Sin lugar a dudas que detrás de Daniel Noboa está montado todo un aparataje mediático de la derecha internacional, para convalidar unas elecciones que a todas luces muestran evidencias de un mega fraude como lo señaló Rafael Correa. Allí hicieron acto de presencia irregularidades que saltaban a la vista, sin precedentes en una elección de esta naturaleza. Como eso de no permitir veedores internacionales; ni habilitar centros electorales en el exterior, caso concreto en el consulado de Caracas. La presencia en el país de Erick Prince, un criminal de guerra de Irak y Afganistán que no necesita presentación. Fue contratado sus servicios a través de su empresa Blackwater para desarrollar un dizque "guerra contra la delincuencia" y apostar contra el narcotráfico; cuando Noboa se ha convertido en un aliado del tráfico de cocaína y lo peor participar en una elecciones llamando a votar por Noboa; figura esta que no es permitida en las leyes de ese país. La derecha poseedora de mayores recursos y estrategias logró imponerse con mayor facilidad, entre ellas elaborar un plan sacrílego para apoderarse del poder. Allí hubo el fraude y la trampa pareja. Si dirigimos la mirada hacia las encuestas, que siempre arrojan resultados plausibles, daban como ganadora a la candidata Luisa González. Una elección vigilada estrechamente por militares, donde el 28% del electorado no asistió a las urnas. Declararan Estado de Excepción en lugares donde Noboa no salió favorecido por el voto en la contienda del 9 de febrero pasado. Además se necesitaba ser un lerdo en política, para no reconocer la aceptación por parte del electorado ecuatoriano de Luisa González. La Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad; ha señalado que las elecciones en el Ecuador, no hubo garantías jurídicas, ni institucionales, para brindar al pueblo ecuatorianos condiciones óptimas para el ejercicio del voto. Frente a un candidato como Noboa, que no despertaba emociones en el electorado, y a una gestión con plomo en el ala, que daba mucho que decir. Sin ir muy lejos, el allanamiento de la embajada de México, en Quito, un hecho sin precedentes, que permitió el ingreso de la fuerza pública, para desalojar Jorge Glas de allí, un ex ministro del gobierno de Rafael Correa. Otra que se le interpone en el camino, fue el asesinato del ex candidato presidencial en Quito en agosto de 2023; Fernando Villavicencio. Donde existe todo un contubernio entre Noboa y la Fiscal General Diana Salazar, para echarle tierrita al asunto.
Daniel Noboa es un arrodillado del imperio gringo, que no ha dudado en abrirle las puertas de su país para la instalación de bases militares, desde 2023; a través de Tratados, donde incluyen la presencia de submarinos, personal militar y equipamiento en la isla Galápagos. Esto le permite a los gringos control marítimo del Pacifico. Todo apunta a que la base de Malta, que fue rescatada durante el gobierno de Correa, sea devuelta a los gringos.
Rafael Correa expresidente del Ecuador ha sido claro y enfático al denunciar que se presentó un mega fraude, sin pudor con toda una operación orquestada desde los mismos Estados Unidos y la oligarquía que opera en ese país. Hay que señalar que las encuestas como no acompañaban al primer mandatario, desde allí desplegaron toda una campaña mediática con la intención de desprestigiar la candidata Luisa González, acusándola de estar dispuesta a la desdolarización de la economía. En medio de esta crisis de ilegitimidad se instala en el Ecuador un símil del autócrata que hoy gobierno en el Salvador, me refiero a Bukele
