Solidaridad con el pueblo árabe saharauí

Los Estados de España y de Marruecos tienen demasiadas ínfulas de que son países imperialistas. No existe ningún equipo de psicoanalistas o de psicólogos que sea capaz de modificarle, aunque sea algunas células cerebrales, la obsesión de que no están en ese elevado escalafón de las potencias más avanzadas y desarrolladas de este mundo. Sin embargo, eso no es nunca suficiente para negar que tanto el Estado español como el marroquí ejecutan políticas de neocolonialismo: el primero contra el pueblo vasco y el segundo contra el pueblo árabe saharauí. Conocido por la opinión pública mundial es el cinismo del Presidente del gobierno español, el “socialista” José Luis Zapatero, quien dio como respuesta a una pregunta sobre la incongruencia y debilidad de su posición frente a la represión del gobierno marroquí sobre el pueblo árabe saharauí, más o menos lo siguiente: había que esperar recoger datos para poder pronunciarse ante el genocidio; es decir, no le importan los muchos muertos, los centenares de heridos con tal de que no se vean afectados los intereses de España. En otros términos: el mundo puede entrar en terribles hecatombes, algunos Estados pueden cometer los crímenes o genocidios más abominables y repudiables, pero si eso no afecta los supremos intereses económicos de la monarquía española, no hay ninguna necesidad de prestarle atención y, mucho menos, pronunciarse para condenarlos. Ese es el insólito concepto de la solidaridad internacional del gobierno “socialista” español con una causa de un pueblo que lucha y sufre por la conquista de su derecho a la autodeterminación.

 El mundo entero, aunque el Estado marroquí intente evitarlo aplicando métodos represivos, ha observado el genocidio que está cometiendo el gobierno de Marruecos contra el pueblo de la República Arabe Saharauí Democrática a pesar que en Estados Unidos existe un diálogo entre voceros del Estado marroquí y el Frente Polisario para encontrar una salida concertada y negociada que respete el derecho de autodeterminación del pueblo árabe saharauí.

 Al momento de nosotros escribir esta opinión de solidaridad con el pueblo árabe saharauí y de condena contra el Estado marroquí, se conoce que van alrededor de cuarenta muertos, casi doscientos detenidos y torturados y más de setecientos heridos. Crimen de lesa humanidad que seguramente, como muchos otros cometidos por gobiernos despóticos contra sus pueblos u otros pueblos, quedará impune mientras no se produzca un oleaje revolucionario que ponga punto final a la existencia del capitalismo en todas sus expresiones y el mundo entre, de manera definitiva, por el sendero del socialismo.

 El gobierno de España es cómplice, en nombre del socialismo español, del genocidio que el gobierno marroquí ha cometido en perjuicio del pueblo saharauí. Bien se sabe, como lo dice el embajador de la República Arabe Saharauí en Venezuela, España colonizó muy mal al pueblo saharauí, pero allí no estuvo la gravedad y la perversión del colonizador sino que lo descolonizó de una manera peor y trágica, por lo cual ahora ese heroico pueblo saharauí se encuentra sometido al régimen criminal, monárquico-bonapartista que impera en Marruecos. Seguro, en la ONU se darán –como siempre- discursos revestidos de democráticos por voceros de grandes potencias imperialistas, pero los muertos terminarán en los cementerios llorados por sus familiares y los asesinos gozando de impunidad. ¿Hasta cuándo la ONU será un organismo político de las naciones imperialistas o de los cinco países con derecho a voz y veto?

 Igualmente, El Pueblo Avanza (EPA) rechaza el oportunismo mediático de instituciones y personajes que se valen de las circunstancias para hacer críticas destructivas contra determinados objetivos políticos tratando de desviar el interés de la opinión pública sobre los hechos más relevantes o importantes del momento.

 Los grandes medios de comunicación, por ejemplo, destacan la reunión de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) como supuesto vocero de los periodistas para la defensa de sus derechos; el incidente fronterizo entre Nicaragua y Costa Rica; la declaración de don Mario Vargas Llosa condenando a los gobiernos de Venezuela, Cuba y Bolivia como violadores del derecho a la libertad de prensa, mientras que nada, absolutamente nada, destacan para protestar y solicitar aplicación de justicia contra el gobierno marroquí, quien ha cometido y continúa cometiendo crimen de lesa humanidad contra el pueblo árabe saharauí. Nada, absolutamente nada, dicen para condenar la complicidad del gobierno español. En ese crimen de lesa humanidad. Nada, absolutamente nada, dicen para protestar contra el silencio de las grandes potencias capitalistas en el sostenimiento de la política colonialista del Estado marroquí negándole el derecho a la autodeterminación del pueblo árabe saharauí. Nada, absolutamente nada y cosa muy grave, dicen para protestar y condenar el hecho de que el gobierno marroquí, haciendo uso de la represión militar, no permite el derecho a la libertad de prensa y de información de medios de comunicación que han tratado de divulgar los crímenes que se han cometido contra el pueblo árabe saharauí. ¿Dónde queda esa vocación de respeto por la libertad de prensa y la seguridad de los periodistas tan defendida por la SIP y don Mario Vargas Llosa, cuando no se ha escuchado una sola palabra, salida de sus bocas, para protestar y condenar el genocidio cometido por el gobierno marroquí sobre el pueblo árabe saharauí? ¿Acaso no es una razón monetaria la que los impulsa a manifestar sus declaraciones públicas en vez de la razón de verdadera defensa de los derechos humanos?

 ¡Viva el derecho a la autodeterminación del pueblo árabe saharauí!

 ¡Fuera las manos del colonialismo marroquí y de su cómplice el gobierno español en los asuntos internos del pueblo árabe saharauí!

 ¡Justicia y castigo para los criminales de lesa humanidad!



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El Pueblo Avanza (EPA)


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