burló de lo que aparentemente es su humanidad y por supuesto, se burló (en compañía de los que le facilitaron a salir de CAP) de la familia de CAP, que finalmente sintieron su muerte de ahora y su muerte de ayer. ¿Qué pensaría Cecilia Sosa al oírlo?. Seguramente ha podido haber dicho: igualito a mi.

Ramos Allup es una versión (muy mala) de Pedro Navaja; la vida le ofreció la oportunidad para sorprenderse de su propia miseria. Si Ramos Allup tuviera un pelito de honestidad y respeto por la familia de CAP, debió callarse y pedirle a Eduardo Fernández que le socara de ese triste y miserable papel, pero no han entendido las dimensiones de sus miserias

evaristomarcano@cantv.net

[i] Víctor Álvarez han publicado importantes artículos en los cuales esta realidad (capitalismo favorecido en la V) se describe muy bien


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Evaristo Marcano Marín


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