Un caballo de Troya en la mente ¿o en el alma?

“No hay cosa más veloz que la calumnia;

 nada que se nos escape con más facilidad;

  nada que se acepte mejor; ni que se extienda

  por el mundo”.

 Cicerón

“La propia virtud no puede librarse

de los golpes de la calumnia”.

 Shakespeare

 La calumnia o la maledicencia, es venero oral, perverso i, en nuestros tiempos, mediático; es como un sentimiento construido con ruinas i basura, o un adefesio o engendro mental que, poco a poco i de manera silente, es como un caballo de Troya en mente i corazón, de donde bajan soldados de engaños que se van aceptando irreflexivamente i condicionan una actitud práctica antes los hechos de la realidad, i un criterio deformado del mundo i de la vida. Así, lo perverso, lo aceptamos como normal para nuestros intereses de clase; los medios desprovistos de condicionantes éticos o morales para el común de la gente, los encontramos justificados; las virtudes se van escapando sin percatarnos de ello i llega un momento en el cual lo irracional nos parece perfectamente razonable…para los intereses de clase que llega a parecernos ser superiores a todos los demás hombres i mujeres que no gocen de nuestros privilegios. Especialmente cuando los soldados de engaños tengan relación con el dinero i las riquezas. Por eso, ciertas virtudes en los seres humanos, o son mui firmes o son mui frágiles i se distinguen entre los que aman los ideales i los que aman las oportunidades de hacer solamente dinero i apabullar al prójimo. Por ello, los verdaderos cristianos como pintan en papeles no históricos como los Evangelios, son mui escasos, hasta el  propio Vaticano, cuando hasta los mismos Papas no pueden ser buenos ejemplos de cristianos.

 Por estas razones i muchas más que es imposible de exponer en lo limitado de un artículo de opinión, la gente que uno menos cree -me sucede con amigos i hasta con familiares- estando en una clase media o media baja (porque la media alta no parece tener remedio en su paranoia de “ascender”) pese a los esfuerzos que los idealistas hacemos porque estudien, vean la historia de la humanidad i la historia patria; estudien las circunstancias actuales de su mundo i con buena voluntad i deseos de aprender i comprender, se despojen de falso clasismo, de temores estúpidos (como el comunismo que ni idea tienen de lo que adversan a muerte), de admitir falsedades por verdades, de ignorar la lógica, las matemáticas, la ciencia i multitud de claros enfrentamientos con la realidad que les toca vivir, forman parte callada de una oposición que es fácil observar agresiva, opuesta a un sistema democrático, con más libertad que nunca en nuestra historia, con más cambios positivos para la patria como jamás se había experimentado i con un gobierno que nada, absolutamente nada tiene de totalitarismo, sino que rompió con una auténtica dictadura de partidos (AD-COPEI) durante unos 40 años, que saqueó al país, entregó sus riquezas i destruyó su patriotismo, soberanía i moralidad i que ahora, viudas de ese muerto infame i hediondo a corrupción, son las viudas negras que desean volver al poder a como de lugar, bien sea por golpe de estado comprado en el exterior o un infame magnicidio, sin pensar en las terribles consecuencias que eso tendría. Vuelvan la mirada a Colombia: sería peor. Por eso repito con Mario Silva: se van a encontrar con un pueblo; i un pueblo que ya no es el mismo que hasta hace diez años atrás apabullaron o humillaron; un pueblo totalmente distinto que ha encontrado en un socialismo humanista, una ruta que ya otros pueblos del continente i el mundo, están siguiendo, mientras el “paraíso” capitalista, muestra sus llagas o lacras de maldad i falsedad hasta en lo económico i financiero.

 Por esto creo que, nuestra clase media i media baja, i una parte minoritaria de pueblo ignorante o vendido, tienen mediáticamente introducida en su mente (¿O en el alma?) un Caballo de Troya, ni siquiera como el griego, sino que transformado por la maldad i pisando virtudes frágiles en burro flautista, i ha creado una complicidad entre quienes tienen temor o haraganería en pensar, i una oposición maligna, vengativa, antibolivariana, traidora i que paga altos atributos a la calumnia o maledicencia. No hai otra manera de entender a estas personas, desvinculadas de lo ético i lo histórico. Ni la virtud, puede escapar a los golpes de la calumnia i de la infamia.  

robertojjm@hotmail.com




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Roberto Jiménez Maggiolo


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