A raíz de las fotografías publicadas por el Diario “El Nacional”, donde reproduce imágenes tomadas en la Morgue de Caracas, se ha formado un escándalo que va más allá de la crítica necesaria. Cuanto ocurre es que el gobierno cayó en la trampa de la guerra mediática de la cual forma parte ese periódico, transformando un hecho del ya desfasado periodismo amarillista de finales del Siglo XIX, en un actualizado tema político con la bandera de la “libertad de expresión”.
En lugar de medidas judiciales –apelando a la moral, al perjuicio a nuestros niños y a otras académicas razones- a El Nacional y a Tal Cual se les ha debido exigir es si ellos tienen Código de Ética ( ó Guía Interna) y emplazar al CNP a que fije posición sobre este tipo de publicaciones, en las cuales toda la responsabilidad recae en la Dirección del medio.
El publicar o no gráficas o noticias contra la moral pública -institucionalizado en los EEUU con su periodismo “amarillista” de fines del Siglo XIX-, popularizado en Venezuela con “Crónicas Policiales”, depende, en gran parte, del conocimiento que tengan los dueños o directores de medios de comunicación sobre la noticia y la responsabilidad moral y ética que debe tenerse para manejar ese insumo diario de la población.
En estos días leí en “Aporrea” un artículo de Ernesto Villegas refiriéndose a este tema, donde citaba a especialistas y medios sobre eso de la ética periodística y recordamos que un diario regional como PROVINCIA, de Cumaná, en abril de 1983 hizo público su “Guía Interna para Periodistas de PROVINCIA”, donde al referirse a la ética dice: “El Diario PROVINCIA se acoge al Código de Ética del Colegio Nacional de Periodistas, rechaza todas las formas de amarillismo, la calumnia y el seudónimo malsano e infame; no publica fotografías pornográficas, ni aquellas de sucesos donde las víctimas aparezcan deformadas o que causen desagradable impresión, no publica informaciones sobre violaciones o ultraje de menores.. etc. etc.”.
De lo anterior puede deducirse que el “amarillismo” de El Nacional es un problema de ética de ese periódico, cuyo dueño-Director ha integrado ese medio a sus compromisos políticos. Lo de Teodoro es peor…ese ni siquiera tiene empresa; él, lamentablemente lo tienen ahí como “cocinero” especial para que prepare el plato deseado por sus dueños…pero con el sabor del “catire Petkof” quien al parecer sabe mucho de todo; pero, nada de ética periodística ni de consecuencia revolucionaria…ética que lo consume en la misma paila donde borbollan Miquilena, Pompeyo y otros ex…
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