Locución y medios de comunicación

La función de los medios de comunicación es de gran relevancia en la vida moderna, pues tienen por definición el deber de primeramente educar, luego informar y por ultimo recrear. Estas tres funciones engloban el gran papel de los medios de comunicación, pero a la vez esta implícito el papel que debe desempeñar los locutores y periodistas, ya que sin estos los medios de comunicación no tendrían necesidad de existir.

Al referirnos a los medios de comunicación se debe tener en cuenta el papel que juegan los dueños de los mismos, al igual el rol de locutores que hacen radio y televisión.

La radio, desde su nacimiento fue y aun se mantiene como un poderoso instrumento de masas para la radiodifusión y su poder de penetración es realmente espectacular pues es capaz de llegar a través de las ondas hertzianas al lugar mas apartado del planeta tierra. De allí, el gran poder como instrumento para la formación y generación de opinión en las multitudes.

Los medios de comunicación al principio surgieron como una necesidad para la comunicación y la información, pero siempre tuvieron la función de controlar la opinión de la gente, de manipular la información que hoy ante los grandes avances de la tecnología comunicacional con la llegada de los llamados medios electrónicos cuyo control están en manos de empresas transnacionales, éstas manejan la información y la difusión a nivel mundial.

La neutralidad en los medios de comunicación no existe, así como no existe la neutralidad en cualquiera de las actividades que desarrolla el hombre, pues como lo afirma Paulo Freire na hay actividad humana desprovista de intereses "…no hay acción humana desprovista de intención de objetivos, de caminos, de búsqueda. No hay ningún ser humano que sea ahistorico ni apolítico".

En ese sentido, tomando como base el pensamiento de Freire, cualquier actividad realizada por el hombre tiene alguna intención, que en el caso de los medios de comunicación y de la locución, esa intención que no es cualquiera sino actividad claramente establecida y definida para emitir, difundir mensajes es de gran relevancia., mas todavía si esta asociada a la geopolítica mundial y la llamada globalización.

Los medios de comunicación y las voces que se emiten a través de los mensajes reflejan una ideología, reflejan una visión del mundo, de la economía, de la cultura, marcada por la visión y la misión de la lógica del capital, de la lógica del vender ideas, de vender mensajes para forjar una determinada forma del pensamiento. A través de la ideología que se esconde en cada mensaje busca ocultar la realidad que esta presente en nuestros valores: el vestido, el calzado, la escuela, la justicia, la apariencia del ser. Es decir su papel es modelar y crear una forma de pensar y hacer.

Así la ideología como una forma de abstraer la realidad busca justificar, no explicar la realidad, crean necesidades ficticias y las justifica haciéndolas imprescindibles, crean verdades absolutas y aíslan al ser humano.

Los medios de comunicación, al igual que el resto de instituciones que conforman a la sociedad como la iglesia, la escuela, el trabajo de una empresa, no son neutrales, pues cabe hacerse la pregunta de ¿Quién decide lo que debe decir el cura en una iglesia?, ¿Quién decide lo que un estudiante debe aprender?, ¿quien decide lo que un obrero debe hacer en una fabrica? Y ¿quien decide lo que debe hablar un locutor a través de los medios de comunicación?

En el mundo de la comunicación actual es difícil encontrar voces críticas, pues de existir éstas son acalladas sino siguen la línea editorial de la emisora.

Si las voces criticas son mínimas también lo es la investigación crítica en los medios, pues según relata el sociólogo Lazarsfeld, a principios de los años cuarenta del siglo pasado, existió una investigación administrativa llevada a cabo por los propios medios de comunicación de masas, o por las estructuras que lo apoyan: las empresas que patrocinan la publicidad, las agencias de publicidad y el Gobierno de turno.

Dicha investigación vino en crecimiento al darse cuenta que las raíces de insurrección en los países en vías de desarrollo son de naturaleza político-económica, lo cual ha provocado una seria y urgente preocupación por los problemas de la eficacia en la política de las comunicaciones (Schiller, 1976).

Todo este proceso de investigación ha venido evolucionando hasta hoy en pleno siglo XXI y los medios cada vez mas refinados en cuanto a un nivel tecnológico altamente desarrollado, son herramientas de una cuantiosa influencia en el pensamiento y accionar de las personas y los mensajes de hoy se ajustan bien el cinturón a los nuevos ropajes que le impone la época. Cambian los símbolos, el lenguaje, los estereotipos, de la clase dominante a la luz de las necesidades de la lucha ideológica contemporánea y las características del presente en plena globalización donde el capitalismo de nuevo aplica la llamada doctrina Monroe para acelerar sus garras de expansión para apropiarse de las fuentes naturales de energía de los pueblos.

De tal manera, que hoy los medios de comunicación continúan siendo la punta de la lanza de la oligarquía financiera y de la ideología dominante, la cual ya Marx la describía en su obra La ideología Alemana, donde refiere que:

"Las ideas dela clase dominante son las ideas dominantes de cada época; o dicho en otros términos, la clase que ejerce el poder material dominante en la sociedad, es, al mismo tiempo, su poder espiritual dominante. La clase que tiene a su disposición los medios para la producción material….Las ideas dominantes no son otra cosa que la expresión ideal de las relaciones, materiales dominantes, las mismas relaciones materiales dominantes concebidas como ideas…." (La ideología alemán, La Habana, Instituto del Libro, 1966, pp. 48-49.)

Marx demostró que lo específico de la ideología dominante burguesa consiste en que por primera vez en la historia la clase dominante intenta imponer su orden particular como si fuera el orden absoluto y universal, y sus intereses particulares, como los intereses de toda la sociedad.

Los medios de comunicación viene siendo el medio natural para la globalización con la intención de imponer su poder, su pensamiento y su lógica del consumismo y la explotación, la manipulación de la verdad y la creación de los llamados fast new y los falsos positivos usando las redes sociales.

Uno de los rasgos más sobresalientes de la globalización es la emergencia de actores transnacionales de diverso tipo, orden y nivel diferentes a los Estados-nación: organizaciones panregionales de carácter económico o político, organismos supranacionales que aglutinan Estados- nación en torno de diversos intereses, organizaciones no gubernamentales, confederaciones militares, oligopolios de empresa privada, etc. La configuración de complejas redes y sistemas de interacción e intercambio entre éstos, dan forma a ese conjunto de procesos de carácter planetario que cubre prácticamente todos los órdenes de las sociedades: hablamos de los procesos constitutivos de dicha globalización política, económica y cultural.

De Sousa (2003), citado por Valderrama "afirma que la globalización no es un fenómeno lineal, monolítico e inequívoco. Una de las contradicciones que hacen que ella tenga estas características mencionadas por el autor es la tensión entre globalización y localización, en el sentido de que los procesos de globalización se manifiestan a la par con los procesos de localización. Con respecto de lo que nos interesa, ello significa que junto a la desterritorialización e interdependencia entre relaciones sociales pertenecientes a espacios múltiples y distantes, y junto a la fragmentación de la identidad en diversas identificaciones, se generan socialidades e identidades regionales, nacionales y locales fundadas en interacciones frente a frente, de proximidad e interactividad territorial profundamente arraigadas en raíces históricas, esto es, más fundamentadas en lo que se es o en lo que se cree ser que en lo que se hace"

La globalización es básicamente un fenómeno signado y marcado por la comunicación y no por la economía o la visión política de los hechos que son sus consecuencias, ha despertado sin embargo con razón una crítica en torno a la calidad de los contenidos mas que en el soporte técnico donde su evolución ha sido mas rápida. En la misma manera se nota una creciente desconfianza ciudadana hacia la calidad del contenido.

Hoy por hoy la clase dominante han variado los aspectos formales, las técnicas y los procedimientos de la propaganda burguesa y han puesto fin a las antiguas tesis liberales sobre la intervención limitada a la esfera ideológica y han pasado a la ofensiva por el máximo control de la opinión publica, por el dominio absoluto sobre los medios, sobre los aparatos de propaganda e información, que controlan las grandes corporaciones.

En los actuales momentos se ha afianzado con mayor ímpetu el hecho de excluir de manera ex profeso de los diálogos la presentación de la verdad, que se sustituye por verdades a medias y mentiras sensibilizadoras dirigidas a un público con un bajo nivel ideológico y desprovisto de información, que a pesar del avance de la tecnología (creatividad destructiva), la gente y especialmente la juventud al desconocer la historia de sus pueblos, desconoce su cultura y son una presa fácil para la transculturación.

El papel de quien ejerce la locución es fundamental en este contexto de la globalización. Y se hace necesario preguntar ¿Quien dice, qué dice?, en qué dial? , Con que efecto ?.

Al responder estas y otras interrogantes, se puede inferir que el locutor no solo es responsable de su voz, no solo es responsable de tener una buena dicción, una magnifica expresión; su función implica una alta responsabilidad de carácter social, acompañada de ética y moral. Quien tiene la responsabilidad de estar frente a un micrófono, debe saber que se le ha otorgado una valiosa herramienta para que voz llegue a miles de personas, y debe ser un profesional de la voz con una formación suficiente y necesaria para asumir el papel de orientar a la población que le escucha.

Estar en los medios de comunicación en estos momentos donde debaten grandes temas, se requiere un locutor con una excelente formación con una base fundamentada en el conocimiento de la cultura, de la comunicación y tener una amplio conocimiento, pues ya no se trata de leer y trasmitir solo los elementos de los mensajes comerciales; para ello se requiere un locutor comprometido con un proyecto de transformación de la sociedad, que en el caso venezolano ayude al proceso revolucionario dentro de la critica al mismo, como critica revolucionaria para contribuir a su máxima realización.

En el mundo de la radio y de los medios en general se viene dando lo que algunos estudiosos llaman resemantización, es decir darle otro significado a las palabras para crear mayor dominación; es así, como establecen que la felicidad es sinónimo de estatus, que se mide por la tenencia de artículos de consumo "representativos".

El locutor del siglo XXI, debe asumir su rol de mayor protagonismo dentro de los medios, produciendo contenidos que estén en función de educar a los oyentes, de convertirse en agentes plenos para la transformación social; debe asumir un discurso con ética y compromiso sustancial para, con la comunidad a la cual se debe. Diríamos al estilo de Freire, convertirse en un locutor orgánico que sea participe de la voz de las comunidades, que tenga una plena identificación con su pueblo. Que entienda y comprenda que la radio debe ser rescatada de las garras del gran capital para convertirla en un instrumento para la liberación.

Ante los tiempos de globalización y la geopolítica se necesitan más que locutores, exegetas de los tiempos que vivimos, que no reduzcan el verbo ni al insulto soez que degrada y mucho menos al rumor maledicente que divide. El locutor debe ser un reconstructor de la palabra para acabar con la ansiedad y la incertidumbre creada por las redes sociales.

No se debe olvidar que la gente quiere participar informadamente, para lo cual hace falta mayor creatividad y cercanía para hacer realidad el concepto de John Dewey que "comunidad mas comunicación=democracia". Hay que mantener la fascinación de las ideas y la magia de las palabras.

El locutor debe elaborar contenidos y convertir sus programas en espacios públicos de crecimiento. Si las plazas publicas cumplían ese rol físico fueron el ágora de otros tiempos para convertirse hoy en espacios públicos inseguros de nuestras vidas, el locutor y la radio tiene que ser la nueva plaza publica que se transforme en el ágora radial que permita desde la palabra acercarnos, maravillarnos y por sobretodo educarnos y recrearnos a través del encanto del verbo y no un espacio anárquico e inseguro para todos.

La realidad nos dice que nuestros jóvenes están muy lejos del uso de la palabra como herramienta para vehiculizar sentimientos de alegría, de esperanzas y expectativas, sus historias y vivencias, su acervo experiencial. Los chat y la telefonía móvil con sus teléfonos "inteligentes" cuyos mensajes maltratan nuestro idioma al ahorrar palabras que incluso tienden a establecer una nueva gramática en la verbalización de la relación humana. El locutor debe entonces utilizar en su programación mas palabras con contenido mas que música como herramienta para acercar las comunidades en una época tan violenta que se esta viviendo, la cual no pocas veces es incentivada desde los mismos medios de comunicación. (Fernández, 2014).

Otra forma de hacer locución es posible, si se redescubre la relación con sus oyentes fieles, de forma innovadora y creativa, que permita disminuir la incertidumbre, la frustración y malestar que crea la globalización y el cambio de los paradigmas en la Producción así se evitaría caer en el fetichismo tecnológico que reduce la comunicación a una compresión de bandas y calidad de emisión, de voz y efectos especiales.

La radio es demasiado importante como para dejarlas al servicio del gran capital y en manos de locutores de baja y escasa formación. Así como el capitalismo afina sus intereses comerciales y manipuladores de la opinión, el locutor a través de la programación puede desenmascarar las mentiras. El locutor solo no puede hacerlo, pues requiere una asociación de locutores, necesita tener acceso a convertirse en propietarios de emisoras de carácter social. Otra radio es posible realizar. Otro locutor es posible.

Bibliografía:

Fernández B. La radio en tiempos de la democracia, la globalización y la digitalización, en www.razonypalabra.org.mx

Marx, K. (1966).La ideología alemán, La Habana, Instituto del Libro, pp. 48-49.

Paz, I. (1977). Medios masivos, ideología y propaganda

Schiller, H. (1976). Comunicación de masas e imperialismo yanqui.

Valderrama, C. Medios de comunicación y globalización: tensiones de la política, las identidades y la educación, en www.nomadas.ucentral.edu.co



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Heriberto Rivera


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