Irresponsabilidad y la indisciplina

Todos los dirigentes deben aprender a trabajar en condiciones de una democracia cada vez más amplia, en medio de la creciente intervención política y laboral del pueblo. Pero, al igual que en todo proceso evolutivo social, aquí es muy grande la incidencia del factor subjetivo, individual. Su influencia puede ser tanto positiva como negativa, por eso es muy importante proteger el proceso de renovación de la reincidencia en los métodos de ordeno y mando y de los enfoques formulistas a los problemas. En ningún eslabón de nuestro sistema social y de producción puede ser desvalorizado el concepto de reestructuración. Aquellos casos proliferan el mimetismo social, las ambiciones individuales y los propósitos egoístas, en que el verdadero trabajo se ve suplantado por frases altisonantes y la palabrería, deben ser detectados, y hay que reaccionar sin demora ente ellos.

Los colectivos laborales de las empresas y agrupaciones tienen a su disposición considerables recursos financieros, materiales y técnicos para reequipar las capacidades productivas y solucionar las cuestiones sociales. Creemos que, para estimular la eficiencia de la producción, se debe conseguir que el trabajador se sienta verdadero en su lugar de trabajo, en el colectivo y en la sociedad. A los dirigentes se les conceden amplios derechos no sólo para la maniobra táctica en la gestión, sino a la hora de cumplir tareas a largo plazo como fuera del mismo.

Las perspectivas del progreso socioeconómico, tecnocientífico y espiritual en mucho son condicionadas por el sistema y la calidad de la enseñanza. Sobre una base nueva se reorganizará el sistema de capacitación y superación profesional de los especialistas. En la producción todos los trabajadores deben adquirir y perfeccionar sus conocimientos y hábitos. Sólo de este modo se puede mantener la capacidad de los dirigentes de acuerdo con las actuales exigencias, sobre todo, en los sectores más modernos de la maquinaria y la tecnología.

Desde el punto de vista teórico y práctico es obvio que el interés de los trabajadores en sentirse dueños de la producción es el más fuerte interés y la más potente fuerza motriz de la aceleración del progreso socioeconómico y tecnocientífico.

Para conseguirlo será preciso conceder, a los colectivos y a los trabajadores, amplias posibilidades de administrar el patrimonio social y lograr que ellos asuman mayor responsabilidad por su utilización efectiva; asegurar la participación de las vastas masas trabajadoras en la gestión económica a todos los niveles. Será preciso conseguir que los ingresos de los trabajadores dependan de los resultados de su propio esfuerzo laboral, del trabajo de la empresa y, en resumidas cuentas, del estado de cosas en todo el país, en general, estos ingresos deben depender de los resultados finales.

En concordancia con la interpretación científica del socialismo, de su sistema económico forman parte orgánica las relaciones monetario-mercantiles. Su empleo hábil a través de los precios y las palancas financiero-crediticias; la dominación paulatina del mercado y el control sobre él teniendo en cuenta sus leyes; el afianzamiento de la moneda, contribuyen a eliminar el mecanismo de gastos irracionales, a consolidar el socialismo.

¡Chávez Vive, la Lucha sigue!



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Manuel Taibo


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