Guerra mediática

El Tiempo portocruzano dispara agallas de pescado

El término “terrorismo mediático”, ha generado mucho escozor. Alguna gente parece creer un poco exagerado acusar de terrorista a un periodista o mejor, a un dueño de periódico, quien mediante alguna artimaña, que envuelve el uso del medio y sus inmensas posibilidades, trata de desprestigiar, doblegar y mal poner con fines censurables a alguien ante la opinión pública.

Hoy, algunos medios en Venezuela, muchos más de los que uno quisiese, enfrentados al gobierno porque las políticas de éste no se avienen con los intereses que ellos defienden y propician, usan todas sus potencialidades informativas y comunicacionales, pasando por la deformación y mal interpretación de la noticia, para obligar a rectificaciones o dejar a aquel mal parado frente a la opinión pública. Esta conducta se agrava cada vez que se acerca una contienda electoral.

Esta práctica es tan vieja como la profesión o el negocio mismo.

Y las políticas del gobierno, rechazadas a ultranza por propietarios de medios, como vanguardias de las clases dominantes, sobre todo las del capital internacional, empezando por aquellas desplazadas de áreas donde se hacen grandes inversiones y obtienen superlativas ganancias, como la petrolera, aunado al vuelco que aquel le ha dado a sus gastos publicitarios, se volvieron objetivo fundamental para la descarga inclemente de la artillería mediática.

Y esta conducta que puede definirse como “todo contra Chàvez” y más, contra lo que Chàvez haga, se ha convertido en una norma para una importante cantidad de medios.

No viene al caso calificar de una manera u otra, lo que el diario “El Tiempo”, de Puerto La Cruz, hizo en su edición de este lunes 31 de marzo. Es posible, vaya por delante nuestra buena fe, que periodistas y editores, no se propusieron el inicio de una campaña en base al temor, para minar las bases del plan gubernamental de poner fin a la pesca de arrastre. Pero es obvio, que tal como titularon y manejaron algunos detalles de la información, han debido llevar a muchos a conclusiones erradas e indisposición por miedo, frente una medida que merece ser discutida. Porque tiene repercusiones transcendentes para la vida de todos y el destino de la humanidad; la pequeña de la cual formamos parte, acá en Puerto La Cruz y de la que habita el planeta. Ademàs, porque la actual generación está obligada a resguardar el ambiente en el que habrán de vivir las venideras. Es decir, porque no es merecedora que la abordemos con ligereza y politiquería.

En la edición que arriba mencionamos, el periódico en cuestión titula, en primera página de la siguiente manera:

“VENDEDORES: EL PESCADO ESCASEA POR LIMITACIONES A RASTROPESCA”. (1)

Al parecer, ese día, según lo reportado, hubo escasez en la oferta del pescado en tres mercados del producto de la ciudad oriental. En el cuerpo de la información, uno de los entrevistados, atribuyó el fenómeno “a la paralización de las rastropescadoras” (2). El señor Carlos Rodríguez, citado por el periódico, específicamente hizo esa afirmación. Los otros entrevistados se limitaron a dejar constancia de la escasez.

Es decir, un entrevistado, atribuyó la escasez a la “paralización de las rastropescadoras”. Ningún entrevistado, incluyendo al señor Rodríguez, habló que se haya suspendido a las rastropescadoras. Sencillamente porque eso no ha sucedido.

El mismo periódico, dentro del texto, como oculto, reconoce que la prohibición de la pesca de arrastre, “entrará en vigencia dentro de un año” (3) y agrega que “el sector se encuentra parcialmente paralizado debido a que los armadores carecen de permisos para operar y de orientación sobre las artes a las cuales deben migrar” (4).

El periódico, por medio de sus agentes, no se ocupó de averiguar por qué algunos armadores carecen de permisos y desde cuándo estàn en esa situación y le quedó debiendo a sus lectores esa información para que pudiesen armar un juicio libremente. Ademàs, es un subterfugio periodístico, atribuir la escasez o la negativa de algunos armadores a salir a hacer su trabajo, porque carecen de “orientación” para el futuro, que se iniciará, en principio, el año que viene. Y porque las artes o mecanismos que habrán de usar para pescar fuera del mar territorial o dentro de éste, una vez que entre en vigencia la nueva ley, es asunto que de ser necesario la intervención gubernamental, hay tiempo para definirla y espacio para maniobrar. Pero en todo caso, no es habitual que los venados corran tras los perros; quienes reclaman la libertar empresarial no esperan que el gobierno les dé una cartilla acerca de cómo deben hacer lo permitido.

Por estas cosas, uno no entiende que sea sano que el diario “El Tiempo”, periódico de nuestras lecturas, consultas diarias y por el cual conservamos un bello afecto, ademàs del título de primera página arriba citado, en la página 3, use el de “COMENZÒ A ESCASEAR PESCADO POR SUSPENSDIÒN DE RASTROPESCA”.(4)

No es necesario decir más. Usted lector saque las conclusiones y piense que la SIP, acaba de declarar con libertad absoluta, después de deliberar a sus anchas por tres dìas, frente a todos los medios, que en este paìs no hay libertad de prensa ni derecho a pataleo; y ademàs que el terrorismo mediático, es una fantasía oficialista para distraer. “El Tiempo”, si no metralla gruesa, por lo menos como balas de fogueo, lanza agallas de pescado.

(1) “El Tiempo”. Pto. La Cruz, 31-03-08. Pág. 01

(2-3-4) Idem. Pág. 03

pacadomas1@cantv.net


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Eligio Damas

Militante de la izquierda de toda la vida. Nunca ha sido candidato a nada y menos ser llevado a tribunal alguno. Libre para opinar, sin tapaojos ni ataduras. Maestro de escuela de los de abajo.

 damas.eligio@gmail.com      @elidamas

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