Analista no, soy comunista

Nunca nadie me pidió que me inscribiera, tampoco que no lo hiciera, ni conocí una lista de registro que no fuera la mirada de solidaridad por haber llegado al sitio adecuado y con la responsabilidad de siempre, solamente los visualizaba a mi lado con el ejemplo, con la verdad mostrada en actitudes esperanzadoras, con lucha sin escándalo, algo interno que te permite descubrir tu ser y disfrutas a nivel de sueños, atinándote en cada reunión, en cada opinión, en cada principio.

La exigencia para ser comunista, (nunca me lo dijeron pero lo entendí) es que se tenga disciplina, se revise uno mismo buscándose valores internos, no para mostrarlos a los que los desconocen, sino para poseerlos, caminar con ellos por las calles con la mirada amplia siendo limpio, con un ego sano, sin daño, sin poses, sin prepotencia, esconder en lo más profundo de cada uno de nosotros lo hermoso de ser colectivo y que solo sirva para desarrollar la individualidad en beneficio de la lucha.

Lo que entendí desde el principio es que, en el esfuerzo de un comunista no hay nada para ya, todo tiene un mañana, se trabaja con ese fin, respetando el tiempo y se utiliza la sindéresis para desarrolla al individuo.

Este yoismo que produce este escrito, no tiene otra intención que realzar los valores de vida que construye el comunismo, no con la intención de vanagloriar al hombre, es resaltar la idea que mantiene a nivel de sueños, llevándote cada día a un estatus de dignidad no concebible por los analistas “sesudos”.

Que orgullo para mi, como debería serlo para cualquiera, cambiar su estatus de analista; botar las poses que han construido en su ser las deformaciones del imperio y empezar de nuevo, volver hacer comunista, revisar con los principios que dejo la juventud rebelde, la conducta que evidentemente cambio porque el imperio sabe hacer su trabajo y en este caso su objetivo es estafarle los sueños a los amigos del HOMBRE QUE EMPUJA, con la intención que lo dejemos solo, y sin pueblo al lado mancillar el suelo patrio.

Pero aquí estoy amigo mío, aguantando improperios, por poner en práctica los principios que me han mantenido en lucha desde la niñez, donde solo aprendí a ser leal, a encontrar las verdades por encima del fanatismo, alimentar la conciencia con el estomago vació y no me dio hambre, porque mi estómago se combinó con mi cerebro, para crear un comunista que no sabe hacer análisis, por tener en la conciencia un peso muy grade y que la historia no va a perdonar, si por mi culpa como pueblo perdemos este esfuerzo revolucionario y no asiento en mi cabeza el verdadero sentido de PATRIA O MUERTE, VENCEREMOS Y HASTA LA VICTORIA SIEMPRE.

machucamelo@cantv.net



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Antonio Machuca

Actor y militante revolucionario

 machucamelo@cantv.net

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