Paraguay y Venezuela a las puertas de una verdadera integración económica

Una mirada a la realidad de la integración latinoamericana seguramente nos haría pensar primero en Argentina o Brasil, lo cierto es que hoy día las relaciones económicas de nuestro país con el gran aliado paraguayo, se han extendido y se presentan mucho más prometedoras en los próximos años, lo que nos indica que el desafiante camino de la integración de las naciones suramericanas, está cada vez más definido por la voluntad política de los gobiernos de la región, tanto como por los grandes deseos de cambios presentes en los pueblos latinoamericanos en tiempos de revolución.

El Paraguay es poseedor junto con Brasil de la mayor reserva hidroeléctrica del continente y una de las mayores del mundo, el país descansa sobre la cuenca hídrica más poderosa del cono sur, la triple frontera está ubicada en punto de la geografía latinoamericana de carácter estratégico, reposando igualmente sobre las grandes reservas acuíferas de Suramérica -Acuífero Guaraní-, lo que la coloca como objetivo focal de la estrategia militar de ocupación silenciosa que lleva adelante el gobierno de Washington en el continente.

Con el triunfo de Fernando Lugo en el paraguay, se abren posibilidades reales de un acercamiento económico oportuno y con capacidades de intercambio equitativo entre ambos países, uno de los elementos que dificultaba la vinculación con el Paraguay, era la clara orientación de su gobierno a favor de los tratados de libre comercio, confiamos en que la sensatez del nuevo gobierno paraguayo permitirá continuar con la estrategia de unidad continental que han emprendido casi todos los gobiernos de la región y en la creación de la Unión Suramericana de Naciones UNASUR, iniciativa política que comprometería seriamente los intereses de Washington en nuestro continente, y aceleraría por el contrario, la necesaria e histórica propuesta de unidad planteada desde y para Suramérica.

Con la entrada de Venezuela en el mercado económico del sur MERCOSUR, las relaciones económicas con el Paraguay se han hecho una necesidad de orden político continental, mientras las oligarquías locales pretendían presionar al antiguo gobierno de asunción para que frenase la integración económica con los países hermanos y al mismo tiempo beneficiase los tratados bilaterales de libre comercio con Estado unidos, con el débil argumento de la asimetrías comerciales con sus vecinos del MERCOSUR, Brasil y Argentina, el gobierno bolivariano muchos más cercano al nuevo presidente paraguayo, hará importantes esfuerzos por construir una línea de intercambios económicos directos que beneficien ambas economías, al tiempo que fortalecen el novel bloque suramericano.

Recientemente estuvo de visita en nuestro país el canciller paraguayo, Rubén Ramírez Lezcano, quién suscribió un importante acuerdo de intercambios comerciales entre ambas naciones, logrando acordar un memorando de entendimiento de seguridad y soberanía alimentaria entre Paraguay y Venezuela, lo que permite a nuestro país poseer una reserva estratégica de alimentos en Paraguay llegando a desarrollar así una verdadera política de seguridad alimentaría que permita igualmente una transferencia tecnológica de este último en materia de producción de carnes, bovinos, sojas así como otros amplios rubros en las áreas agrícolas.

El objetivo comienza a estar claro; desarrollar alianzas estratégicas con nuestros hermanos suramericanos, al tiempo que damos fortaleza al bloque de integración comercial regional MERCOSUR, la construcción del gran gasoducto suramericano que incluye al paraguay y a sus vecinos con los países caribeños, el avance en la conformación de una empresa energética regional, como la propuesta por Venezuela de PETROSUR, la creación de organismos financieros locales con grandes capacidades para el financiamiento de la pequeñas y medianas industrias nacionales y la conformación de un bloque político ideológico continental sólido cuyos valores principales sean el bolivarianismo y el antiimperialismo.

Se hace urgente un amplio acuerdo de integración energético que permita al paraguay seguir obteniendo los beneficios del petróleo venezolano, mientras nuestro país se posiciona cada vez más como aliado vital para la transformación de Suramérica, e igualmente obtiene los beneficios que significa un desarrollo agrícola potencial como lo tiene el paraguay. Necesitamos extender los acuerdos marco de cooperación existentes en la actualidad, garantizar al pueblo paraguayo una justa y verdaderamente sostenible integración al MERCOSUR de su economía, sin que ello signifique la desaparición de su aparato productivo local. Si bien es cierto que la propuesta de Integración regional representa un gran desafío de dimensiones desconocidas para las economías locales, también lo es que los tratados bilaterales de libre comercio con el gigante del norte representan el suicidio de las economías locales de Suramérica, con capacidades nulas para competir con los mercados estadounidenses, esto lo deberían saber las calenturientas mentes de las oligarquías locales que pretenden llevar al país por el barranco que significa firmar un TLC.

Luego de afanosos intentos por posicionarse definitivamente en la región, Washington y sus aliados locales se enfrentaron a un duro golpe respecto de los resultados de este histórico 20 de abril, donde el pueblo guaraní derrotó democrática y cívicamente los restos de la dictadura militar de Stroessner y de su tradicional aliado político con el cual se mantuvo en el poder durante treinta y cinco largos años de represión, violencia y muerte, el oficialista partido colorado.

Nuevamente vuelven a soplar los grandes vientos de cambio que estremecen a Suramérica, la tierra de Quaquemoc, Atahualpa, Guaicaipuro, Bolívar, Sucre, San Martín, Artigas, y tantos otros se quita las vendas frente a la dominación y propone un cambio de signo en el ahora vendido gobierno del Paraguay. Nuestro pequeño y silencioso aliado parece estar contando las horas cumbres para presenciar un cambio histórico que enrumbe los destinos de la nación por la senda del desarrollo, la integración y el socialismo latinoamericano que cada día asume su compromiso ineludible con la historia, desafiándola y transformándola. Desde el Caribe hasta Ypacarai, estaremos nuevamente los pueblos de Suramérica a luchar contra nuestros enemigos para construir una sociedad más justa y más equitativa, una verdadera democracia socialista, un verdadero socialismo, un verdadero mundo.

ibiceduve@hotmail.fr


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Charles Giuseppi


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