Hiperpendejadas

El “proceso” revolucionario venezolano y su líder indiscutible Hugo Chávez Frías parece que no solo “tiene locos” a los opositores que van del histerismo a la disociación sicótica y de la depresión a la enajenación de confundir lo virtual con lo real, sino que también ejerce un efecto de distorsión mental en muchos “hiper revolucionarios”, que también pierden contacto con la realidad, se divorcian del pasado inmediato y comienzan a confundir la “virtualidad” creada por los medios de comunicación en manos del enemigo con la realidad, se establecen en la alienación y desde allí comienzan a creer que solo ellos tienen la verdad, que solo ellos son verdaderos revolucionarios, que solo ellos conocen “desde lejos” y sin prueba alguna, quienes son los corruptos y traidores al proceso. Para estos “hiper revolucionarios” no importa como se llame, ni cual sea la trayectoria que exhiba quien sea que ocupe un cargo publico o en la dirección del partido, eso es lo de menos, ¡Si es funcionario del gobierno u ocupa un puesto de dirección política es corrupto, infiltrado, quinta columna o por lo menos sospechoso!

Estos espécimenes perdieron la perspectiva y el sentido de la lucha, para ellos ya no existe el enemigo externo, el imperialismo desapareció de su escenario político, no son capaces de observar la acción contrarrevolucionaria de los lacayos criollos. No, ¡hoy los “enemigos” están adentro!, ¿Magnicidio?, ¿conspiración?, ¿Infiltración paramilitar en las redes populares?, ¿Asalto a los consejos comunales por la reacción?, ¿Qué es eso?, para ellos estas cosas no existen o no importan mucho, el problema es el “hiperliderazgo”, o determinar “científica-mente” si Chávez es o no es (That is the cuestion) marxista, socialista o siquiera revolucionario.

Se solazan en la cultura de la queja, han hecho de la crítica efectista, de las profecías del desastre y de los análisis catastróficos su “oficio” y les gusta el aplauso que cosechan en los escenarios que asisten y creen que han realizado una gran labor esparciendo el desanimo, la desilusión y desmotivando a los camaradas de base que ingenuamente creen en los discursos derrotistas y repetidores de las matrices que el enemigo ha urdido para paralizar, desmovilizar la acción revolucionaria, porque generalmente estos “hiper revolucionarios”, habladores de “hiperpendejadas” llegan rodeados de un halo de “intelectualidad”, eso si la autocrítica brilla por su ausencia, las propuestas para acelerar el proceso no acompañan sus peroratas.

Lo único que ocupa su mente es la preocupación de que “el entorno de Chávez no sirve” (matriz de Globovisión ante la imposibilidad de atacar la honestidad de Chávez), el problema de la “inseguridad” (exacerbada por la canalla mediática y potenciada por la política de infiltración paramilitar de la oposición, sus gobernadores y alcaldes), el “secuestro del partido por la derecha endógena” y ahora la gran preocupación el “hIperliderazgo” de Chávez.

Sacan toda clase de cuentas para “demostrar que el proceso se hunde y retrocede” y creen que solo copiando al carbón la experiencia soviética se “salva la revolución”.

Si hace diez años solo el 5% apoyaba una opción revolucionaria y hoy más del 60% de los venezolanos creen en la solución socialista, eso no parece decirles nada, siguen traumatizados por la derrota de la reforma, no importa si el pueblo venezolano le dio luz verde al socialismo cuando le dijo SI a la enmienda, comenzando en ese instante la fase profunda hacia la construcción del Poder Comunal y el socialismo.


¡Solo El Pueblo Salva Al pueblo!

rafaelurdanet@gmail.com


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Rafael S. Urdaneta D.


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