Estimado Narciso Torrealba

Agradezco mucho su cortesía al seguir las lecturas de las reflexiones que, gracias a aporrea.org, acostumbro a publicar en estas páginas. Sus muy gentiles opiniones sobre mi persona son  bienvenidas.

Por lo que su mensaje público (1), dirigido a mi reciente artículo (2) amerita ser correspondido con la misma gentileza.

No he saltado la talanquera, como acostumbramos a decir. Y créame que a medida que pasa el tiempo, y estudio la situación geopolítica actual en general del planeta, me siento cada vez más anti imperialista.

Chavista de corazón. Recuerdo ese término, creo que acuñado hace ya muchos años cuando muerto el comandante Chávez, un grupo de seguidores empezaron a moverse de las filas, sin renegar del socialismo bolivariano, sin aplaudir a la miserable oposición que tenemos en Venezuela, pero señalando grandes diferencias con la gestión del gobierno de Nicolás Maduro.

De alguna manera, en ocasiones me he sumado a esa corriente cuando, por ejemplo, en el caso de las empresas de maletín pasó un tiempo larguísimo sin que Nicolás mostrara el nombre de las empresas que habían robado miles y miles de millones haciendo negocios con el anterior CADIVI. Escribí algo sobre eso. Claramente me doy cuenta que la defensa de la Patria, de nuestra soberanía, de nuestra independencia ante el imperialismo son mucho más prioritarias que andar llorando por ahí de algunos males, por mucho que ellos duelan.

Tampoco estimado compañero, estuve de acuerdo con la forma indigna, incorrecta, desleal hacia el mismo presidente Chávez ya desaparecido, con la que expulsaron de las filas del chavismo al profesor Jorge Giordani y al profesor Héctor Navarro, compañeros universitarios. También me referí a esta situación protestando en estas páginas (3).

Lo anterior no significa que haya sintonizado, para nada, con algunas actuaciones políticas de Héctor Navarro, posteriores al hecho. Situaciones que critiqué, también públicamente, en algunas oportunidades (4,5).

Sin embargo, estimado compañero de estas páginas, nos consta que ambos profesores acompañaron fielmente a Chávez durante muchos años.  Desde el inicio de su gobierno en 1999 hasta 2014, ya bajo el mando de Nicolás Maduro. De hecho, desde que aún Hugo Chávez estaba en la cárcel de Yare, donde discutía y estudiaba las propuestas de un proyecto socialista junto a sus compañeros académicos.  Fue muy acertado por parte de Hugo Chávez hacerse acompañar de muchos académicos en sus gobiernos, buscando la sabiduría. Lo admiré también por ello.

Nos consta que ambos profesores trabajaron lealmente para el gobierno bolivariano dedicándose en cuerpo y alma al proceso bolivariano, sin importar hora, compromisos familiares ni nada, pues es fácil suponer la dedicación a tiempo completo, veinticuatro sobre veinticuatro, que exigía el presidente Chávez a sus ministros. Y el profesor Giordani, a una respetable edad, dedicó sus últimos años productivos a la revolución bolivariana. Aunque entiendo que sigue publicando artículos académicos. 

Ambos exministros hicieron mucho trabajo bueno, seguramente con errores propios de un desarrollo nuevo, donde sabemos que se estaba pariendo la Patria Nueva, aún con rémoras gigantescas de la cuarta república y con situaciones como las que Gramsci advertía: “el viejo mundo se muere. El nuevo tarda en aparecer. Y en ese claroscuro surgen los monstruos” (6).

Pasando de Gramsci a los evangelios, seguramente estimado Torrealba conocerá la enseñanza de Jesús, en   Mateo 7: 15-20, donde señala: “En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos Cuidado con los profetas falsos, se acercaron piel de oveja, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis ¿Acaso se cosechan uvas de los espinos o higos de los abrojos? Así, todo árbol bueno da frutos buenos; pero el árbol malo da frutos malos.”

Esta frase viene a colación en este particular momento en que ocurre, nuevamente, una desagradable sorpresa de ex ministros muy allegados al gobierno.  Estimado Narciso, ¿cómo en estos tiempos de apocalipsis podremos discernir entre hombres buenos y otros malos, cuando durante largo tiempo de su vida han demostrado ser personas de honor, dando frutos buenos, y, de repente, aparecen como falsos profetas? Claramente es el caso de Tareck El Aissami.

En el caso del profesor Navarro no tengo duda de que tendrá sus propias razones para estar del lado contrario al gobierno bolivariano. 

Hasta puso mucho de su parte la falta de tacto de los personeros del gobierno.  Ha sido evidente y bien recibido cuando el gobierno bolivariano ha llamado al diálogo, a la paz, a la conciliación a muchos de la oposición que, incluso han actuado como terrorista (véase p.ej. caso de Manuel Rosales) pero no ha habido manera de que se sienten a conversar con venezolanos decentes, de larga trayectoria, que fueron leales al proyecto chavista. Escribí también sobre eso en dos oportunidades (7,8).

Por último, estimado compañero que me reta sanamente a entenderme, debo confesar que ya me han aconsejado (hasta mi propia conciencia) no resaltar errores en el gobierno para no darle, en bandeja de plata, argumentos a la oposición y al imperialismo. Lo entiendo. Lo acepto, sobre todo en este período electoral tan difícil que se viene.

Sin embargo, confieso que escribo haciendo catarsis. No tengo muchos compañeros con quien meditar sobre estos asuntos álgidos y realmente prefiero escribirlos, irlos expulsando de mi mente y de mi corazón para que el rencor, el dolor, la decepción, no permanezcan en mi interior más de lo necesario. Como diría por ahí: ¡cuido la salud de mi Timo! De mi fluido vital que me ayuda a seguir andando. Por lo que debo siempre encontrar un equilibrio para ello. Pero si hilvana fino, se darás cuenta de que ese artículo que saca a colación no ha sido nada más que un canto de asombro, consternación y dolor ante lo ocurrido.

Seguiremos adelante. Gracias nuevamente por tu aprecio y delicada consideración a mi respecto. 

 

  1. https://www.aporrea.org/actualidad/a329973.html

  2. https://www.aporrea.org/actualidad/a329955.html

  3. https://www.aporrea.org/actualidad/a191442.html

  4. https://www.aporrea.org/ideologia/a306544.html

  5. https://www.aporrea.org/educacion/a307092.html

  6. Fusaro, Diego (2018). Antonio Gramsci: La pasión de estar en el mundo. Siglo XXI de España Editores.   

  7.   https://www.aporrea.org/ideologia/a190263.html

  8. https://www.aporrea.org/actualidad/a300349.html



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Flavia Riggione

Profesora e investigadora (J) Titular de la UCV.

 flaviariggione@hotmail.com

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