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Maduro y Guaidó, ante este caos: ¡Ni lavan, ni prestan la batea!

"Muchas personas ni lavan ni dejan lavar, ni prestan la batea". Esta expresión se utiliza cuando una persona no hace lo que debe hacer pero tampoco se aparta para que otra persona lo haga. Como es el caso, cuando a un hombre le gusta una mujer, pero nunca le dice nada para enamorarla. Es decir ni la enamora él, ni deja que la enamore otro. Este refrán popular hace una certera alusión a aquellas personas que no ejecutan una acción, pero que tampoco dejan el camino libre para que otro se encargue de ejecutarla. Es decir se vuelve un estorbo en la situación, ya que no permite que otro resuelva lo que él debió resolver. Fin de la cita.

El COVID-19, sigue haciendo estragos en Asia, Europa, y USA. Desde que empezó el virus a principios del 2020, suma decenas de miles de contagiados, y supera los miles de fallecidos.

Su incidencia, y la facilidad de contagio está presente en decenas de países, provocando una gran preocupación en el mundo , pero en nuestro país no preocupa tanto ese virus, sino el hambre que está pasando nuestro pueblo, debido a la encerrona, debido a los saqueos, que se están produciendo en varias regiones del país en busca de comida.

La alarma nacional está encendida, y está llamando la atención en el exterior debido, a que los saqueos es la consecuencia de la quiebra de las empresas del estado venezolano, y ahora el acoso al sector productivo que estaba en pie (caso empresas POLAR) en el que ha se comparado esta enfermedad en Venezuela, con la incidencia distinta que se tiene en otros países, ya que la que tiene mayor presencia en nuestro país es el hambre.

Corona virus: unos 10 muertos en toda Venezuela en 2 meses, por esto no hay pánico en la población, según los mensajes diarios en los medios de comunicación, y las redes sociales. El Hambre: alrededor de 24.000.000, de venezolanos, sufriendo al no comer durante todo el día, de los cuales la mayoría son niños, Apúrate, anda a buscar Harina Pan, que el virus del confinamiento va acabar con la POLAR, exclama el pueblo que se aglomera en las bodegas, mercados, y supermercados, comprando antes de que caigan los paquetes en manos de los bachaqueros, un verdadero caos.

No cabe duda que la incidencia del hambre en Venezuela, es superior a la del coronavirus en número de víctimas, y en personas afectadas, y está recibiendo mucho menos atención mediática. Muchos ciudadanos lamentan esta situación. Las comparaciones entre los países del primer mundo atacados por el coronavirus, y el caso venezolano por el hambre han sido escandalosas.

El gobierno con su represión ya no nos asusta, porque el hambre no se contagia, es vox populi, son cosas del gobierno para quedarse en el poder, a cuesta de nuestra hambre, el pueblo quejoso dixit. A ellos les da igual que nos muéranos de hambre, o de malaria, o de paludismo. Lo importante es que el estamento militar, y el burocratismo rojito estén a salvo, aunque el hambre mate más gente, y no sea más contagiosa que el virus chino, grita la gente enardecida que gana 1.04 $ al mes de salario.

Nada se habla en el gobierno de cómo va a levantar la economía, y derrotar la hiperinflación, lo que hacen es cerrar las calles, con puntos de controles militares, policiales, y colectivos, pero nada que ofrecer al pueblo para detener el hambre.

Ninguna institución cumple, salvo militares, y colectivos al acecho porque las élites en el poder no quieren entender la realidad. Tendré la mala suerte de morir de hambre, antes de que una posible catástrofe sanitaria: "un ciudadano en la cola de un supermercado, para adquirir, harina precosida".

No es el virus chino, es el hambre quién lo afecta. La diferencia es que el hambre sólo afecta a los pobres, y el coronavirus puede contagiar hasta a los ricos, y a todos. Triste realidad, pero muy cierta.

Porque, aunque no lo digan abiertamente, Maduro y Guaidó, han instalado la idea de que los pobres no importan, hablan de ellos como si no fueran seres humanos, sino una subespecie, como si lo natural fuese que sufran. La militarización de la economía en castas es un poroto al lado del virus chino.

Los saqueos nos muestran con el reciente caso del Hotel Portofino en Margarita. Ahí le vemos la cara al horror en estado puro. No es una película de Hollywood, es el resultado del caos social que han creado, por acción u omisión.

Y lo más triste es que el confinamiento de la población ha surgido en un país del tercer mundo con hambruna, y pobres, cuyas gentes no viajan, hoy el miedo al hambre es mayor.

El alto costo de la vida en Venezuela, junto a los ‘bodegones de la revolución’ es el capitalismo en estado puro, que tanto critica el neo totalitarismo. El hambre no vende.

La cuarentena del país, y el "quédate en casa, con hambre, y la nevera vacía" la venden como "una cura mágica del corona virus", y unos pocos se llenan de $ con el terrorismo sanitario que inventaron, para confinar socialmente al pueblo venezolano.

Es que el terror sembrado por el coronavirus en Venezuela, le va a producir miles de millones de dólares al narcotráfico, y al lavado de dólares, mientras que la cura para el hambre, la venden como la de igualdad social con los clap, pues eso es como algo COOL para la nomenklatura. Es la política del miedo, y de las apariencias. No es la primera vez que se compara el COVID-19, con todas las preocupaciones sociales del pueblo venezolano, sumadas ahora a la falta absoluta de gasolina.

Una vez más esta peste agarró al pueblo venezolano fuera de base. Este virus ha dejado en evidencia lo inútil que, que ha sido para los venezolanos tener este 4X2: con ‘dos presidentes’, dos TSJ, 2 Asambleas, con gobernadores y alcaldes paralelos, como protectores, en las gobernaciones, y alcaldías opositoras. Mientras el ciudadano común sigue pasando las mismas penurias pero agudizadas con cada día de confinamiento que pasa.

Por un lado tenemos a Nicolás Maduro que ni lava, ni presta la batea. Cuando vemos al paupérrimo sistema de salud venezolano, algún fanático senil escribano, defensor irracional del gobierno chillará, ojalá, y dios no lo permita, no se enferme él, o algún familiar, y caiga en uno de estos infiernos sanitarios venezolanos, esto aunado al éxodo de médicos, y enfermeros, y la deplorable condición de los servicios públicos como la escasez de agua, y los continuos cortes, y fallas de electricidad. La peste también dejó en evidencia la falta de gasolina absoluta en el país.

En su intento por minimizar las carencias el gobierno bolivariano se ha dedicado a profundizar la represión para infundir temor en el pueblo, y mantenerlos a todos encerrados en sus casas como becerros. Los trabajadores venezolanas no tienen capacidad de abastecerse de alimentos para afrontar la cuarentena, y mucho menos cuando sobreviven con lo que producen con el trabajo diario, mientras que el precio de los alimentos suben, y el dólar paralelo se dispara, y la hiperinflación no cesa en su espiral infernal que devora todo por donde pasa. No hay un efectivo plan de ayuda económica posible. Las finanzas públicas están quebradas, y ningún organismo internacional está ganado a hacerle algún préstamo por la crisis política que vive el país. Culpan a los Estados Unidos por la escasez de gasolina, debido al bloqueo, pero la falta de inversiones, y de mantenimientos, preventivos, y correctivos en las refinerías venezolanas con 22 años de gobierno. ¿Son producto también del bloqueo? Mayor cinismo, estas son las cosas que nos alejan de ti.

En la otra esquina tenemos a Juan Guaidó, que anda como volador sin rabo, señalando todas las fallas del gobierno de Maduro, cosa esta que la saben todos los venezolanos, cuando lo que esperan son soluciones no cotorras vacías, y politiqueras. Si bien es cierto que no puede ni meter preso a un borracho que se orine en una esquina. No es menos cierto que a nivel internacional goza de un amplio apoyo, y que puede hacer mucho por los venezolanos. Y que cuenta con el respaldo de más de 50 países, y con la ayuda humanitaria, que muchos de ellos le han dado, así como con los miles de millones de dólares recuperados de Citgo, entonces: ¿por qué no ha llevado en paralelo un plan de rescate económico para los millones de venezolanos que están acosados por el hambre? ¿O es que acaso Guaidó no ha pensado que con señalar los problemas que todos conocen no resuelve nada, en vez de ayudar a esa población hambrienta, que hoy no tiene lo necesario para subsistir en el país, y dejar de percibir lo que recibían mensualmente por las remesas, que enviaban sus familiares?

"La mujer del César no solo debe ser honesta, sino parecerlo". Un presidente no es para hablar pendejadas a cada rato, sino el de ejecutar acciones que procuren el bienestar de su pueblo. Los dólares están para ayudar a amortiguar este duro golpe que produce esta emergencia sanitaria, convertida en un control político-social, y este es el momento para crecerse ante las adversidades.

Ante el avance del hambre, los números indican que se puede producir en algún momento, un desenlace definitivo al conflicto político interno, los venezolanos claman por atenciones concretas, puntuales, y efectivas, que le permitan agarrar mínimo para seguir trabajando, y sacar adelante el país.

¡Qué diferente era PDVSA, la de la gallinita de los huevos de oro, cuando sus trabajadores, veían con alegría la nevera siempre llena! ¡Qué triste realidad son las necesidades básicas, y muy diferentes, entre el parasitario burocratismo cívico-militar, los enchufados, y los lavadores de dólares, que tienen todas sus necesidades básicas cubiertas, y el pueblo trabajador asalariado con 1.04 $ de salario, quienes no saben qué comerán al día siguiente! Va mes y medio de cuarentena, cuando lo peor de la pandemia global, se mantiene muy alejada de nuestras fronteras patrias, y pareciera que ninguno de los dos gobiernos el real, y el virtual, tienen fechas exactas para la solución definitiva de los problemas de las familias venezolanas. La revolución no se sabe que milagro económico espera, que lo haga resurgir de las cenizas, como cualquier Ave Fénix, y la oposición del interino, será que espera por la intervención gringa para sacar del camino a su rival, a quien señalan como el gran culpable de esta catástrofe nacional. Mientras la población hambrienta mayoritaria sigue en el limbo, como perro en avenida viendo para los lados.



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Edgar Perdomo Arzola

Analista de políticas públicas.

 Percasita11@yahoo.es      @percasita

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