A su insigne sentencia de que el gobierno debe entregar todos los días 420 viviendas en cada uno de los 365 días del año para dar fiel cumplimiento al compromiso de las 153.000 en el 2011, se suma la afectación de la caída del precio del petróleo que, en caso de caer 10 dólares, según sus pronósticos –perdón, deseos- dejarán de ingresar al país, según sus matemáticas puras, 10 mil millones de dólares en 2012. Según este preclaro diputado, Venezuela no consume ni un barril –ojalá- de este mineral, sino que exporta todos los casi tres millones que produce. El último informe de Pdvsa dice que esta industria exportó 2,415 millones de barriles en 2010 que, a un promedio de 70,05 dólares el barril que con todos los ajustes de rigor, representaron 94.929 millones de ingresos totales, con 87.571 millones de dólares de costos y gastos antes del impuesto sobre la renta, concepto éste que alcanzó a 3.849 millones de dólares. Por supuesto que los costos y gastos (representados por compras de petróleo crudo y productos en el exterior, gastos operativos, regalías y contribuciones para el desarrollo social), son harto significativos, que sumados a otros costos y gastos menores, alcanzan una elevadísima proporción del 92,25%.
Expresa el futuro Súper Ministro que el gobierno debe apretarse el cinturón…en los períodos difíciles cuando mermen los ingresos. Eso puede ser muy cierto en países desarrollados, como EE.UU, Japón, Francia, el Reino Unido, Noruega, donde el hambre, la miseria, la producción industrial, son aspectos hasta cierto punto superados, pero no en países en vías de desarrollo como Venezuela, Colombia, Perú, Brasil, México, Ecuador, toda Latinoamérica y el Caribe, con ingentes necesidades y una deuda social acumulada durante más de medio siglo, y donde cada unidad monetaria hay que invertirla en el desarrollo económico, social y cultural.
El cuasi coronado súper ministro señala tres aspectos claves para la superación del estado de atraso de nuestra economía, a saber:: la regaladera a otros países para congraciarse con los panas, la compradera de juguetes militares que sólo sirven para los desfiles, y las estatizaciones sin sentido que están acabando con la iniciativa privada.
Por supuesto que dentro de su obtusa mentalidad, ayuna de lo que significan las relaciones con otras naciones hermanas donde la solidaridad internacional es una materia de primer orden, no caben decisiones como las de ayudar a Haití, a Colombia, Bolivia, a República Dominicana, a Nicaragua, en sus tragedias ocasionadas por fenómenos naturales, porque eso es traición a la patria.
La modernización de nuestra Fuerza Armada la conceptúa como compra de juguetes, porque en su elevado índice intelectual las fronteras y la soberanía nacional son una entelequia. El está acuerdo con el archimillonario especulador internacional George Soros, quien afirma que la soberanía es un concepto obsoleto perteneciente a sociedades cavernícolas.
Según el diputado cejudo, la empresa privada debe tener licencia para especular porque proporciona empleo (Zuloaga dixit), el latifundio (todo latifundio es improductivo y se convierte en lacra social) debe ser respetado, toda corporación está en libertad de evadir el pago de impuestos, violar las leyes de la nación, especular a toda vela y conculcar los derechos de los trabajadores, porque meterlas en cintura aleja las inversiones privadas.
En fin, diputado
Guinness, prepárese para afinar en el más último de los detalles
su programa de gobierno, que de seguro tendrá el apoyo de su familia,
mas no el de la Venezuela trabajadora.
*Economista cepo39@gmail. com