Allá indignados y decadencia. Aquí sembrando porvernir

Tiemblan los imperios y se ponen nerviosos los reyezuelos, principados, monarquías, condes y emiratos.  Caen las máscaras de falsos demócratas y socialistas de papel en una Europa rancia. Ya el neoliberalismo no da pie con bola. Ni aquí ni allá. No tiene respuesta para millones que a corta edad sienten que la vida se les va. El libreto ha sido exprimido, agotado y están descubiertos por masas que hoy se levantan rabiosas.

     Aquellos del viejo, del anciano mundo, empeñados  como siempre en el arrebato ven limitados sus tentáculos. Y  el del norte ve perplejo como se le alzó el “patio trasero”. Ya no pueden  sostener  los subterfugios y engaños de siglos. Los dominados de ayer se levantan llenos de ira  y la esperanza de lo posible se corre a viva voz y de pueblo en pueblo.    Entonces acuden a la grosera cayapa armamentista que sólo  sirve para ahogar voces  y propósitos libertarios.

     La España de castañuela y pandereta no aguanta el tropel de gobiernos que miran al pueblo por encima del hombro. Como dicen por aquí, se les acabó el pan de piquito. Hoy como ayer  las salvajadas del capitalismo, devenido en neoliberalismo,  se les han venido encima.  Un sistema, originariamente perverso, no tiene (nunca tuvo) respuestas a una población que ya no soporta apariencias, desigualdades, displicencias, mojigaterías, poses y sobre todo un falso desarrollo. Los movimientos sociales, especialmente su juventud, los han desnudado.  Allá, bajo la reciedad y el realismo de los “indignados”, no solamente  se caen las máscaras. Se abren caminos para las respuestas que vendrán.

     Aquí  guapeamos todos los días con el mismo enemigo de allá. Coraje popular para sacarlos de raíz. Oligarquías y apátridas, marionetas manejadas por sus amos del norte.  Tanta obediencia los desquicia al término de  traicionar a  su propia patria.

     Mientras allá  luchan contra los rancios modelos, aquí abrimos  puertas y ventanas a la creatividad y construcción de una nueva vida. Allá los indignados, que son millones de cansados, desempleados, obstinados, con futuro incierto y aferrados a su fuerza y resistencia. Aquí, con una América que se empina con sus miles de almas hacia mejores tiempos. Aquí, con un Presidente Chávez que  con su coraje y ejemplo levanta pueblos y nos acompaña a convertir en realidad sueños ancestrales. Allá la decadencia. Aquí sembrando el  porvenir.

revolcones76@yahoo.com.ve



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Juan Azócar


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