Cómo una ideología fue absuelta de sus crímenes

Durante un breve periodo pareció que el movimiento neoliberal no podría desentenderse de los crímenes que había cometido en el Cono Sur y que éstos le desacreditarían por completo antes que pudiera expandir su primer laboratorio. Después del transcendental viaje de Milton Friedman a Chile en 1975, el columnista del New York Times Anthony Lewis formuló una pregunta tan sencilla como incendiarias:

<<Si la teoría económica pura de Chicago sólo se puede poner en práctica en Chile mediante el recurso a la represión, ¿tienen sus autores algún tipo de responsabilidad por ello?>>.Después del asesinato de Orlando Letelier, los activistas de base respondieron a su llamamiento para exigir responsabilidades por el coste humano de sus políticas al <<arquitecto intelectual>> de la revolución económica chilena. Durante aquellos años Milton Friedman no podía dar una conferencia sin que alguien le interrumpiera citando a Letelier y se vio obligado a entrar por la puerta de la cocina en varios eventos celebrados en su honor.

Los estudiantes de la Universidad de Chicago se preocuparon tanto al saber de la colaboración de sus profesores con la Junta que exigieron una investigación académica. Algunos profesores les apoyaron, entre ellos el economista austriaco Gerhard Tintner, que había huido del fascismo en Europa y llegado a Estados Unidos en la década de 1930. Tintner comparó Chile bajo Pinochet con Alemania bajo los nazis y dibujó un paralelismo entre el apoyo de Friedman a Pinochet y el de los tecnócratas que colaboraron con el Tercer Reich. (Friedman, a su vez, acusó a sus críticos de <<nazismo>>.

Tanto Friedman como Arnold Harberger se atribuyeron con placer el mérito de los milagros económico conseguidos por sus Chicago Boys latinoamericanos. Como un padre orgulloso, Friedman alardeó en Newsweek en 1982 de que <<los Chicagos Boys […] combinaban una extraordinaria habilidad intelectual y ejecutiva con el valor para sostener sus convicciones y la dedicación necesaria para ponerlas en práctica>>. Harberger dijo: <<Me siento más orgulloso de mis estudiantes que de cualquier cosa que haya escrito; de hecho, el grupo latino es mucho más mío que mis contribuciones a la literatura>>. Ninguno de los dos, sin embargo, alcanzaba a ver relación alguna entre los <<milagros>> que sus estudiantes habían realizado y el coste humano que habían tenido

<<A pesar de que estoy profundamente en desacuerdo con el sistema político autoritario de Chile>>, escribió Friedman en su columna de Newsweek, <<no creo que sea algo malo que un economista ofrezca asesoría técnica al gobierno chileno>>.

En sus memorias, Friedman afirmó que Pinochet trató, durante los primeros dos años, de llevar la economía él solo y que no fue hasta <<1975, cuando la inflación seguía disparada y una recesión mundial provocó una depresión en Chile, cuando el general Pinochet acudió a los Chicago Boys>>. Se trata de un caso descarado de revisionismo: los Chicago Boys trabajaron con los militares incluso desde antes de que tuviera lugar el golpe y la transformación económica empezó el mismo día en que la Junta militar llegó al poder. En otros momentos Friedman llegó a afirmar que todo el reinado de Pinochet —diecisiete años de dictadura con decenas de miles de víctimas de tortura— no fue un violento intento de destruir la democracia, sino todo lo contrario. <<Lo verdaderamente importante del tema chileno es que al final el libre mercado cumplió su labor en la creación de una sociedad libre>>, dijo Friedman.

Tres semanas después de que Letelier fuera asesinado, sucedió algo que acabó con el debate sobre la relación entre los crímenes de Pinochet y el movimiento de la Escuela de Chicago. Milton Friedman fue galardonado en 1976 con el premio Nobel de Economía por su <<original e influyente>> trabajo sobre la relación entre la inflación y el desempleo. Friedman utilizó su discurso de aceptación para defender que la economía era una disciplina científica tan rigurosa y objetiva como la física, la química o la medicina, y que se basaba en el examen imparcial de los hechos disponibles. Ignoró convenientemente el hecho de que las hipótesis fundamentales por las que estaba recibiendo el Premio Nobel se estaban demostrando falsas de manera muy gráfica en las colas para comprar pan, los brotes de tifus y los cierres de fábricas de Chile, el régimen que había sido lo bastante despiadado como para poner sus ideas en práctica.

Un año más tarde sucedió algo más que definió los parámetros del debate sobre el Cono Sur: Amnistía Internacional ganó el premio Nobel de la Paz, en buena parte por su valerosa cruzada para poner al descubierto los abusos a los derechos humanos cometidos en Chile y Argentina. El premio Nobel de Economía es independiente del premio Nobel de la Paz, lo otorga un comité distinto en una ciudad diferente. Desde la distancia, sin embargo, parecía como sí con ambos nóveles el jurado más prestigiosos del mundo hubiera pronunciado su veredicto había que condenar el shock de las cámaras de tortura, pero el tratamiento de shock económico debía aplaudirse; y las dos formas de shock no tenían, como había escrito Letelier con punzante ironía, <<ninguna relación>>.

¡Chávez Vive, la Lucha sigue!



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Manuel Taibo


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