¿Cómo es posible que aparezcan venezolanos, justificando las viles acciones de Trump contra Venezuela, contra los buques petroleros que salen de nuestras costas, justificando el asedio, y apoyando las sentencias en las que asegura que el petróleo y las tierras de nuestro país son de EE UU?
Estos venezolanos verdaderamente ignorantes dicen que Trump fue mal interpretado, que él lo que quiso decir fue que Venezuela le quedó debiendo dinero a las empresas petroleras estadounidenses. ¡Estúpido! Los gringos durante todo el mandato de Juan Vicente Gómez no pagaron ni una locha por todo el petróleo que se llevaron. Se llevaron millones de toneladas del lago de Guanoco con el que pavimentaron a Nueva York, a través de la Compañía Bermudez and Company.
Desconocen estos venezolanos que Carlos Andrés Pérez, el gran adeco, condujo una nacionalización de las empresas petroleras en Venezuela, en las que se les pagó con creces todo, hasta el punto que copeyanos como Alfredo Tarre Murzi, criticaron el hecho de que se les hubiese indemnizado de manera aberrante hasta los clavos, tuercas y el más mínimo andamio, y habérseles pagado en exceso millones de dólares que no merecían. Que esa fue la nacionalización más chucuta jamás vista en el planeta. De hecho la llamaban LA NACIONALIZACIÓN CHUCUTA!
Hoy, el diario "El País" publica una nota del periodista José Andrés Rojo, en la se detalla el asombro por el comportamiento de algunos "venezolanos" ante el robo con que Trump amenaza a nuestra nación diciendo que las tierras y nuestro petróleo les pertenecen. Dice el periodista que resulta desolador el que existan muchos venezolanos que puedan celebrar los movimientos de un político que tanto se parece a quienes los han masacrado durante estas últimas décadas.
Como es posible, escribe: "Muchos venezolanos miran con buenos ojos el despliegue militar de Estados Unidos en el Caribe y se sienten reconfortados con la idea de que Donald Trump pueda empujar y facilitar la caída del régimen de Nicolás Maduro. Pero los movimientos de Washington en la zona son, en realidad, profundamente inquietantes y peligrosos ya que revelan un giro radical en sus políticas hacia el resto del continente. Trump ha desempolvado la doctrina Monroe, así que quiere una América para los americanos, y no tiene empacho en avisar de que intervendrá allí donde haga falta para asegurar sus intereses. Vuelta al siglo XX, al peor rostro de Estados Unidos durante aquella centuria, el que lucía cuando se sentía autorizado para meter las zarpas en su PATIO TRASERO si descubría algo que no le gustaba, ORGANIZANDO GOLPES MILITARES y enredando con los manejos de la CIA para liquidar a sus enemigos. El actual inquilino de la Casa Blanca ya ha mostrado desde su regreso al poder su simpatía por las fuerzas de ultraderecha y les está echando un cable cuando lo necesitan, ahí está su apoyo con millones de dólares a Javier Milei, el de la motosierra".
Venezuela representa hoy la dignidad de todo un continente, la resistencia, el coraje, la hidalguía y la fuerza de Bolívar, mientras que como en 1817, todo nuestro continente se encontraba sometido bajo el poder de los realistas. Venezuela da la cara por los colombianos, por los ecuatorianos y peruanos, por los argentinos y chilenos, por todos los centroamericanos, en defensa de Patria Grande. Otra vez, Venezuela sale a enfrentar en nuevo colonizador de nuestro continente. Sale a liberarlo, a ser, como decía José Martí la Jerusalén del Nuevo Mundo.
Dice José Andrés Rojo: "Es difícil pronosticar lo que puedan hacer los buques de operaciones especiales desplegados por Washington en el Caribe, y los destructores de misiles guiados y algún submarino nuclear que pasan por allí, y los bombardeos B-52 que ya han sobrevolado la zona, y esos helicópteros y cazas y drones que asoman sus narices, etcétera".