Pactos anti-izquierda macartistas

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Las coincidencias históricas tienen su razón y lógica de ser y aparecer; el sentido es poder, dominio y lacayismo imperial. Con los últimos 40 años de democracia representativa en la mas rancia etapa de la cuarta república venezolana (1958/98) y con la exclusión del Partido Comunista de Venezuela y el anticomunismo promovido por Estados Unidos, el 31 de octubre de 1958 nace el llamado “Pacto de Punto Fijo” en el acuerdo unitario al “espíritu del 23 de enero”, como un gobierno de coalición con igualdad de participación partidista en el gabinete entre AD, COPEI y URD, firmado en la quinta del mismo nombre ubicada en Sabana Grande, Caracas, propiedad del Dr. Rafael Caldera, quien fue Presidente de la República de Venezuela en los períodos 1969/74 (COPEI) y 1993/98 (Convergencia y el llamado chiripero).  

Meses después de la caída de Pérez Jiménez se produjo la repudiada visita del Vice-Presidente de Estados Unidos Richard Nixón, quien ratificaba con su presencia las conversaciones previas de políticos venezolanos bajo directrices norteamericanas fabricadas en el Péntagano. Previamente había surgido en los años 50 el “macartismo”, campaña anti-comunista llamada también “cacería de brujas”, impulsada por el Senador Norteamericano Eugene McCarthy.   La exclusión anti-comunista produjo divisiones en el propio gobierno y partido de Rómulo Betancourt, AD (1959/64).  

De la división adeca nacía en 1960 el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) a la cabeza con Domingo Alberto Rangel, Américo Martín, Moisés Moleiro, entre otros. La revolución cubana estaba en un naciente y profundo cambio político socialista. El acercamiento de Betancourt con Estados Unidos se afianzaba con la visita del Presidente  John F. Kennedy en 1961, el mismo año que Estados Unidos intentó fallidamente invadir Bahía de Cochinos en Cuba, a la que aplicó el bloqueo económico desde entonces. 

Con alzamientos en armas se produjo durante el año 1962 en Venezuela, “el carupanazo” y  “el porteñazo” dejando saldos importantes de muertos y heridos. La orden “Betancourista” de aquellos días fue: ¡Disparen primero, averigüen después!...a la cabeza de esa orden el flamante Ministro de Interiores Carlos Andrés Pérez, Presidente de la República por AD en los períodos (1974/79) y (1989/93) cuando fue destituido por corrupción.  A partir de 1963 insurgieron las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN), primeras guerrillas de izquierda con apoyo del PCV y MIR. 

De la misma división adeca nació el Movimiento Electoral del Pueblo (MEP), creado por Luis Beltrán Prieto Figueroa y Jesús A. Paz Galárraga. Al asumir otro gobierno de AD con Raúl Leoni (1964/69), similar y peor que  la criticada Seguridad Nacional de Pérez Jiménez, aparece la tortura y los “suicidios” en los calabozos de la nueva policía política (Digepol), entre los casos mas relevantes figuraron el dirigente Fabricio Ojeda, el Profesor Alberto Lovera y años mas tarde Jorge Rodríguez. La democracia representativa y la galopante corrupción de la llamada “guanábana” blanco verde por los colores de AD y COPEI, asumiría otros períodos presidenciales con Luis Herrera Camping de COPEI (1979/84) y Jaime Lusinchi (1984/89). 

Con la llegada del Comandante Chávez, su contundente victoria a través de los votos electorales del pueblo bajo la conformación del Movimiento Quinta República y en menos proporción del llamado “polo patriótico” en 1998, nace la ansiada “Quinta República” de la mano de una nueva constitución refrendada por el propio pueblo venezolano como  línea incluyente en la nueva democracia participativa y protagónica. De ese modo se derrumban 40 años de pactos y cogollerismo caudillesco adeco-copeyano de la llamada democracia representativa que, clonada en los tiempos modernos surge con nuevas figuras tocadas por la sangre monárquica de vetustos políticos retrógrados en la nueva versión del “espíritu unitario del 23 de enero” del 2008.  

Como un “pasticho” de doctrinas, ideas y formación política, el nuevo pacto de aderezo pre-golpista y conspirador de la oposición política venezolana, es copia fiel y exacta de los laboratorios del Pentágono como hace medio siglo. Frente a los acontecimientos políticos, la figura reinventada y de liderazgo revolucionario del Presidente Chávez, cierra en el 2007 el ciclo del Movimiento Quinta República e impulsa la creación del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). Las traiciones y “saltos de talanquera” separan a agrupaciones políticas que conformaron el llamado “polo patriótico”. 

Llamados actualmente los partidos de “la alianza patriótica”, PPT, PCV, MEP, UPV, Gente Emergente, Joven, entre otros, apuestan a sus propios candidatos sobre la figura de liderazgo de Chávez, lo que actualmente algunos conocen como la configuración de un  “chavismo sin Chávez” desde las entrañas del infiltrado proceso bolivariano que pone en riesgo de mas traiciones y sabotaje revolucionario con la entrega de espacios políticos a la “unidad escuálida” de la cuarta república.    

Ante el nuevo panorama político y el distanciamiento del portaviones Chávez, los partidos de izquierdas apostados al proceso revolucionario, alzan la voz de protesta en una pretendida exigencia política de sus espacio estratégicos. El peligro de la unidad revolucionaria y socialista del Presidente Chávez grita: ¡somos o no somos!...el cogollerismo y enquistamiento de “camaradas” dizque revolucionario está siendo revisado por la lupa y olfato popular. ¡La revolución bolivariana exige conciencia y revisión histórica!...los errores por pactos anti-izquierda no deben repetirse pues hoy día son anti-chavismo en su versión moderna. Ya lo diría el inmortal Ernesto Che Guevara: ¡al enemigo no debemos permitirle ni tantico así de espacio!...



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Larry Márquez Peralta


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