A propósito del artículo de Stella Calloni

Los pueblos tienen derecho a ver Telesur

Para quienes nos formamos en la década del 70’ bajo la convulsión que significó la agresión imperial contra los pueblos del Cono Sur a través de las dictaduras más represivas conocidas en la historia del continente y quienes nos acostumbramos a leer a Stella Calloni, periodista argentina, en sus exhaustivas investigaciones para denunciar los planes del imperio en esa región del continente, así como en Centroamérica y el Caribe, en las décadas posteriores, leerla de nuevo en el espíritu de combate que la define, nos resultó no sólo alentador sino pedagógico.

Stella Calloni publicó en Cubadebate un trabajo reproducido en Aporrea el 11 de los corrientes con el mismo título que encabeza este artículo donde argumenta la necesidad de poner a Telesur como canal abierto, partiendo de la premisa de que la guerra de la información es tan importante como la lucha contra los tratados de libre comercio y la militarización. Me sorprendió pues la discusión de este tema aunque candente, porque había sido pospuesto a pesar de las promesas iniciales de hacer llegar a Telesur a los más amplios sectores del pueblo.

Ella comienza con un agudo lamento que podemos corroborar sólo haciendo click a nuestro televisor si tenemos la suerte de contar con los servicios de señal cerrada: “Mirando un informativo internacional de Telesur uno siente, inevitablemente, la impotencia de saber que ese enorme esfuerzo de producción, de corresponsalías que abarcan a la mayoría de los países del mundo, de imágenes que el poder desinformativo mundial oculta cuidadosamente, no esté llegando a todos los pueblos de nuestra América”.

Y continúa de manera contundente definiendo este proyecto comunicacional latinoamericano lanzado por nuestro Gobierno nacional conjuntamente con el de Argentina y Cuba, como para que no quede duda de la importancia que tiene abrir esta señal para el acceso de todos: “Telesur es un desafío hecho realidad para crear lazos de integración amplios en la comunicación y rescatar la verdad ocultada por la oferta banal, la frivolidad llevada al extremo de la degradación, la mentira repetida tantas veces sea posible como para anular toda resistencia, como lo concibió Joseph Goebbels en la Alemania de Hitler”.

Una experiencia cercana

La experiencia personal de Calloni de haber grabado un informativo de Telesur y haberlo proyectado durante una charla sobre América Latina ante centenares de jóvenes estudiantes le mostró, en primer término, la sorpresa ante la evidencia de que el contenido, la forma, el fondo eran obviamente superadores a las propuestas más acabadas del gran poder mundial. Y esto despertó en el auditorio un sentimiento que sólo podría resumirse, según nos relata, en un "sí, se puede". Algo así como un orgullo ajeno de reconocer y reconocerse que era posible desafiar la criminal desinformación que nos acosa a diario desde las pantallas de nuestros televisores, utilizadas para violar el derecho de los pueblos a la verdad.

Pude corroborar recientemente el resultado de la experiencia de esta excelente periodista argentina mientras leía junto a mis alumnos del Programa de Formación de Comunicación Social de la Universidad Bolivariana de Venezuela, sede Caracas, este trabajo sobre Telesur y lo analizábamos. La sensación de validación de algo que ya se sabe pero no se dice, fue lo predominante. El que una voz tan autorizada como ella prácticamente exigiera la señal abierta de este noticiero latinoamericano, nos hizo sentir que esta justa pelea ya había comenzado y decidir apoyarla.
Stella nos cuenta cómo, pasada largamente la medianoche, a la hora en que muchos ya descansan de un día duro, casi a hurtadillas, uno puede ver en Argentina un micro de lo que es ese informativo en señal abierta. Así Telesur se convierte de repente en un fantasma. La señal que llegaba por otro canal de cable -a lo que no todos los clientes de las diversas corporaciones y monopolios periodísticos pueden acceder- y que permitía al menos unas dos horas de transmisión desapareció de repente para dar lugar a otro tipo de programas.

O ejercemos el poder que tenemos o...

“No dejar un solo resquicio para la verdad es un imperativo para los estrategas de esta guerra. Esa realidad implica que los pueblos no pueden esperar -en tiempos en que la información ha sido convertida en un arma de guerra- a que los gobiernos de diversos países de América Latina abran espacio para esta iniciativa única de información veraz, en momentos tan críticos para la humanidad.

Así como se desarrollan luchas populares contra las imposiciones del gran poder, y se levantan barreras contra el Area para el Libre Comercio de las Américas (ALCA), contra la militarización y toda otra estrategia de dominación, los pueblos deben tomar en sus manos la demanda de que los gobiernos abran la posibilidad de una señal donde haya acceso a una información que es también un muro contra la manipulación. Es un derecho ganado por los pueblos del mundo, el derecho universal de acceder a la información veraz.”


ccl8@hotmail.com


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Carmen Cecilia Lara

Profesora de comunicación social de la UBV

 sathya954@yahoo.com

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