Partir de la derrota

"No pasarán" es un lema hermoso, lleno de dignidad, de coraje de fraternidad. Pero pasaron".

Al trazar la política, y en la actividad práctica, predominan los ánimos conservadores, la inercia, la aspiración a eludir todo lo que no encaja en los esquemas habituales; predominó la falta de deseo de solucionar los problemas sociales y económicos. El grado de compresión de los problemas y de las contradicciones vitales, así como de las tendencias sociales, dependen en gran parte el estado y desarrollo de la teoría, del ambiente que existen en el frente teórico. Tal actitud hacia la teoría no podía menos que repercutir negativamente y en su papel social.

Los prejuicios respecto al papel de las relaciones monetario-mercantiles y a la ley del valor, su frecuente contraposición al socialismo como si se tratase de algo ajeno a él, generaban criterios económicos arbitrarios, conducían a la subvaloración de la autogestión financiera, al igualitarismo respecto a los salarios, a principios subjetivos en la política de formación de precios. Todo ello motivó distorsiones en la circulación monetaria y a que se desatendieran los problemas de regulación de la oferta y la demanda.

En esencia, apareció una serie de factores que debilitaron los instrumentos económicos de poder, formándose un singular mecanismo que bloquean el desarrollo socioeconómico y las transformaciones progresistas que permiten revelar y aprovechar las ventajas del socialismo. Las causas de ese bloqueo están en las deficiencias en el funcionamiento de las instituciones de la democracia socialista, en los anquilosados planteamientos políticos y teóricos, que a menudo están divorciados de la realidad, así como en el conservador mecanismo de gestión.

Por esta razón que es impuesta por el imperialismo. Va aumentando la diferencia entre el reducido número de países industrializados y decenas de naciones de Asia, África y Nuestra América. Es exorbitante ya la deuda externa de estos pueblos, la cual es consecuente de la egoísta y expoliadora labor de Bancos y corporaciones de ese "Norte" capitalista.

Creemos que una política realista la necesitan todos y no sólo Venezuela. La necesitan todos los Estados y pueblos de Nuestra América. Esa política presupone, como mínimo, una actitud seria hacia las propuestas de la EE.UU., analizar hasta qué punto ellas son constructivas, ver si tienen en cuenta los intereses de la parte contraria, la opinión de los pueblos. Lamentablemente, en respuestas iniciativas recibimos, por regla general, una negativa inmediata o una dogmática confirmación de las viejas posturas. Así, resulta que ahí falta realismo político. Más, el nuestro Continente necesita y demanda una política de hechos concretos.

El capitalismo neoliberal está en crisis, pero el nuevo socialismo aún no ha llegado. Hoy, la amenaza de guerra no es solamente un grave "stress" que traumatiza la salud del pueblo. La carrera de los armamentos es también la distracción de ingentes recursos materiales, intelectuales y, en correspondencia, el privar al pueblo de los medios indispensables para mejorar sus condiciones de existencia, lo que significa la reducción de sus posibilidades de enriquecer al pueblo con su creación.

¿Qué demuestra la historia de las ideas sino que la producción intelectuales se transforma con la producción material? Las ideas dominantes en cualquier época no han sido nunca más que las ideas de la clase dominante.

¡La Lucha sigue!



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Manuel Taibo


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