El Arado y el Mar

Todo está dicho, todo está planificado...tiene la palabra la realidad

El complejo dominante, madurismo y oposición gringa, tienen todo planificado: las primarias deben distraer este año, luego vendrán los fuegos fatuos de las presidenciales, y así llegaremos al 2024, todos embobados. Unos bonos bien colocados, algunos espectáculos de las escaramuzas electorales, las tradicionales alertas de ataques de iguanas, misiles extraños y amenazas de invasión mantendrán ocupados y todo marchará según lo planificado. Todo seguirá igual de malo, igual de tranquilo.

El madurato no contaba con la realidad nacional, que no se puede meter en un plan parido en madrugadas de improvisados técnicos. La realidad dice la última palabra, su dictado es inapelable. Este cuadro político, gobierno y oposición, está agotado. Más allá de lo aparente, se mueve un caudaloso río que juzga la acción del estamento político… y lo desaprueba. Allí están esos 7 millones de votos silenciosos del éxodo, allí están los millones que aquí adentro lo rechazan. Es inocultable que el estamento político está aislado de las grandes masas, del país. Ya no se repite la fuerza telúrica de las siete avenidas, ni siquiera salen a las avenidas, sólo en locales, bajo techo y callecitas estrechas. La realidad no se puede engañar.

Ese Orinoco de rechazo, necesariamente, se manifestará en acciones. ¿Cómo serán? Seguramente serán violentas, una de las características del madurato es cerrar las vías de la manifestación de la voluntad popular: persigue, exilia, inhabilita, reprime de mil formas. La sociedad está ahogada. Por algún lado saldrá esa presión. Puede salir en reacciones individuales, no políticas; puede salir en grupos pequeños de rebeldía local. En estos casos no peligra el estamento político. Pero puede ser que el descontento sea encauzado hacia acciones revolucionarias, esto es, que tengan como objetivo volver al camino extraviado con el asesinato de Chávez y la traición del madurismo. En este caso habrá esperanzas.

Entonces, el futuro de la nación residirá en el contenido ideológico presente en esa lucha por la conducción de la sociedad, allí se determinará el futuro. Como es su mala maña, el capitalismo en medio de su crisis busca maneras de resolverla sin que sea afectada su dominación. Inventa fórmulas que simulan cambios para que todos siga igual, eso lo observamos hoy con claridad.

Quieren ocultar el Socialismo, que la gente olvide al Chávez auténtico. Con descaro regresan a los tiempos de la cuarta, los candidatos prometen planchas de zinc, villas y castillos, para después no cumplir. En ese circo que son las elecciones, no hablan de volver a Chávez, de Socialismo, está prohibido meterse con el sistema, eso no da voto. Lo más lejos que llegan es a luchar contra el neoliberalismo, que es un ropaje del capitalismo. Las elecciones son un opio que tiene como fin central enterrar la esperanza Socialista, que la masa la olvide.

Pero la realidad habla, produce sus propios caminos, empuja la voluntad hacia determinados terrenos. Por debajo de toda esta fantasía de quincalla se mueve la realidad: el madurismo perdió el apoyo político, el amor que heredó de Chávez, y en su desespero cerró las vías del cambio pacífico. En las catacumbas se mueve la preparación de una salida violenta; todas las fuerzas, con sigilo, se preparan.

¡VOLVER A CHÁVEZ!



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Toby Valderrama Antonio Aponte

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