Influencers, palangristas y aventureros en redes han copado el mundo de la comunicación

Una especie de pandemia ha caído sobre el mundo de la Comunicación. Aventureros de oficio, sin ningún criterio ético han tomado la escena, asumiendo la información como una mercancía y la ofrecen a través de la diversidad de medios existentes a una población receptiva, expectante que la consume sin el menor criterio crítico, desvirtuando en la práctica todas las normas y principios rectores de la noble profesión del periodismo.

Los que ejercen el periodismo, la locución y otras especialidades de la comunicación apegados a sus leyes, reglamentos y principios éticos se sienten acorralados por los efectos de esta pandemia, para la cual existe una sola vacuna, apegarse a los principios éticos que orientan el ejercicio de esta noble profesión, que son casi universales, pero que los aventureros de oficio se los meten en el bolsillo, porque lo de ellos, es utilizar la información como una mercancía y así abultar sus cuentas bancarias, famas virtuales y supuestos seguidores.

Dicen que la primera víctima en la guerra es la verdad, pero pienso que ahora, los aventureros de oficio con el uso irresponsable de las Redes, al margen de toda orientación ética, han pasado al primer plano y convertido a la verdad en añicos.

Es verdad que en el mundo de la comunicación se ha avanzado, si se quiere es más plural y democrático en cierto sentido, pero dejarla al libre albedrío y sobre todo tomarla como un oficio sin ningún tipo de control. pocos beneficios generará a la humanidad.

La Comunicación, se ha venido demostrando, sobre todo en los últimos años, genera poder y dejarla en manos de aventureros de oficios, palangristas, constituye un grave riesgo para el receptor de información al que la verdad le llega distorsionada, manipulada y sobre esa base, toma decisiones que lo puedan afectar en su vida social.

La dramática realidad de lo que digo, está a la vista de todos. Los Portales han sido tomados por estos aventureros para plasmar medias verdades y mentiras, así como manipular a los recetores con todo tipo de juegos y estimular competiciones entre adolescentes y niños, afectando su salud mental y donde, incluso, se arriesga hasta la vida.

Detrás de las fachadas de influencers y palangristas, se han escondido estafadores, promotores de pornografía y prostitución y utilizan su supuesta fama por el número de seguidores ingenuos que los siguen, para utilizar las Redes y el mal uso de la información para fines mercantiles y negocios sucios de todo orden.

En esto no existe ningún tipo de control y el daño que se está produciendo a nivel emocional y el comportamiento del ciudadano que consume estos paquetes de basura informativa es incuantificable, porque no existe forma de medirlo, hasta que sucede la tragedia o la estafa ya consumada.

Nadie estaría en contra de una Comunicación plural y democrática, pero de allí, a ejercerla con irresponsabilidad y sin ningún criterio ético, hay una distancia kilométrica y esto es lo que estamos apreciando en estos momentos.

Hace más de diez, años, observando como profesor, lo que se venía en el mundo de la comunicación por su uso irresponsable escribí varios artículos advirtiendo sobre el fenómeno, pero ahora constato que se ha profundizado, con una agravante, los actores tradiciones del mundo de la comunicación y el periodismo, están como de brazos cruzados sin poder hacer nada.

En particular, las Escuelas de Periodismo, que ya en Venezuela son muchas, alrededor de 29, permanecen mustias y no se pronuncian, como si sus directivos no se dieran cuentan del delicado perjuicio que se les hace a sus propios alumnos, que están formando para ingresar a un mundo comunicacional, que se van encontrar, totalmente, caotizado.

Los propios estudiantes lo comentan, y dicen, que están siendo desplazados, que ellos pasan 4 años en aulas universitarias, en algunos, con responsabilidad de Tesis de Grado, para encontrarse luego, como en la realidad profesional son sustituidos por cualquier aventurero o aventurera, que los Medios (Sobre todo los televisivos y Oficinas de Prensa de Oficiales) los emplean y las emplean, por su cara bonita, pero sin un ápice de conocimiento en la materia y mucho menos criterios éticos para ejercer la profesión de comunicador social y el periodismo.

La gran mayoría de estas "caras bonitas", son utilizadas en los medios de comunicación televisivos, para dar saltitos, mover la cintura, hacer comentarios insulsos cuando algún Chef de Cocina es invitado o hacer chistes tan malos, de los que ellos mismos se ríen solos y aplauden.

Para las Escuelas de Periodismo, lo susodicho, pareciera que no es con en ellos, y sus directivos se mantienen enclaustrados, viendo los toros desde la barrera.

Pero no sólo es el personal directivo y docente, el que se encuentra paralizado, también, los propios estudiantes. Ud. ve en los Centros de Estudiantes, los muchachos jugando con sus celulares, pero no toman ninguna iniciativa por incentivar un debate, un Foro o cualquier escenario, con el propósito de analizar este tópico que afecta a su futuro profesional. Ni mucho menos otro, que ya los atrapa en el futuro. las técnicas de la Inteligencia artificial que amenaza con sustituirlos.

Así está el panorama universitario en el ámbito comunicacional, con una realidad que nos atrapa, que nos envuelve como una red, llevándonos a la deriva.

"Los periodistas y los que ejercen la comunición tienen el deber de mantener un nivel ético superior al del promedio de la sociedad".

 

 

 

 

 



Esta nota ha sido leída aproximadamente 1064 veces.



Jesús Sotillo Bolívar

Docente en la UCV

 jesussotillo45@gmail.com

Visite el perfil de Jesús Sotillo Bolívar para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter



Jesús Sotillo Bolívar

Jesús Sotillo Bolívar

Más artículos de este autor