(Ficción en 851 palabras)

Como la guayabera, quedaste por fuera

El camarada: –"Mala idea esa de ostentar tantas acreditaciones políticas y profesionales, sobre todo profesionales. Si no estás mintiendo –porque es que en el partido todo el mundo tiende a eso – sabes que en la dirección nacional son mal vistos los engreídos, darse las ínfulas, y tú (no me creas a mi) parece que las tienes, ¡no me creas a mí, eso dicen!, ¡tú sabes cómo es la gente de habladora! … En el partido, por re o por fa, no "comen" con profesores ni con sabios, lo que vale es la lealtad, la obediencia y el trabajo duro… Si quieres que te elijan, no te pongas por encima de ninguno de ellos, no corrijas a Maduro, no cites a Neruda… cuando mucho di algo sobre Bolívar que Diosdado conozca… Nadie quiere politólogos pretenciosos aspirando a ser candidato por el PSUV. Los candidatos se filtran solos, además, hay un dedo mágico que los escoge… Se te agradece tu confianza sincera en el presidente, ¡ya te llegará tu momento!, pero, ¡vas bien!, ¡sigue así camarada!.., pero no ventiles malas vibras en tus artículos, eso no te ayuda"

Roberto – "Yo solo quise que me quisieran un poco, ¡para eso estudié!, ¡para sobresalir del montón, coño!…." – Así pensó el camarada Roberto. Mientras el camarada camarada reflexionaba, con ceño y pensamientos fruncidos: ¿De qué sirve el conocimiento si no nos ayuda a conocernos? ¡Esa es la cuestión!

El camarada: – "¡Conócete a ti mismo!, dice la máxima griega de los siete sabios…, si quieres conocer la verdad que hay fuera de ti, conócete a ti mismo… la verdad eres tú, que estás hecho del mismo barro del resto de los hombres (y mujeres (y niños y niñas (y adolescentes (y adolescentas))))… no vale la pena tantas acreditaciones, acumular papeles, guardar el certificado de carrera administrativa y guindar el título de licenciado en la pared; eso acumula polvo y chiripas, como aquel repujado plateado, el de la última cena en la sala comedor… ¡Conócete a ti mismo, chamo!... pero, si empiezas ahora seguro no te quedará tiempo para la campaña electoral…

Roberto miraba la agenda que llevaba el camarada debajo del brazo, pensando – "¿Qué será lo que escribe ahí?". Se preguntaba con misterio, arrugando la frente lentamente.

…"Mientras estés tuiteando y retuiteando –continuó el camarada con sus reflexiones –, apoyando las elecciones, leal a los candidatos indicados, ¡indicados con el índice del jefe claro! , no tendrás tiempo de pensar en tu vida de militante entregado al partido; eso lo saben los jefes; te quedas solo con tus títulos y diplomas, carrera, maestrías, cursos, diplomados, las acreditaciones de lo que quisiste ser y no te dejaron…, suponiendo que no hiciste trampas. ¡Tanto estudiar para terminar obedeciendo a unos tramposos (qué cagada), porque ellos sí que te "jugaron camunina" con lo de tu candidatura!... dice el poeta "si no vivimos en la vida ideales imposibles, lo que resta es servir a lo posible, a lo que ya existe, o es fácil alcanzar… (una vaina así dice)…, y a ti, hasta una pobre candidatura se te ha hecho casi imposible…, pero, tranquilo, tú eres obediente, ¡eso sí tienes tú!"…

Roberto cerró los ojos y corrió algo de baba de sus labios semi abiertos.

…"Una militancia disciplinada es no meterse en peos con los jefes –continuó hablando sólo el camarada –, es no hacer críticas a las políticas del gobierno, más bien, buscar la manera de justificarlas, de darle razones al jefe. Disciplina es hacer campaña para las elecciones, buscar votos y votar temprano, apoyar al candidato del partido, así lo odies… disciplina es coger línea… Si te dicen: "este sujeto es un traidor", tú debes replicar: "es un traidor"… Disciplina es no pensar mucho, o un poco menos que tu jefe; ¡por algo es tu jefe!... disciplina es, que si a pesar de todo te dejaron por fuera no debes protestar, protestar es de pendejos perdedores"...

…Y tú eres un militante disciplinado…, tampoco eres pendejo (¡ni Dios lo quiera!), ¿a quién se le va ocurrir protestar por no ser tomado en cuenta en las listas del PSUV? …A un malagradecido, eso es lo que son los protestones, malagradecidos, traidores, no se puede confiar en ellos, hay que expulsarlos del partido…, si fueran hombres y mujeres, honestos y honestas, ellos y ellas, mismos y mismas, renunciarían... ¡Qué te puedo decir!"…

Aquello fue un diálogo sincero de camarada camarada a camarada Roberto, quien nos preguntó sobre las candidaturas, las elecciones, la revolución, el mes flexible…, y del enredo que se hizo el fiscal con lo de la investigación que quiere hacer la CPI…, tratando de decir que "todo estaba en orden", algo así como que Baduel no se murió bajo custodia del gobierno, tampoco Nelson Martínez, que de eso no existen denuncias formales, que, como aquel rey Felipe, la verdad solo existe escrita en negro sobre blanco, lo demás solo son chismes…, pero de esto último no hablamos… El camarada Roberto se durmió y con la flexibilización también yo me pasé de tragos y me tuve que ir a dormir.



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Marcos Luna

Dibujante, ex militante de izquierda, ahora chavista

 marcosluna1818@gmail.com

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