Hasta Giusti critica a Nicmer Evans

Giusti analiza la protesta de Nicmer Evans y la presenta a la derecha para meterle miedo. Resumo su posición: Evans se equivoca, cree defender los principios de la revolución pero se equivoca porque el Maduro de verdad saldrá después del 14ª, ahora es estrategia pero después se convertirá en el revolucionario duro por el cual Evans clama. G deja a Evans como fundamentalista puro y aprovecha para invalidar a nuestro candidato en el presente y en el futuro, que le niega como presidente. A nosotros en realidad nos importa un bledo la opinión de G. Se aproveche de un desliz, a eso nos expuso Nicmer E, también a que la derecha ataque al candidato con armas y conceptos manidos y que se los atribuya a la Revolución. G pretende asegurar que los actos de Maduro son sólo medios para lograr un fin. De paso le recalca a Nicmer que está equivocado, es un niño y sufre de lechinaR, enfermedad de la niñez revolucionaria, con lo cual él, G, se equivoca de diagnóstico, como se equivoca en todo; de lo que sufre Nicmer E es de protagonismo adelantado y sin continencia.

A Nicmer lo han analizado, aconsejado y regañado un gentío, pasando por la enjabonada que le dio el camarada Jaua, quien clarito se lo dijo: “El militante en medio de una batalla, cierra filas con quien la dirige” si los que estamos con esta revolución, no comprendemos eso, no comprendemos nada. Lleven a este camarada al curso maternal revolucionario, que le enseñen la frase con tacos, que la escriba en plastilina.

Nicmer suena, desde esa atalaya en que colocan a esos jóvenes que no han templado todavía el acero interior, como el único que piensa y analiza. Agarra un espacio y lo toma de podio, y lo aprovecha y en medio de este momento tan fundamental para el proceso revolucionario, se pone a criticar, pienso yo que injustamente, sin fundamentos y sin mirar hacia atrás. Nosotros, el pueblo, también pensamos y somos críticos y vemos, sentimos y sufrimos lo que hace o no hace falta: Sabemos el mundo de cosas que nos quedan por ejecutar, conocemos las materias raspadas, las cosas por cumplir y por idear, PERO a diferencia de él, nosotros los revolucionarios de a pie apoyamos, trabajamos y cerramos filas. No crea nadie que no somos críticos, pero en el fragor de la batalla cerramos filas con Maduro: comprendemos sus acciones, apoyamos sus estrategias, celebramos sus brincos y lo que se le ocurra, que la cosa no es sencilla, que el encargo fue mayúsculo, y Maduro ha sabido llevarlo con pasión y respeto y perseverancia; ha sabido comunicar con su estilo y su voz, con su tamaño y sus facciones. Y entonces una, que con sus zapaticos negros va para marchas y contra marchas, elecciones y más elecciones, firmas, colectas, reuniones, congresos; una se pregunta y estos revolucionarios maquillados y de cámaras, de poses y de estudios; donde tienen la formación y el respeto mínimo que nos debemos todos en estos momentos que han sido de espera, temor, dolor mayor, resignación, consuelo y vuelva usted a darle duro y parejo que tenemos que demostrarle que !No Volverán y es con Maduro que gritaremos ahora la consigna¡

Críticas a montón tenemos, entre pecho y espalda, decía mi madre, para significar aquello por lo cual había que luchar sin quejarse. Ya saldrán como acción en las nuevas batallas no como expresiones en una nota periodística en la cual competitivamente se quiere dejar claro que lo dicen pronto, de primeros. Y de amor, no nos hablen de amor y de pena, pero nuestro líder es Maduro. Hay momentos para decir las cosas, y hay formas de decirlas para el bien de este proceso y de la mejor manera. Cuando Chávez pidió Unidad y más Unidad, la pidió a todas, a todos, a cada uno, a cada una; y esa palabra tiene referentes y hace referencias, y la Unidad debe convertirse en acción real individual y en la guía de nuestras acciones grupales. Cuando Chávez nos pidió desde su corazón que eligiéramos a Maduro presidente lo pidió y lo ordenó y es lo táctico y es lo estratégico. Sólo venceremos si actuamos en unidad, y como el ejército de vencedores que hemos sido, vamos con nuestro líder: Maduro, a ganar esta nueva batalla. Así será.

La lección número uno que las personas del proceso que ocupan sitios como comunicadores deben aprender y demostrar que aprendieron, es que no están en esa posición para ser vedetes del espectáculo, divos de la información y fuegos para la confrontación interna. Sus ideas personales y propias las deben y pueden tener, hay que mirar el momento, voltear hacia los lados y saber qué se quiere y qué se persigue, dentro de la revolución. Analice usted sus declaraciones y si ve que en ellas hay un gramo de protagonismo, individualismo, sectarismo, y afines; edite, cambie de oficio, véngase al barrio donde se habla sapos y culebras pero no utilice esa posición privilegiada para expresarse como quien no siente ni padece por todos sino por sí mismo, como quien no tiene compromisos grupales y de unidad, como quien habla en la sala de su casa o con su pana en un café. Hay medios a la disposición de los comunicadores para acercarse a las cúpulas políticas, hay espacios en las discusiones del partido y si no los hay quién mejor que ellos para propiciarlos.

Ahora es el momento para apoyar y resaltar las cualidades y potencialidades de nuestro líder: Nicolás Maduro. Ahora es el momento para el protagonismo de nuestro líder: Nicolás Maduro. Debemos vencer, es necesario vencer y ¡Venceremos con Maduro nuestro líder y líder de la revolución!

¡Maduro Presidente!

¡VENCEREMOS!

marujaromeroyepez@gmail.com


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Maruja Romero Yépez


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