El socialismo también es concreto

Las investigaciones sociológicas fundadas en el marxismo-leninismo como en, China, Rusia, Cuba, tienen una importancia decisiva a la hora de poner de manifiesto lo contradictorio y complicado de las interrelaciones entre pensamiento y práctica por las relaciones económicas globalizadas en el proceso de formación de la conciencia socialista, en sus formas concretas entre economía-política y cultura.

Pese a la ideología de los fines que el socialismo persigue, los dos sistemas económicos actuales no son profundamente opuestos: Uno se guía por las necesidades sufridas del consumidor y por la explotación privada, cualquiera sea la canalización de la banca, el otro, es guiado por las necesidades interpretadas bajo una planificación centralista y paternalista.

Von Mises, Von Hayeck, Machup, otros padres del capitalismo, equivocados, aseguraban que, es imposible una economía socialista planificada y que, “en consecuencia, hasta los planificadores morales como ángeles e inteligentes como Dioses, no podrán remplazar el mercado real”. Esta apreciación conlleva a relacionar las economías capitalistas de China y Rusia, administradas por partidos comunistas socios del libre mercado.

Lo que es seguro, por lo que hemos visto en este proceso y por la crisis económica capitalista es, toda planificación socialista o capitalista, trata a la sociedad como a niños, soldados o pupilos, es como cuando el padre o la madre dice al niño “yo sé mejor que tu, lo que necesitas”.

Los economistas y los abogados, por su gran número utilizado en la administración pública, haciendo prospectiva y considerando el conjunto y el porvenir de la revolución, han y siguen sacrificando al pueblo por la falta de previsión en: el agotamiento de los recursos naturales que desencadeno el incremento mundial de la temperatura atmosférica y en el desenlace de los cambios climáticos o, en los embotellamientos y asfixia de las ciudades por beneficiar los vehículos sin favorecer el transporte público y, por incrementar los monopolios privados multiplicando el consumismo igual que los medios de comunicación privados y políticos, cuando la información y las elecciones son populares, llenándonos de desutilidades y molestias favoreciendo las burguesías.

La existencia de concepciones antiguas profundamente arraigadas, prejuicios y opiniones falsas, con métodos refinados de seducción de masas con alto contenido social alejados de la realidad por la multiplicidad de ideologías en el desarrollo de la gente con el socialismo del siglo XXI, no fomenta la conciencia en el conocimiento de la democracia socialista por falta de convicción en lo que se hace, y por la falta de un partido que irradie sentimientos de cambio concretos y diferenciados nos lleva a sobreestimar lo alcanzado, separando a la masa favorecida de la que no, o nos subestimamos y el gobierno se retrasa en relación al pueblo con sus expectativas respecto al socialismo conduciéndolos a decisiones falsas.

La manipulación política trabaja con una tradición de siglos en la estupidizacion de las masas, y se aprovecha para sus fines políticos de las costumbres representativas, como lo que se prepara para las elecciones próximas de asambleístas. Prejuicios creados en el orden social de un proyecto socialista de hace 200 años que, trabaja en gran medida con imprecisiones y valoraciones globales de hechos aislados, arrancados en conjunto y, por supuesto, con falsedades y potenciales concreciones pensando siempre a futuro acentuadas emocionalmente que, para hoy no es posible.

Contrariamente a esto, los pueblos, su trabajo, se esfuerza por sobrepasar los hábitos capitalistas, por movilizar a las mujeres y a los hombres en el cambio social, por impulsar conocimientos científicos de verdad sobre el crecimiento de la sociedad y sus leyes de desarrollo, así como sobre las necesidades de que de ellas resultan, para ello, hay que facilitar hechos y conocimiento teóricos de estos 10 años de gestión, aclarar relaciones complicadas en el proceso con el PSUV, relaciones invisibles visibilizándolas como el caso Saman, por citar uno de las muchas invisibilidades de personas revolucionarias defenestradas que provocan fuertes reacciones sociales diluidas por el tiempo.

Muchos camaradas actúan en el trabajo ideológico, como si las palabras se proyectaran de algún modo en el cerebro de la gente y con ello pudieran convertirse en las propias ideas de estas. Esto se ve con frecuencia en los que no leen Aporrea, se imaginan que son ellos los que con frecuencia aportan los argumentos y que el pueblo tiene que aceptarlos, lo cual no es un puro proceso intelectual ni revolucionario, porque, junto a ellos se deslizan muchos lados acentuadamente sentimentales y sectaristas de las relaciones interhumanas y, sobre todo, la circunstancia siempre presente, de una posición de confianza que el pueblo tiene con el presidente Chávez, facilita a otras personas la aceptación de opiniones y exigencias políticas que incomodan al pueblo.

Observamos la importancia de las autenticas relaciones comunitarias en una relación de confianza. Muchos advertimos que, el trabajo ideológico no se trata solo del contacto con los interesados y sus “necesidades políticas”, muchos sin trabajo, se aferran a las elecciones para la asamblea a como dé lugar.

El contacto con la nueva cultura, con la espiritualidad, con la ética revolucionaria, así como con su proceso de formación para el cambio es extremadamente importante; proceder de este modo es imprescindible, sin embargo, conocer exactamente las múltiples necesidades e intereses del pueblo es más importante, por los que nos van a representar en la asamblea.


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Raúl Crespo


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