Que cada quien cumpla con su responsabilidad, que cada quien cumpla con su tarea por encima de lo que sea, aquí venimos a hacer una revolucion"
Hugo Chávez
La crítica no debe ser vista como un acto destructivo de oposición, sino como una herramienta esencial de claridad política. Cuestionar las decisiones y actuaciones del gobierno o del partido, no significa ser enemigo de la propuesta bolivariana; por el contrario, implica actuar con coherencia frente a un proyecto que se plantea transformar la estructura social y económica.
La crítica como nos las enseñaron, busca alinear la acción de una dirección, con los principios y objetivos de justicia social por los que nos juntamos, todos en este proceso.
Cuando se critica, se exige responsabilidad, audacia y consistencia con el proyecto de transformación que se ha planteado. Este ejercicio de crítica no debe temerle al debate; al contrario, es lo que se busca: Que reflexionemos, que opinemos y desde la participación activa y deliberativa concluir en visiones y acciones comunes, es el contenido de la DEMOCRACIA POPULAR que vociferamos defender.
Nuestra lucha es por un accionar contrario a la lógica autoritaria, opuesto a la imposición, defendemos es a la DEMOCRACIA PARTICIPATIVA, declarada en la constitución vigente; una democracia que no solo se limite a los procesos electorales, sino que se practique y se RESPETE en cada accionar, en cada rincón de nuestro país.
El momento que atraviesa el presente momento, exige una reflexión profunda sobre la dirección que debemos tomar. No estamos simplemente ante una coyuntura electoral sino ante una encrucijada estratégica para el campo popular.
Esta coyuntura, nos presenta un reto, no es si nos subordinamos a una democracia controlada desde espacios diferentes al campo popular. sino que, nos presenta el desafío, si como, fuerzas populares somos capaces de retomar la autonomía, la iniciativa desde abajo.
Debemos entender que este momento histórico es de transiciones, de profundos cambios y en marco de una cruel guerra; coyuntura que se desarrolla en una situación histórica muy difícil que cuestiona todo lo establecido: las tacticas, estrategias, alianzas, lo que viene obligando al gobierno bolivariano a realizar adecuaciones en la marcha y de forma acelerada, este accionar, lo ENTENDEMOS Y COMPARTIMOS.
Lo que NO SE ENTIENDE Y NO SE CONSIDERA CORRECTO ES que en la construcción de ese poder popular se ha optado por apaciguar la crítica; que ha resultado en que el pueblo militante sienta la dirección del proceso bolivariano esta atrapado entre la administración de lo que le es posible y la impotencia frente a lo necesario para el pueblo.
La consulta popular, hundida en la COPTACIÓN y sin capacidad para articular demandas concretas, que se distingan de acciones de la ultraderecha que ante la lógica de "la crítica es
"antirevolucionaria" su esencia
transformadora fue cortada.
Que exista la práctica que solo es el partido, o funcionarios del gobierno, los autorizados para la movilizacion popular, nos demuestra cuánto deformada está la concepción de lo que es la relación entre el Estado y el Tejido Social. La movilización no puede ser una orden desde arriba; debe ser una construcción desde abajo.
Apoyar al gobierno no debe implicar renunciar a la crítica, a la propuesta, ni a la organización propia, que está garantizada con claridad en nuestras leyes; pero negados en la práctica por funcionarios burócratas. Por lo que, se impone recuperar la independencia política del movimiento popular, no como formalidad, sino como condición para reconstruir sujeto político autónomo con capacidad de incidir y transformar.
En esta coyuntura, no solo se se trata de resistir los agresiones de las corporaciones unipolares hegemónicas, o si la oposición gana más espacios en las elecciones; se trata es de redefinir la autonomía en el campo popular y de construir un gobierno no que administre el sistema, sino dejar claro que como funcionarios del gobierno bolivariano su funcion es de, "Ser sujeto histórico de transformación social" y su acción fundamental es la asegurar la autonomía política del movimiento popular; lo que significa que deben asegurar,que el poder popular logre tener capacidad de iniciativa, de crítica, de agenda propia de gobernabilidad populares de base, y no sean dependientes de burócratas; el deber del funcionario es la de construir una pedagogía política que sea capaz de formar conciencia en tiempos de confusión.
Esta tarea compromete a los funcionarios a conectar puentes entre sectores dispersos y reconstruir el tejido social roto por la acción del sistema capitalista, que busca el dominio y esclavización para su provecho individual.
El Ejecutivo con sus atribuciones debe proteger derechos laborales, pero si, existen dificultades para ejecutar los planes debe hablar claro, explicarle a ese pueblo que resiste y que ha acompañado a este proceso, las causales que impiden el cumplimiento de su deber. No explicar los inconvenientes, que confronta el ejecutivo está originando incomprensión y rechazo hacia el presidente, hacia el proceso bolivariano, más aún si el pueblo está siendo bombardeado por la guerra cognitiva, que le implanta una narrativa contraria al proceso bolivariano, dirigida a destruir la imagen del presidente Maduro. La defensa es la VERDAD que fortalece la resiliencia popular.
Hoy, el reto es político: Rescatar la plataforma social que dió origen a este proceso bolivariano; plataforma que articule luchas, elabore programas, espacio popular que ha venido desapareciendo al convertirse dependiente de las instituciones gubernamentales direccionado por burócratas dominados por la ideología del tener ser; poder popular que ha venido perdiendo su autonomía.
Llegar a ser gobierno no puede seguir siendo el horizonte de nuestras luchas.
El futuro no está en Miraflores, es importante mantenerlo SI, lo entendemos, compartimos y respaldamos, pero, el futuro es del pueblo y está en el pueblo por lo tanto no pueden mantenerlo al margen, se le debe presentar información de las debilidades para el incumplimiento de los planes, ya que son asuntos de competencia del pueblo; se le debe respetar sus decisiones, es derecho como pueblo dirigir su destino, sobre todo, porque el futuro se está construyendo y el proceso bolivariano plantea al pueblo soberano como el SUJETO DE LA TRANSFORMACIÓN.