El socialismo conservador o burgués (2)

Una parte de la burguesía desea remediar los males sociales con el fin de consolidar la sociedad burguesa.

A esta categoría pertecen los economistas, los filántropos, los humanistas, los que pretenden mejorar la suerte de las clases trabajadoras, los organizadores de la beneficencia, los protectores de animales, los fundadores de las Sociedades de templanza, los reformadores domésticos de toda suerte. Y hasta se ha llegado a elaborar este socialismo en sistemas completos.

Citemos como ejemplo la Filosofía de la Miseria, de Proudhon.

Los socialistas burgueses quieren perpetuar las condiciones de vida de la sociedad moderna, pero sin las luchas y los peligros que surgen fatalmente de ellas. Quieren perpetuar la sociedad actual, pero sin los elementos que la revolucionan y descomponen. Quieren la burguesía sin el proletariado. La burguesía, como es natural, se presenta el mundo en que ella domina como el mejor de los mundos. El socialismo burgués elabora en un sistema más o menos completo esta representación consoladora. Cuando requiere al proletariado para realizar su sistema y hacer su entrada en la nueva Jerusalén, no hace otra cosa, en el fondo, que inducirle a continuar en la sociedad actual, pero despojándose de la concepción odiosa que se ha formado de ella.

Otra forma del socialismo, menos sistemática, pero más práctica, intenta apartar a los obreros de todo movimiento revolucionario, demostrándoles que no es tal o cual cambio político el que podrá beneficiarles, sino solamente una transformación de las condiciones de la vida material, de las relaciones económicas. Pero nótese que por transformación de las condiciones de la vida material, este socialismo no entiende, en modo alguno, la abolición de las relaciones de producción burguesas, lo que no es posible más que por vía revolucionaria, sino únicamente reformas administrativas realizadas sobre la base misma de las relaciones de producción burguesas, que, por tanto, no afecten a las relaciones entre el capital y el trabajo asalariado, que no haría, en el mejor de los casos, sino disminuir los gastos que requiere su dominio y simplificar el trabajo administrativo del gobierno burgués.

El socialismo burgués no alcanza su expresión adecuada sino cuando se convierte en simple figura retórica.

¡Libre cambio, en interés de la clase obrera! ¡Derechos protectores, en interés de la clase obrera! ¡Prisiones celulares, en interés de la clase obrera! He ahí la última palabra del socialismo burgués, la única que ha dicho seriamente.

El socialismo burgués se resumen precisamente en esta afirmación: los burgueses son burgueses en interés de la clase obrera.

Carlos Marx y Federico Engels.

¡Chávez Vive, la Lucha sigue!



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Manuel Taibo


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