La democracia socialista

Efectivamente, la democracia, que supone el poder del pueblo trabajadores, es la forma de materializar sus más vastos derechos políticos, el interés en las transformaciones y la participación en la realización de las mismas.

En la conciencia social se va afianzando cada vez más la sencilla y clara idea: el orden de la casa sólo podrá mantenerlo el pueblo que se sienta dueño de la misma. Esta verdad es correcta en la vida cotidiana y también en la vida política y la social. Por eso es menester que sea llevada a la práctica. Sin eso el factor humano no será efectivo.

En la construcción del socialismo han surgido las más diversas formas de participación de los trabajadores en la gestión de la producción. La vida de los colectivos laborales resulta inconcebible sin organizaciones del PSUV, sindicales y otras organizaciones sociales. Últimamente va creciendo la importancia de las asambleas de trabajadores y de los contratos colectivos, han surgido nuevas formas de democracia, hay condiciones propicias para dinamizar la labor en este sentido.

Podremos impulsar de verdad la iniciativa y el espíritu creativo del pueblo, sólo si nuestro PSUV ejerce una influencia real y activa en el funcionamiento de cada colectivo laboral, sea en la planificación, en la organización del trabajo, en la distribucción de bienes materiales u otros, en la selección y la promoción del pueblo a los cargos de dirección.

Revisten primordial importancia el desarrollo de la democracia socialista en el sector de producción y la consecuente implantación de los principios de autogobierno en las actividades de los colectivos laborales. La economía es la esfera más importante del quehacer del pueblo. A diario participan en ella decenas de miles de trabajadores. Por eso el desarrollo de la democracia socialista en el sector de producción constituye un aspecto de primordial importancia en la profundización y ampliación de la democracia socialista en general. Es un resorte que propicia la más amplia y activa participación de los trabajadores en todas las esferas de la vida y permite evitar muchos errores y deficiencias.

—Nosotros haremos frente con toda firmeza a las acciones destructoras y aventureras de Gringolandia. No se puede permitir que el imperialismo decida a su antojo la suerte de Venezuela.

—No soy un fantasma cualquiera: Soy, El Libertador, que he venido a salvar a nuestra Venezuela del caos.



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Manuel Taibo


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