En Venezuela nuevamente asistimos con extraña pasividad a un proceso de enajenación colectiva ",
promovido desde empresas publicitarias como "Art Publicidad" que son vanguardia de la SIP y de intereses foráneos, y muy en particular de "Globovisión que ha asumido voluntariamente el espacio dejado por los desprestigiados partidos tradicionales, sirviendo como cabeza de playa del gobierno de EEUU y de las clases dominantes de Venezuela, prestándose inmoralmente para generar un clima de inestabilidad y de violencia fomentado desde sus pantallas, induciendo con la manipulación y la desinformación permanente, el odio entre los venezolanos. Esta acción los convierte en instigadores y copartícipes de cualquier hecho de violencia que se produzca a todo lo ancho y largo de la geografía nacional.
Tenemos una realidad que es inobjetable, esta realidad nos indica que se está profundizando la polarización entre los que defienden la reforma y sus detractores.
El clima de tolerancia sucumbe ante la arremetida de odio que diariamente inyecta Globovisión a través de las pantallas de los televisores.
Ahora los claros ojos, los rostros humectados y las cuidadas dentaduras de los vástagos de la oligarquía, están humeantes de rabia, una rabia que expresan con la prepotencia del que se siente superior y que siempre ha visto al prójimo por encima del hombro, sin reparar en su condición de ser humano y de conciudadano de su propia nación. Estos jóvenes pitiyankees que siempre han añorado ser gringos y que acostumbran hablar pestes de su país cuando visitan sus refugios mayameros, ahora extrañamente dicen sentir preocupación por su patria y por las clases desposeídas. No nos llamemos a engaños, hay un golpe de estado en proceso y ellos son el vehículo para su consecución.
Pero quienes defienden privilegios económicos
no se paran en fundamentos morales y prefieren jugar al caos para justificar la salida de Chávez del poder, actuando de esta manera se reconocen incapaces de derrotar a Chávez en una confrontación democrática y prefieren jugar al golpismo. Moliere (http://molierico.blogspot.com)