El Arado y el Mar

En búsqueda de los buenos tiempos perdidos

Los buenos tiempos no son gratuitos, no caen del cielo, es necesario construirlos, defenderlos. El pueblo humilde, los desposeídos que no sepan defender los proyectos de sociedad que sustituyan el egoísmo capitalista por el "Con todos por el bien de todos" están destinados a padecer una sociedad que necesariamente produce la miseria material y espiritual.

En Venezuela se vivieron esos buenos tiempos, cuando reconocimos nuestra condición de hombres sociales, sentimos la pertenencia a la sociedad, a la humanidad, la realización del individuo en armonía con la realización social. Fueron días luminosos que asombraron al mundo. Cuando creían que ya no había esperanzas, que todo había acabado, surgió el fenómeno chavista y trajo de nuevo al Socialismo como posibilidad concreta. Se dieron batallas sociales, desde la erradicación del analfabetismo hasta la derrota del sabotaje petrolero. El pueblo revolucionario conoció su poder para construir y para defender lo construido.

Después, y esto debemos reconocerlo, el chavismo perdió y sigue perdiendo la lucha interna, las razones las discutiremos en otro escrito. Ahora sólo diremos que la ingenuidad fue ingrediente fundamental de esa derrota, también el espíritu fraterno que imperaba en el campo chavista no supo detectar a tiempo el morbo egoísta que en sus entrañas crecía.

Ahora, en medio de este desastre madurista, la gente añora los buenos tiempos, la gente recuerda: "esto no pasaba con Chávez". la misma realidad nos indica que esto que hoy vivimos no tiene nada que ver con Chávez, sentimos que perdimos los buenos tiempos de Chávez.

Frente a esa terrible pérdida, varias son las conductas: unos emigran, el éxodo es brutal, millones salen a buscar los buenos tiempos en países de ilusiones; otros se exilian en su propio interior, viven la nostalgia de lo perdido; otros se suman a los verdugos, son los oportunistas de siempre; otros esperan el regreso de la bonanza…

Los tiempos perdidos no regresarán sin lucha, sin sacrificio, sin riesgo. Ahora, el primer paso en la lucha por el regreso de los buenos tiempos es crear un foco guerrillero del pensamiento que mantenga la idea viva, encendida la llama de la esperanza, una demostración de que no todo está perdido, de que existen territorios inexpugnables donde la idea creadora se mueve invencible, donde la mano de los verdugos no llega, la censura es inútil. El decir precede, guiará, el hacer. Es necesario reavivar la idea que, como dijo Martí, sea capaz desde el fondo de una cueva de derrotar a un ejército.

A nada temen más los usurpadores que a las ideas, saben que mientras existan las ideas ellos corren peligro. Son las ideas las que construyen liderazgos, ejércitos, la fuerza está en las ideas, de nada sirve un cañón si carece de ideas que lo guíen. Por eso las persiguen, las censuras, las crucifican.

Es inevitable, el foco de las ideas se irá expandiendo, se transformará poco a poco en pequeñas acciones, escaramuzas preludio de combates mayores. Y allí en la acción, de esa realidad se nutrirá la idea madre concretada en una dirección política: "un nuevo mundo es posible, esto que hoy vivimos es fugaz, tiene vida corta". Es necesario transformar la adversidad de hoy en la felicidad de mañana.

¡LAS IDEAS DE CHÁVEZ!



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Toby Valderrama Antonio Aponte

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